200 casquillos y un saldo de al menos 19 personas muertas. La masacre del 19 de junio en Reynosa impactó por su brutalidad contra personas inocentes,trayendo de nuevo el recuerdo de los años más sangrientos de esta entidad.
Las autoridades locales consideraron “inusual” la forma y el lugar del municipio donde ocurrieron los hechos.
En entrevista con Radio Fórmula el fiscal de Tamaulipas, Irving Barrios, relató que una hipótesis es que grupos criminales que operan en los municipios aledaños de Río Bravo (los Escorpiones) y Matamoros (los Ciclones) buscaron dar un mensaje violento y de control en contra del grupo rival con hegemonía en Reynosa (los Metros), con asesinatos justo en la entrada al municipio.
Dichos grupos, detalló, son fracciones que surgieron del Cártel del Golfo, organización del narcotráfico que desde hace años marcó de forma violenta la vida en esta entidad del norte del país, donde varios de sus gobernadores recientes han sido acusados de tener nexos con el crimen organizado, incluyendo al actual mandatario estatal, Francisco García Cabeza de Vaca acusado de delincuencia organizada y otros delitos federales..
Analistas de seguridad han mencionado que esa situación política, sumada a la falta de coordinación entre fuerzas locales y federales, es terreno propicio para hechos como la matanza del 19 de junio.
En Tamaulipas opera un mando único de la policía, es decir, Reynosa no tiene su propia policía, hay una sola corporación estatal. Son 4 mil 685 elementos de Seguridad estatal, con un buen nivel de aprobación en controles de confianza, el 84%, en comparación con otros estados.
Respecto a la Guardia Nacional, en Tamaulipas están desplegados 3 mil 927 elementos. Es uno de los 10 estados con mayor presencia en el país, si se considera la cantidad de población.
Y aún así, con dichas cifras, la violencia se impuso el 19 de junio, con la masacre de civiles.
El estallido de la violencia en Tamaulipas
Fue en 2010, en medio de la guerra contra el narcotráfico emprendida por el entonces presidente Felipe Calderón, cuando estalló la violencia en el estado, con crímenes contra migrantes y ciudadanos que en una década llevaron a tener un alza de 177% en los asesinatos en Tamaulipas.
Según información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) las carpetas de investigación por homicidios dolosos se mantuvieron estables: de 2000 hasta 2009 se registraron en total 2,603 carpetas de investigación por este delito.
En 2010 hubo un aumento abrupto, al pasar de 288 a 721; el siguiente año aumentó a 855, y alcanzó su máximo en 2012 con 1,061 carpetas. Cada una puede contener más de una víctima.
De 2010 a 2019 la cifra de carpetas abiertas fue de 7,218. Es decir, aumentaron un 177% en una década.
Un documento del gobierno federal atribuyó entonces la violencia en la zona noreste del país a un rompimiento entre el grupo de Los Zetas y el Cártel del Golfo en 2009.
“A partir de enero de 2010, se han enfrentado (estos grupos delincuenciales) en Tamaulipas y Nuevo León, lo que explica el incremento de la violencia en estos estados”, dice el texto.
Alejandro Hope, analista de seguridad, coincide en que la escalada en los homicidios está relacionada con la disputa entre ambos grupos delincuenciales: “Justo en ese momento se da esa ruptura y eso genera una escala de violencia espectacular en todo el noreste y Tamaulipas, Nuevo León, puerto de Veracruz. Esa escalada alcanza un pico en 2012”.
“Buena parte del liderazgo Zeta fue abatido en 2012 o 2013. Los Zetas sufrieron una pérdida importante, igual los del Cártel del Golfo, los grupos se fragmentaron y eso produce una primera disminución”, explica Hope.
Así, en 2013, se logró reducir esta cifra hasta 556 carpetas de investigación por homicidios dolosos. Sin embargo, la violencia se ha mantenido latente y no se han revertido los niveles anteriores a 2010.
“Luego hay un segundo disparo de violencia hacia 2016 cuando muchos de estos grupos entran en conflicto entre ellos y ahí hay coaliciones mucho más complejas en cuanto a territorio entre diversas facciones”.
Las cifras del SESNSP muestran que las carpetas de investigación por homicidios dolosos se redujeron durante 2019 y 2020, al pasar a 663 y 571, respectivamente. Hasta el mes de mayo de 2021, se contaban 202 de estos delitos.
En Reynosa los homicidios se incrementaron a partir de 2017, de acuerdo con cifras de defunciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), y aunque se ha reducido a partir de entonces, no han bajado a niveles previos.
La primera masacre que marcó a Tamaulipas y que puso foco sobre la violencia que vivía el estado fue la de San Fernando en 2010. Se trató de un crimen cometido por Los Zetas entre el 22 y 23 de agosto en el ejido El Huizachal.
Las víctimas fueron 72 migrantes que estaban en tránsito por México con rumbo a Estados Unidos, y hasta el momento no se han identificado todos los cuerpos ni existe una sola sentencia contra alguno de los detenidos acusados de participar en la masacre.
Pero la violencia ha seguido en el estado: desde entonces la prensa local ha exhibido el hallazgo de “campos de exterminio” y fosas con cientos de cuerpos y restos humanos.
La masacre más reciente de Tamaulipas sucedió en enero de este año: 19 personas, la mayoría de ellas migrantes, fueron encontradas calcinado en Camargo, Tamaulipas.
Días después del hallazgo de los cuerpos, las autoridades detuvieron a doce policías estatales que están acusados de homicidio, abuso de autoridad y falsedad en documentos públicos
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