Un niño de cuatro años y su familia, quienes habían sidoencarcelados en la comunidad de Polhó, municipio de Chenalhó, Chiapas, fueron liberados tras la intervención de autoridades locales y federales.
La detención, ocurrida el pasado 26 de marzo, generó indignación y preocupación entre organizaciones de derechos humanos y la sociedad en general, quienes denunciaron la arbitrariedad del hecho, la violación de los derechos del infante y llamaron a su inmediata liberación.
Los videos que circulan, muestran al niño a lado de su madre con ojos llorosos.
Pobladores acusaron que tras las rejas, la familia pasó una noche en medio de un clima frío y sin que se le proporcionaran cobijas, alimentos o agua.
Ellos fueron aprehendidos por autoridades indígenas, presuntamente por un conflicto comunitario resuelto bajo los “usos y costumbres” de la localidad. La detención incluyó a un bebé y a su hermanito, lo que fue condenado también por habitantes de la comunidad zapatista de Polhó.
La detención de un niño de cuatro años junto a su familia en Polhó, Chiapas, y su posterior liberación tras presión institucional, revela tensiones profundas en la región. Estos hechos exponen cuatro ejes críticos detrás del conflicto:
1. Conflictividad social y vacío institucional
La detención arbitraria bajo el argumento de “usos y costumbres” evidencia:
- Un sistema de justicia local que opera al margen del marco jurídico nacional, incluso aplicando castigos colectivos a menores.
- La incapacidad del Estado para garantizar derechos humanos básicos en zonas indígenas, donde persisten 16,000 desplazadospor violencia comunitaria según datos del Frayba.
- La intervención federal fue necesaria ante la falta de acción de autoridades locales, lo que sugiere complicidad o incapacidad de estas.
2. Vulnerabilidad de la infancia
El caso desnuda prácticas alarmantes:
- Utilización de menores como instrumentos de presión en conflictos comunitarios.
- Condiciones carcelarias inhumanas (falta de cobijas, alimentos y agua en clima frío).
- Respuesta tardía de protección a la infancia, pese a la existencia de protocolos específicos.
4. Disonancia legal
La Fiscalía de Chiapas enfatizó que los usos y costumbres no pueden sobreponerse a derechos fundamentales, marcando un precedente crucial. Sin embargo, el hecho de que la investigación quede en manos de la Fiscalía de Justicia Indígena plantea dudas sobre la imparcialidad del proceso.
Trasfondo no declarado: Este caso sería sintomático de luchas por el control territorial entre facciones comunitarias, donde la familia detenida podría ser víctima de disputas internas por recursos o poder local, agravadas por la penetración del crimen organizado. La rápida movilización de organismos federales sugiere temor a un escalamiento de violencia en una zona estratégica cercana a territorios zapatistas.
Donde suelen darse esteos abusos
Esta “postal del abuso” visibilizada por este caso, es figuradamente propia de territorios donde convergen cuatro fracturas estructurales:
1. Geografías del olvido estatal
- Regiones con presencia estatal débil o selectiva, como zonas indígenas marginadas o áreas bajo control de poderes fácticos (narco, paramilitares).
- Coincide con el contexto de Chiapas, donde el 34% de municipios tienen alertas por violencia comunitaria y 16,000 desplazados documentados.
2. Fronteras de la legalidad
- Espacios donde sistemas normativos paralelos (usos y costumbres distorsionados, leyes del crimen organizado) sustituyen al Estado de derecho.
- El caso muestra cómo prácticas locales pueden vulnerar derechos humanos básicos, incluso contra menores.
3. Archipiélagos de impunidad
- Territorios marcados por ciclos de violencia no investigados, como los 5 poblados chiapanecos actualmente incomunicados por el narco o las balaceras recurrentes.
- La Fiscalía estatal recibió 4,794 denuncias por delitos contra la libertad personal en 2023, con solo 12% resueltas.
4. Cartografías del dolor infantil
- Lugares donde la infancia es usada como moneda de cambio en conflictos adultos.
- México registra 21 millones de menores en pobreza, concentrados en Chiapas, Guerrero y Oaxaca, zonas con altos índices de violencia comunitaria.
En clave simbólica, esta postal pertenece al sur global profundo: esos márgenes geopolíticos donde el pacto social se rompe y resurgen formas feudales de control, usando a los cuerpos más vulnerables como campo de batalla.
Con informacion: ELNORTE/
Mira que ternura que resulten tan solícitos, cínicos hijos de la chingada.
ResponderBorrarNo saben lo que hacen TODOS LOS PUTOS DIAS los miembros del crimen organizado?
-extorsionan (cobro de impuestos)
-matan (uso de fuerza)
-diden lo necesario según sus intereses (creación de leyes)
Aplican lo necesario como si crearan leyes y todo esto a la sombra del gobierno porque es el único que no se da cuenta.
ResponderBorrarNo saben que son potestades exclusivas del.estado?
Cuando pasan las indocumentadas por frontera chupas no saben que la mayoría son violadas?
Tampoco saben quién lo hace cómo cuota para poder pasar?
Esto de los indígenas está del.carajo pero de lo demás ni uno o una valiente que lo mencioné?
Que cinismo y necesidad tan grande de alimentar la egoteca y mantenerse cobrando en el presupuesto.