Como carro viejo, pero de la noche a la mañana, Cabeza de Vaca se devaluó aún más de lo que ya estaba, con la derrota en estas elecciones en las que gastó “carretonadas” de dinero para la compra de votos y aun así no le alcanzó para ganar e intentar salvar su pellejo.
Cada que un gobernador va de salida pierde algo de “valor”, por decirlo de alguna manera, pues ya hay una nueva figura que tendrá ese poder, por lo que la gente considera que ya no tiene caso hacerle el caldo gordo al que ya se va.
En el caso de Cabeza de Vaca es aún peor, pues no sólo lo ven como ese que ya se va, sino como ese al que no conviene verse asociado, pues la noción general es que será sujeto de acciones legales por todas esas fechorías que se le atribuyen, incluyendo la guerra sucia que orquestó contra los ediles y simpatizantes de Morena en el Estado.
Ahora más que nunca es el apestado, ese del que su propia gente ha comenzado a desmarcarse con tal de que no los “embarren” en futuras consecuencias negativas por considerarlos cercanos, aunque algunos cargarán con ese estigma por un largo tiempo.
Algunos empresarios y en general personajes de alto perfil, dejaron de contestarle las llamadas por las razones antes mencionadas y de este punto en adelante la mayoría no se molestará en soportarlo, pues ya sólo es ese viejo león sin dientes que se pierde en el campo para morir solo, ese que ya casi no puede hacer daño.
Precisamente con esa derrota la mayoría intuye que ya no continuaría con su guerra sucia, pero más que desistir de sus vendettas, tiene que ver con que los propios mandos policiales ya no se sienten tan cómodos con movilizarse como lo hicieron, pues están a meses de una nueva administración que podría no perdonarles su actitud servil al lado oscuro de la fuerza.
Fuente.-ElMañana de Nuevo Laredo/
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