“Me siento muy contento y satisfecho con los resultados” de la elección del 5 de junio, aseguró Américo Villarreal Anaya, ganador de la contienda y quien el sábado pasado recibió la constancia que lo acredita como gobernador electo de Tamaulipas.
En entrevista con en EL UNIVERSAL, Villarreal Anaya, médico cardiólogo de profesión, reconoció que el triunfo fue difícil, hubo presiones y “pasamos momentos de angustia”, pero finalmente tuvieron el apoyo de los electores del estado.
“Rompimos récord a nivel estatal y, comparado con otras entidades que participaron en este proceso, hubo más de 53% de la lista nominal que salió a sufragar. Es inédito que haya salido tanta gente a votar y estoy agradecido con los tamaulipecos”, expuso el abanderado de la coalición Juntos Hacemos Historia, formada por Morena, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde Ecologista (PVEM).
También prometió a sus paisanos: “Vamos a tener un orgullo de identificarnos como tamaulipecos de hoy en adelante”.
¿En qué condiciones ve al Partido Acción Nacional (PAN) en estos momentos?
—Un partido muy deteriorado en la valoración de nuestra ciudadanía. Quienes lo han representado ha quedado plenamente evidenciado que han sido administraciones de hacer trabajo sucio. En su campaña garantizaban su continuidad, pero Tamaulipas ya no quiere ese tipo de administración.
Nuestra propuesta es apegada principalmente [a la gente], porque soy un convencido de que la forma de gobernar tiene que ser una política humanista, de respeto a los derechos humanos y de buscar el bienestar y el desarrollo social. Fue lo que se planteó a la ciudadanía a lo largo de esta campaña, y es lo que motivó a la gente para salir a votar con ese gran volumen de participación del estado.
¿Cómo ve actualmente al estado de Tamaulipas?
—Lamentablemente tenemos una sociedad agraviada por falta de atención en el desempeño de este gobierno, de no haber atendido o preguntado y ni siquiera escuchado las demandas, las necesidades de los tamaulipecos. Mucho menos se implantaron soluciones. [Ha sido] una administración que, en la percepción general, no dejó ningún proyecto ni ningún programa de política pública en beneficio social, tampoco infraestructura en el desarrollo de nuestra entidad que la caracterice.
[Ha sido] un gobierno omiso en estar atento a las oportunidades que este importante estado puede dar en beneficio de la sociedad.
Aparte de tener una sociedad agraviada por estas condiciones, se reflejó esa gran participación electoral de gente entusiasmada con una campaña de cambio, de transformación y de esperanza en rescatar principios que sean los que nos rijan, como el de la justicia y la honestidad, de un gobierno que sea lo que nos pueda fortalecer en un futuro como sociedad. Ese entusiasmo es lo que nos gratifica y que seguramente nos permitirá, con la confianza de la gente, y que no defraudaremos, empezar una administración a partir de octubre, que cumplamos a la sociedad con las expectativas de un cambio, de transformación, de esperanza, con esta Cuarta Transformación que llegue a Tamaulipas.
¿Por dónde empezar? A Tamaulipas le aquejan situaciones complejas
—Soy médico, médico internista, cardiólogo, y lo que vemos aquí es que el estado ha tenido un problema de cáncer, un problema oncológico hasta con metástasis, y para esto se requieren tratamientos severos y fuertes para poder recuperarlo.
Si bien Tamaulipas es un estado con mucha potencialidad, debemos iniciar en recuperar nuestras instituciones, que han estado respondiendo a un poder fáctico, de intereses personales o de grupo, manejado con el poder del Estado para beneficio de unos cuantos.
[Necesitamos] que las instituciones estén fincadas en su ley y sus reglamentos, para el servicio social y la armonización del progreso de nuestra sociedad. Y tendremos un gobierno atento en exigir que las instituciones de seguridad, de procuración de justicia, de salud, de educación, de desarrollo agropecuario, etcétera, vuelvan a mantener y estar presentes en sus cauces en el ámbito de su competencia, en el desarrollo de nuestra sociedad, al igual que en proveer los recursos y las instancias correspondientes para que desempeñen bien su función.
Usted es hijo del exgobernador Américo Villarreal Guerra [1987-1993], ¿qué toma de él?
—Mi padre fue gobernador de este bello estado y viendo el entusiasmo y la gratificación que él daba en el servicio público, de atender a su estado y a las necesidades de su gente, y ahora yo con una vocación humanista y una carrera como lo es la medicina, tengo esa oportunidad. Viendo la identificación de estos principios, ahora con los que profesa Morena y que ha mantenido como una agenda legis-lativa y política nuestro presidente [Andrés Manuel López Obrador], porque Tamaulipas es el mejor estado de la República, sin lugar a dudas lo somos, simplemente en su ubicación geográfica no hay otra frontera terrestre más importante de México que la tamaulipeca.
Ahora, en el tratado comercial [que tiene México con Estados Unidos y Canadá] tenemos 17 cruces fronterizos, dos de ellos con ferrocarril, dos puertos de altura, como lo son Altamira y Tampico, y está en construcción un tercer puerto que vamos a tener la voluntad de concluir en el puerto de Matamoros, para que Tamaulipas sea la principal frontera marítima de México con el comercio internacional.
[Tenemos] una gran riqueza natural con la Laguna Madre. La pesca, la agricultura, la ganadería; a Tamaulipas se le consideraba como el granero de México y vamos a volver a serlo; una visión de transformar, no quedándose en una profesión primaria, sino darle valor agregado a todo lo que nos da esta importante y bella tierra. Tenemos refinería, petroquímica. Hay grandes oportunidades que tenemos que alentar para mejorar la oportunidad de trabajo, con remuneración digna en el progreso para nuestros ciudadanos.
¿Cree que el actual gobernador [Francisco Javier García Cabeza de Vaca] le entregue personalmente el traspaso de poderes?, ¿se le investigará?
—Somos personas de acuerdo y de participación sobre una plataforma que debe ser bajo ley, institucionalmente, de un proceso transparente de entrega-recepción, para que la ciudadanía conozca a partir de dónde entra la próxima administración y cada quien, como funcionario, es responsable de sus actos y de sus omisiones. Que dentro de este marco ya hay algunas personas que tienen señalamientos de índole federal o de otra cuestión, tendrá que responderse a los mismos dentro del aspecto del marco jurídico. Y veremos en las condiciones de este proceso de entrega-recepción si hay o no situaciones que marquen una responsabilidad a los funcionarios que se desempeñaron en la presente administración.
Esto no lo podremos saber hasta tener este proceso en el que cada quien haya tenido el marco de su responsabilidad.
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