El Gobierno de Reynosa demandó al Congreso del Estado de mayoría Morena,su partido, destinar un fondo económico de emergencia para la reconstrucción de la ciudad por daños causados por la inundación del 26 de marzo pasado.
Carlos Peña Ortiz, Alcalde de la Ciudad, ofreció una evaluación de daños dejados por la tormenta cuantificándolos en 440 millones de pesos, sólo de infraestructura de vialidades, drenajes, drenes, tuberías y canales.
“Por eso invitamos a los diputados a que vengan a la Casa del Pueblo de Reynosa para que conozcan la realidad de las 77 colonias con afectaciones tan graves, y pedirles de la manera más respetuosa que habiliten un fondo para que podamos volver a la normalidad”.
La magnitud del desastre en Reynosa
Las inundaciones registradas los días 26 y 27 de marzo de 2025 han dejado una estela de destrucción en Reynosa. Las intensas precipitaciones acumularon 316 milímetros de agua en apenas 48 horas, lo que representa aproximadamente el 77% de la media anual de lluvia en la región. Esta cantidad extraordinaria de agua provocó el colapso de sistemas de drenaje e inundaciones severas en amplias zonas urbanas, afectando gravemente a 77 colonias del municipio.
El impacto humano ha sido considerable, con casi 2,000 personas que tuvieron que ser rescatadas por las autoridades durante la emergencia. Las operaciones de rescate requirieron un despliegue coordinado de 1,961 elementos de dependencias federales, estatales y municipales, apoyados con 271 vehículos, 17 equipos de bombeo y 11 embarcaciones. La magnitud de esta movilización evidencia la gravedad de la situación que enfrentó la ciudad.
La infraestructura educativa también resultó severamente afectada, con 70 planteles reportando daños, de los cuales 32 presentan afectaciones significativas en su infraestructura física. Entre los daños más comunes se encuentran bardas perimetrales derrumbadas, sistemas eléctricos dañados y problemas en las instalaciones sanitarias, lo que impedirá el retorno normal a clases hasta que se realicen las reparaciones necesarias.
Evaluación detallada de daños y costos de reconstrucción
En su comparecencia ante medios de comunicación, el alcalde Carlos Peña Ortiz presentó un informe detallado sobre los daños materiales causados por la inundación. Según su evaluación, el costo total de reparaciones asciende a 440 millones de pesos, cifra que solo contempla infraestructura básica.
El sistema de drenaje ha sido uno de los más afectados, con 87 puntos colapsados cuya reparación requiere una inversión de 124 millones de pesos[1]. Entre los daños más costosos destacan:
- Colector Margarita Masa de Juárez (107 cm de diámetro): 99 millones de pesos.
- Colector Ebario: 55 millones de pesos
- Colector Independencia-Esperanza (62 cm de diámetro): 26 millones de pesos
- Colector de Pirámides: 36 millones de pesos
Solo las reparaciones relacionadas con la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (COMAPA) representan 343 millones de pesos, mientras que la infraestructura vial dañada requiere otros 98 millones para su rehabilitación. Estas cifras reflejan únicamente el costo de restaurar servicios públicos esenciales, sin considerar los daños a propiedades privadas ni los efectos económicos indirectos.
La vulnerabilidad histórica del sistema hídrico de Reynosa
La catástrofe actual no puede entenderse sin considerar las debilidades preexistentes en la infraestructura de la ciudad. La red de drenaje de Reynosa ya enfrentaba problemas estructurales significativos antes de las recientes inundaciones. Gran parte de la tubería instalada hace 35 y 40 años, originalmente de concreto, ha ido deteriorándose progresivamente, provocando los llamados “caídos” o colapsos en diversos puntos de la ciudad.
Antes de la inundación de marzo, el alcalde había supervisado trabajos de desazolve en colonias como Casa Bella, Jacinto López, Villas de Imaq, Villas de Diamante y Villas de Esmeralda, como parte de medidas preventivas para evitar inundaciones. Sin embargo, estas acciones resultaron insuficientes ante la magnitud extraordinaria de las precipitaciones.
Un factor que complica la situación es la debilidad financiera de COMAPA Reynosa. Según datos históricos, el organismo ya enfrentaba una deuda ciudadana superior a mil millones de pesos en 2019, con más del 56% de los usuarios en situación de morosidad. Esta falta de recursos ha limitado durante años la capacidad para realizar mantenimiento preventivo adecuado en la infraestructura hidráulica.
El llamado a la unidad política en medio de la emergencia
Frente a la magnitud del desastre, el alcalde Carlos Peña Ortiz ha hecho un enérgico llamado al Congreso del Estado que no solo es dominado por Morena,es controlado por el gobernador, de tal suerte, que la suerte de Reynosenses esta puesta en la voluntad del gobernador Americo Villarreal,quien podria cabildear con el legislativo un fondo económico de emergencia destinado a la reconstrucción de la ciudad.
En un mensaje que busca trascender las divisiones partidistas, Peña Ortiz declaró: “Pueden hacer a un lado los pleitos políticos ahora que Reynosa necesita el apoyo de todas las instancias de gobierno”.
Por que deberian hacer a un lado el pleito
“Abandonar el pleito no es claudicación, sino el acto supremo de sabiduría que prioriza el tejido social sobre el litigio estéril, reconociendo que en la unidad constructiva yace el único camino para sanar las heridas de la adversidad”.
Esta síntesis conceptual integra tres dimensiones críticas:
- La ética del desprendimiento conflictivo, donde el cese de disputas se erige como ejercicio de madurez colectiva ante emergencias, no como derrota. El consejo cervantino de “apartar las mientes de la injuria” para enfocarse en la verdad del caso adquiere relevancia contemporánea en contextos de reconstrucción posdesastre.
- La reconciliación como imperativo pragmático, vinculada al principio bíblico de resolver diferencias antes del juicio (Mateo 5:25)[3]. En Reynosa, esto se traduce en sustituir pugnas políticas por mecanismos ágiles de financiamiento para rehabilitar drenajes colapsados y vialidades dañadas.
- La cooperación estratégica, expresada en la técnica del “mismo equipo”, que transforma adversarios circunstanciales en aliados frente a desafíos comunes. El llamado del alcalde Peña Ortiz a legisladores para fiscalizar personalmente los 440 millones de pesos requeridos ilustra este enfoque colaborativo.
La frase sintetiza la urgencia de trascender disputas ideológicas cuando el 32% de las escuelas afectadas (70 planteles) permanecen inoperantes y 1,961 damnificados aún requieren vivienda temporal. Al fusionar sabiduría literaria, principios teológicos y psicología social, el “hacer a un lado el pleito”, es una propuesta que ofrece un marco ético-operativo para crisis humanitarias donde el tiempo de reparación física y el reloj político compiten contra el bienestar ciudadano.
Vengan a la casa del pueblo
El alcalde ha invitado a los diputados estatales a visitar la “Casa del Pueblo de Reynosa” para que constaten personalmente la gravedad de la situación en las 77 colonias afectadas. Incluso, en un gesto que busca transparencia, les ha ofrecido que sean ellos mismos quienes entreguen los apoyos casa por casa y fiscalicen la infraestructura que requiere rehabilitación urgente.
Esta petición cobra mayor relevancia considerando que Tamaulipas cuenta actualmente con un fondo de apenas 30 millones 143 mil pesos destinados para atender desastres naturales a través del Fondo de Desastres Naturales (Fonden). Esta cantidad representa menos del 7% de los 440 millones de pesos que se requieren solo para la reconstrucción de infraestructura básica.
Respuesta institucional y la realidad de los damnificados
La respuesta institucional ha incluido la intervención de diferentes niveles de gobierno. La presidenta Claudia Sheinbaum visitó la zona afectada y prometió que el Ejército distribuirá paquetes de ayuda que incluyen electrodomésticos y enseres básicos para las familias damnificadas, pero no lo hizo con todos los censados.
Sin embargo, a más de tres semanas del desastre, muchas familias continúan viviendo en condiciones precarias. Testimonios de afectados indican que no todas las colonias han recibido el mismo nivel de atención.
Por ejemplo, los vecinos del fraccionamiento Las Camelias denuncian que, a pesar de haber sufrido inundaciones con agua que alcanzó más de un metro de altura, su colonia no ha sido incluida en las listas oficiales de zonas afectadas.
La situación ha generado críticas hacia la gestión de los apoyos. Algunos damnificados señalan que han recibido ayuda insuficiente o que los censos no han sido exhaustivos. “Mis muebles están tirados, mi ropa todavía está húmeda, y no tengo lavadora para lavar nada”, relató una vecina afectada que intenta reconstruir su vida entre promesas incumplidas.
Conclusión: El reto de la reconstrucción más allá de la política
La situación en Reynosa plantea un desafío que trasciende las diferencias políticas y requiere una respuesta coordinada y efectiva de todos los niveles de gobierno. Los 440 millones de pesos necesarios para la reconstrucción representan una inversión indispensable para restaurar servicios básicos y condiciones de vida dignas para miles de familias afectadas.
El llamado del alcalde Carlos Peña Ortiz a dejar de lado los pleitos políticos refleja la urgencia de la situación y la necesidad de priorizar el bienestar de la población sobre cualquier otro interés. La respuesta del Congreso del Estado a esta solicitud será crucial para determinar la velocidad y alcance de la recuperación de Reynosa.
Mientras tanto, las tareas de limpieza, desinfección y rehabilitación continúan en las zonas afectadas, con la esperanza de que la unidad y colaboración institucional permitan superar esta crisis y, más importante aún, realizar las inversiones estructurales necesarias para evitar que futuros eventos meteorológicos tengan consecuencias tan devastadoras para esta ciudad fronteriza.
Con informacion: ELNORTE/
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