En 2009, Luis Cárdenas Palomino recibía premios de manos del entonces presidente Felipe Calderón y era un funcionario cercano a Genaro García Luna. Hoy, el ex súper policía es un prófugo de la justicia.
AHORA JEFE DEL GOPE$ S.A DE CV.
¿Dónde está el círculo íntimo de García Luna? Esa es la pregunta que muchos se hacen. Sobre todo, la que se debe estar haciendo el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Y es que el pasado 30 de julio se dio a conocer que la Corte del Distrito este de Nueva York -la misma que investiga a García Luna- acusó a Luis Cárdenas Palomino y a Ramón Pequeño García de ser protectores, colaboradores y cómplices del Cártel de Sinaloa_para traficar toneladas de cocaína a Estados Unidos. Todo ello -obviamente- a cambio de presuntos sobornos de millones de dólares.
Pero a casi dos meses de la revelación de dichas acusaciones -encausadas en el documento 19-576 (S-1) del Departamento de Estado de EU-, ambos Cárdenas Palomino y Pequeño García permanecen en calidad de fugitivos.
Extitular de Seguridad Regional de la Policía Federal (PF), exfuncionario del Cisen y de la Agencia Federal de Investigación (AFI), Cárdenas Palomino se desempeñó -desde 2013- como director de Adamantium, una subsidiaria de Grupo Salinas que actúa como proveedor seguridad e inteligencia de filiales como Televisión Azteca, Banco Azteca y Grupo Elektra, entre otras.
Reportes periodísticos atribuyen su salida del servicio público a la acumulación de denuncias provenientes de policías y criminales que lo acusaban de proteger al narcotráfico. Entre ellas, los señalamientos de Edgar Valdez Villareal “La Barbie” y del mismo Vicente Zambada Niebla “El Vicentillo”, quienes lo acusaron de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa a cambio de protección.
Desde ese entonces, Cárdenas Palomino se ha mantenido fuera del ojo público.
Un reportaje de El Universal, cuenta que durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el ex policía se convirtió en empresario tequilero y registró las marcas Mártires y Carbonero.
Pero este abril, la PGR anunció que lo investigaba por lavado de dinero y que la Unidad de Inteligencia Financiera había bloqueado sus cuentas bancarias.
A partir de ello, fuentes cercanas a la investigación, citadas por la revista Emeequis, confirmaron que el ex jefe policiaco se había acercado a la Fiscalía General de la República para convertirse “en una especie de Emilio Lozoya 2”; es decir, en un súper testigo protegido que revelaría el entramado de corrupción de alto nivel durante la llamada “Guerra contra el Narco”.
Eso queda por ver.
El otro que parece haber desaparecido de la faz de la Tierra es el tercer imputado del trío dinámico: Ramón Pequeño García, ex jefe de la División de Inteligencia de Policía Federal, ex titular de la División Antidrogas de la Policía Federal, ex titular de la División de Seguridad Regional de la Policía Federal y ex jefe de la División Antidrogas.
A diferencia de Cárdenas Palomino, Pequeño García no dejó de ser funcionario público al finalizar el sexenio de Felipe Calderón, sino que continuó como un alto mando de la Policía Federal hasta que fue destituido de su puesto en 2015. ¿La razón? Era el encargado de vigilar a Joaquín “El Chapo” Guzmán cuando éste se fugó del Penal del Altiplano, en 2015.
Al igual que sus socios más cercanos, Pequeño García acumulaba ya una larga lista de denuncias internas. Y de acuerdo con Santiago Nieto, sus cuentas también se encuentran bloqueadas por la UIF desde mediados de 2020.
Acusados, ¿y buscados también?
Un funcionario del Departamento de Justicia de Estados Unidos aseguró a Proceso que la última semana de julio solicitaron al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador la captura con fines de extradición de Cárdenas Palomino y de Pequeño García. Esto, para evitar que escapen de la justicia.
Además, señala el semanario, el gobierno estadounidense emitió una ficha con la Interpol en caso de que ya no se encuentren en territorio mexicano.
De ser declarados culpables de los delitos que les imputan, la pena mínima que recibirían es de 10 años. ¿La máxima? Cadena perpetua.
Como lo podemos ver, ambos Cárdenas Palomino y Pequeño García cayeron de lo más alto. Pasaron de súper policías a súper fugitivos. La pregunta es obligada, ¿se convertirán ahora en súper testigos?.
fuente.-
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