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domingo, 29 de noviembre de 2020

DESAPARECEN a EFECTIVO de la GUARDIA NACIONAL y ESPOSA DENUNCIA FALTA de APOYO de GN y MURMURAN AUTOSECUESTRO...un prueba genética podria demostrar "ya esta muerto".


Alejandro García Rosas habló por teléfono con su esposa por última vez el pasado 13 de abril. Un día antes abordó un camión de pasajeros en San Pedro de las Colonias, Coahuila, con rumbo a Ciudad Juárez, Chihuahua, para retomar sus actividades de resguardo de la frontera norte como parte de la Guardia Nacional. Desde ese día no se sabe nada de él.

Su esposa, Ana, relata que hasta el momento ni las autoridades estatales de Chihuahua ni la Guardia Nacional le han dado respuestas sobre el paradero de su esposo, quien antes de pertenecer a la corporación creada en el presente sexenio fue soldado y cabo del ejército.

La mujer lleva más de siete meses esperando el resultado de una prueba genética que podría determinar que el cuerpo sin vida de Alejandro habría sido encontrado en una fosa clandestina.

La Fiscalía de Chihuahua dio con la fosa ubicada en la colonia Rancho Anapra, cerca de la frontera, por el testimonio de un menor de edad que habría participado en la inhumación del cuerpo.

El 14 de mayo Ana se presentó en Ciudad Juárez ante la oficina de Servicios Periciales y Ciencias Forenses de la Zona Norte para una entrevista que permitiera comparar las características físicas de Alejandro con las del cuerpo localizado por la Fiscalía. El estudio falló en determinar su identidad.

El estado de descomposición del cadáver impidió la identificación de coincidencias en cuanto a cicatrices, lunares o manchas en la piel y piezas dentales. Por otra parte, el comparativo de los rasgos que la Fiscalía determinó “positivos” incluían un error de la agente encargada: el cuerpo corresponde al de un hombre de entre 25 y 30 años, mientras que Alejandro habría cumplido 37 en abril.

Al día siguiente Ana acudió con sus dos hijos para aportar muestras de ADN que permitieran a la Unidad Especializada en la Investigación de Personas Ausentes y Extraviadas cotejar el perfil genético del cadáver. Durante su estadía no se le permitió ver el cuerpo ni la ropa que este llevaba.

La toma de las muestras genéticas por parte de la Fiscalía chihuahuense marcó el inicio de un periodo de silencio y contradicciones que se extiende hasta el día de hoy. Ana no ha recibido adelantos del caso, los agentes encargados no contestan sus llamadas y de la Guardia Nacional no ha recibido más que una respuesta cargada de indiferencia: que Alejandro no ha acudido a su trabajo, y por lo tanto es un desertor.

“Realmente el apoyo de la Guardia Nacional nunca se tuvo. Pedí el apoyo de ellos y hubo mucha negligencia, porque incluso se murmuraba que mi esposo se había autosecuestrado”, recuerda Ana.

En los días siguientes al reporte de desaparición, un capitán de la Guardia Nacional visitó a Ana en su casa. Le pidió que hablara con Alejandro, que le dijera que se presentara a trabajar, que diera la cara. Le aseguró que “no le harían nada”.

La Guardia Nacional le dijo a Ana que rastrearon el teléfono de Alejandro. Se encontraba en Torreón, Coahuila, y, según el capitán, habría sostenido comunicación con otra persona durante la noche anterior.

“Pero yo sabía que eso no era cierto, yo le mandé mensajes y nunca me contestó”, asegura Ana. Poco después la Guardia Nacional corrigió la sospecha: el teléfono que habían rastreado no era el de Alejandro. Se equivocaron al marcar por un dígito.

En el caso de la Fiscalía de Chihuahua, la información que le ha brindado a Ana —cuando lo ha hecho— ha sido contradictoria e inconclusa. El agente encargado de la investigación le ha dicho que el caso está prácticamente cerrado y que la carpeta de investigación pasará al departamento de Homicidios una vez que se tenga el resultado de la prueba genética, aunque ha tardado más de medio año.

Además, no fue hasta que Ana tuvo la carpeta de investigación en sus manos que se enteró del lugar exacto en el que posiblemente habrían encontrado el cuerpo de su esposo.

“El policía que llevaba el caso de mi esposo me dijo que habían encontrado el cuerpo en una colonia en el centro, después volví a marcar y me dijeron que lo habían encontrado en otro lado. Con el expediente ya pude ver en dónde lo encontraron”, dice.

Cuestionado sobre la tardanza en la entrega del resultado de la prueba genética, el Fiscal de la Zona Norte de Chihuahua, Jorge Arnaldo Nava López, dice que esto es señal de que no se han encontrado coincidencias y se comprometió a revisar el caso para próximamente aportar avances sobre las tareas de búsqueda.

“Estos son procedimientos muy técnicos. Si hubiera algún hit positivo en este procedimiento de genética forense, de manera inmediata se notificará a los familiares. Si no se les ha notificado al momento es porque no hemos tenido coincidencias positivas”, asegura.

Al respecto, la Guardia Nacional reconoce la desaparición de Alejandro García Rosas y asegura haber orientado a su familia para interponer la denuncia correspondiente ante la Fiscalía de Chihuahua, además de que colabora con las autoridades en las tareas de búsqueda.

fuente.-


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