La versión sobre esta posibilidad surgió de una carta de Edward Sapone, uno de los abogados del general Cienfuegos, quien habría solicitado suspender el conteo del tiempo para comparecer ante el jurado de Nueva York el próximo 18 de noviembre, fecha fijada para iniciar formalmente el juicio en contra del ex secretario de la Defensa Nacional a partir de las pruebas de descargo de los abogados del militar para rebatir las acusaciones en su contra.
La carta de Sapone es un formato legal de la justicia norteamericana en la que el abogado solicita que se cancele el conteo del tiempo que concluirá el 18 de noviembre y pide a su vez que se le dé tiempo para preparar su defensa a partir de un nuevo escenario en el que podría cooperar con la justicia de los Estados Unidos.
El abogado Sapone firma en nombre del general Salvador Cienfuegos Zepeda, en un documento dirigido a la Corte de Distrito del Este de Nueva York. El texto solicita la exclusión del periodo señalado para ofrecer pruebas ya que ese espacio está siendo utilizado para negociar algún acuerdo.
La carta fue revelada por medios estadunidenses y mexicanos, señalando varios escenarios y razonamientos en torno a esta nueva situación jurídica para el ex secretario de la Defensa. El primero indicaría que Cienfuegos estaría dispuesto a negociar para no llegar a un juicio al declararse culpable de algunas de las acusaciones en su contra (tiene tres por narcotráfico en varias modalidades y una por lavado de dinero).
Esto no significaría que el general sea culpable de los cargos que le quedaran luego de negociar ante la justicia norteamericana, sino que no estaría en posibilidad de demostrar su inocencia con los elementos de prueba con los que cuenta ahora, esto debido a lo complejo del caso, según se señala en la carta.
El otro escenario sería el más grave, porque si no hay acuerdo o no se llega a algo concreto en la negociación, esto implicaría el inicio del juicio contra el general Cienfuegos.
Durante el proceso no habría forma de evitar que cada detalle del caso sea presentado por la fiscalía e incluso por la parte defensora, y se conozca el fondo de cada acusación, con nombres, fechas, detalles, lugares, cargos, grados, es decir, que quedaría al descubierto toda la presunta cadena de mandos involucrada en la protección no solo al cártel H2 –para el que supuestamente trabajaba Cienfuegos– sino a otras organizaciones criminales.
Al final, quedan en el aire dos escenarios inevitables: que se alcance una negociación en la que el general Cienfuegos evite ir a juicio no por ser culpable realmente, sino por no poder demostrar su inocencia “por lo complejo del caso” o bien evite ir a juicio para que no se conozca ningún detalle de la presunta red de corrupción en la SEDENA y en otras dependencias encargadas de combatir al narco.
En los dos escenarios la constante es una y la misma: que no se sepa jamás qué sucedió realmente en aquellos años del secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, como cabeza principal del combate al narco en el que murieron, en el periodo de Enrique Peña Nieto, 184 soldados y 152 marinos.
Fuente.-Jorge A. Medellin/
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