Tras 22 días de búsqueda, luego de desparecer cuando salieron a caminar, Angélica Virgen Camacho y su hija Esthefanía Ferrari Virgen fueron localizadas sin vida en una presunta casa de seguridad en el Municipio de Alvarado, Veracruz.
La madre tenía 53 años de edad, ejercía la profesión de médica veterinaria zootecnista y era conocida por labores altruistas en pro de los animales, como esterilizaciones gratuitas en su comunidad.
La hija había cumplido los 22 años, estudiaba la carrera de Biología en el Tecnológico de Boca del Río, y ambas fueron vistas por última vez en el Fraccionamiento La Rioja, en Alvarado.
De acuerdo con información preliminar, las mujeres habían salido a caminar cuando fueron capturadas por sujetos armados. En días pasados, la Fiscal del Estado, Verónica Hernández, indicó a periodistas locales que la línea de investigación principal era la privación ilegal de la libertad.
La noticia del fallecimiento de Angélica y Estefanía ha generado consternación entre ciudadanos y sus allegados, que han emitido condolencias a la familia y exigido justicia para las víctimas.
“Tengo un sentimiento de desolación, de coraje, impotencia y mucho dolor por ellas, dos buenas mujeres honestas que amaban a su familia, una familia muy unida y de mucho trabajo. Que Dios las reciba en grande y que su familia encuentre paz al saber que ya no sufren y con el tiempo también la resignación”, externó la usuaria Nora Marlen.
Mexico es un pais donde desaparecer equivale a morir bajo un gobierno desaparecido
La desaparición de personas en México está intrínsecamente ligada a un sistema de impunidad estructural que convierte este delito en una sentencia de muerte silenciosa. El caso de Angélica Virgen Camacho y Esthefanía Ferrari Virgen —localizadas sin vida tras 22 días de búsqueda en Veracruz— ejemplifica cómo la ausencia de justicia y la inacción estatal transforman la desaparición en un acto letal.
Vínculo entre desapariciones e impunidad
- Tasa de impunidad del 99%: Solo 141 sentencias condenatorias se emitieron entre 2019 y 2022, frente a 35,669 desapariciones registradas. Estados como Aguascalientes, Chiapas y Ciudad de México reportaron 0 condenas en ese periodo.
- Fallas sistémicas: La Ley General en Materia de Desaparición (2017) sigue sin implementarse plenamente, con deficiencias en protocolos de búsqueda, fiscalías especializadas y transparencia en el Registro Nacional de Personas Desaparecidas.
- Colusión criminal-estatal: El 37.5% de los restos humanos hallados en 2022 permanecen sin identificar, y se han documentado más de 5,600 fosas clandestinas, muchas vinculadas a redes de crimen organizado con complicidad de autoridades, como ocurre en Tamaulipas.
Desaparecer en México: la muerte como certeza
- Fosas clandestinas como destino: Más de 52,000 cuerpos no identificados yacen en servicios forenses o fosas comunes, un reflejo de la saturación del sistema y la deshumanización de las víctimas.
- Revictimización institucional: Familias como la de Angélica y Esthefanía deben organizar sus propias búsquedas, mientras enfrentan negligencia, burocracia y riesgo de represalias. Desde 2010, al menos 21 buscadores han sido asesinados.
- Impunidad como regla: Menos del 6% de los casos de desaparición llegan a tribunales, según la ONU. La detención de un sospechoso en este caso —como ocurre en solo el 1% de los casos— no garantiza justicia, dado el historial de absoluciones y corrupción.
Caso paradigmático: Angélica y Esthefanía
Su secuestro y asesinato sintetizan patrones documentados:
- Captura en espacio público: Fueron interceptadas durante una caminata, método recurrente en desapariciones vinculadas a crimen organizado.
- Respuesta tardía: Pese a campañas ciudadanas en redes y cateos, la identificación oficial de sus cuerpos demuestra los límites de la acción estatal sin presión social.
- Narrativa de impunidad: Aunque la Fiscalía de Veracruz promete “evitar la impunidad”, el contexto nacional muestra que el 99% de estos crímenes quedan sin castigo.
Este sistema —donde 8 de cada 10 desaparecidos son hombresy 26% mujeres— opera como máquina de muerte burocrática: sin investigación forense eficaz, sin reparación para familias, y con un Estado que prioriza narrativas de “paz” sobre justicia real. Cada desaparición refuerza la ecuación mortal: en México, buscar a un ser querido es confrontar no solo su probable muerte, sino la certeza de que el sistema garantiza el olvido.
Con informacion:ELNORTE/
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