Con ayuda de testigos, la FGR está armando el rompecabezas del esquema financiero que utilizó Gerardo Sosa Castelán para apropiarse de recursos de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo y dispersarlos hacia cuentas propias, así como de cómplices y familiares. Aquí se muestra la parte sustancial de la ruta del dinero que ahora tiene a Sosa en el penal del Altiplano.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El exrector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Gerardo Sosa Castelán, creó un esquema de lavado de dinero que implicó cientos de cheques y transferencias bancarias por 58.2 millones de pesos en Banamex, HSBC, Bancomer, Banorte, Santander y Scotiabank.
OTRO PRIMO DE CABEZA de VACA:
La ruta encubierta del dinero llevaba a despachos contables de su principal operador, a una empresa fachada, a otra creada por un prestanombres con el patrimonio de la universidad y a seis destinatarios finales: él, sus dos hijas y tres personeros.
El dinero salía de la casa de estudios mediante servicios simulados como contabilidad, específicamente la revisión de estados financieros, que supuestamente hacían los despachos de Francisco Natalio Zamudio Isbaile, a quien la Fiscalía General de la República (FGR) define como el segundo al mando de la “organización delictiva” que sustrajo recursos de la UAEH.
Con base en los informes de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores sobre las operaciones de los implicados –informes a los que este semanario tuvo acceso y que integran la carpeta de investigación–, el mayor flujo de dinero que recibió la empresa fachada Contabilidad del Siglo XXI (31 millones 305 mil 88 pesos) provino de la Inmobiliaria, Constructora y Arrendadora Yolo, fundada por un testaferro de Sosa que recibió un criterio de oportunidad de la FGR: delatar y aportar pruebas a cambio de no ir a prisión.
Todas las transferencias de Yolo se hicieron mediante una cuenta en Scotiabank con terminación 022, entre el 18 de octubre de 2013 y el 8 de mayo de 2018.
Como lo reveló este semanario (Proceso 2289), Óscar Pacheco es el testigo colaborador de la FGR que declaró ante la Unidad Especializada en Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita que la inmobiliaria Yolo se constituyó con dinero de la universidad. A decir del informante, entre otros bienes la UAEH financió una nave industrial de 10 mil metros en San Antonio, Ciudad de México, cuyo terreno costó 45 millones de pesos.
El 8 de abril de 2015 Pacheco depositó a Contabilidad del Siglo XXI un monto de 170 mil pesos desde su cuenta Bancomer terminación 827; y entre el 10 de abril y el 18 de mayo siguientes transfirió a la misma firma 1 millón 319 mil 405 pesos desde su cuenta con terminación 644 en Scotiabank. Ambas operaciones, del dinero que Pacheco recibía de Sosa Castelán.
***Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2291 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 27 de septiembre de 2020.
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