Los 10 gobernadores que conforman la “Alianza Federalista” para oponerse a la administración de AMLO violan la Constitución, pues la Carta Magna prohíbe de forma absoluta a los estados formar alianzas o coaliciones. Expertos señalan que para romper el pacto federal, los aliancistas aún están lejos de los consensos requeridos.
Al constituirse como Alianza Federalista en oposición al gobierno federal, 10 gobernadores han violado la Constitución Mexicana. “Es anticonstitucional para los estados hacer cualquier alianza, coalición, convenio, sobre todo en contra del gobierno federal”, explica Manuel González Oropeza, doctor en derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México.
En entrevista con Contralínea, el también maestro en derecho público por la Universidad de California indica que los mandatarios estatales están en su derecho a disentir del gobierno federal si consideran que son sujetos de agravios, porque son entidades autónomas y soberanas como lo establece la Constitución en sus artículos 39 y 40. “Pero evidentemente la propia Constitución, con base en experiencias históricas del siglo XIX, establece la prohibición absoluta de los estados para formar alianzas o coaliciones en contra de la federación”.
Por tanto, la Alianza Federalista está prohibida absolutamente en el artículo 117 constitucional, añade el experto. Y expone que el artículo 118 también habla de prohibición relativa en que los estados no pueden hacer ciertas cosas, salvo que el Congreso de la Unión las autorice.
No obstante, a inicios de julio pasado, los gobernadores de Aguascalientes, Martín Orozco Sandoval (PAN); Chihuahua, Javier Corral Jurado (PAN); Coahuila, Miguel Ángel Riquelme Solís (PRI); Colima, José Ignacio Peralta Sánchez (PRI); Durango, José Rosas Aispuro (PAN); Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo (PAN); Jalisco, Enrique Alfaro; Michoacán, Silvano Aureoles (PRD); Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón; y Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca (PAN), se constituyeron como Alianza Federalista y “amenazaron” con romper el pacto federal, al considerar que el presupuesto que se les asigna no es justo.
Para el doctor Alfonso Hernández Valdez –profesor-investigador del Departamento de Estudios Sociopolíticos y Jurídicos del ITESO–, esos 10 gobernadores saben bien que su coalición es inconstitucional, pero han visto en ella una oportunidad para tratar de entablar un nuevo pacto fiscal.
El politólogo considera que la Alianza Federalista se ha constituido como un pacto político y que la amenaza de que se saldrán del pacto federal es una estrategia de comunicación más que de otra cosa. “No está amenazado el pacto federal mexicano: ninguno de esos gobernadores estaría dispuesto a salirse del pacto federal. Que lo digan, que sea una línea de comunicación eso es más estrategia que otra cosa”.
Aliarse no es un crimen, pero viola la Constitución
Aliarse como lo hicieron los 10 mandatarios para enfrentar al gobierno federal no es un crimen, explica el doctor González Oropeza –académico del Posgrado de Derecho Constitucional en la Facultad de Derecho, de la UNAM–, por tanto no han incurrido en un delito, sino en una violación a la Constitución.
Lo que corresponde hacer al gobierno federal, detalla, es concertar, no estigmatizar. “Con la Constitución puede decir: bueno, miren, ustedes pueden disentir lo que quieran, por eso hay libertad de expresión y hay libertad de pensamiento en nuestro país, pero no pueden unirse en una coalición contra el gobierno federal porque está prohibida por la Constitución. De hacerlo, incurrirían en una violación constitucional”.
El investigador critica que cuando los estados se dijeron agraviados porque la federación les estaba quitando recursos, y el gobierno federal responde que es “porque son una bola de corruptos”, pues “eso no es concertar, eso es acusar y evidentemente esas acusaciones provocan una reacción legítima de los gobernadores”.
Por ello, considera que debe haber ponderación en las autoridades federales y también en las locales para llegar a un acuerdo. “Pero hay algo malo, algo que no está bien manejado por el gobierno federal que hace que 10 estados pretendan unirse en contra de la federación. Y no puede explicarse, en mi opinión, nada más con las meras descalificaciones partidistas de: ‘es que son la oposición’. Eso no es una causal suficiente”.
Romper el pacto federal
La “amenaza” de romper el pacto federal podría trascender a la pasada negociación del presupuesto público para 2021, sobre todo por el contexto electoral del año próximo. No obstante, los gobernadores aliancistas requieren de consensos en el Congreso para lograr algo en ese sentido.
El profesor-investigador del ITESO, Hernández Valdez, señala que en la discusión pública que la Alianza Federalista ha traído, hay que distinguir entre el pacto federal y el pacto fiscal, porque cuando los gobernadores hablaron de un rompimiento del pacto federal y de que se pondría en riesgo, en realidad se referían al pacto fiscal y no al pacto federal.
“El pacto federal no se puede romper así nada más: está establecido en la Constitución que la federación es una, el país es uno y es inviolable el tema del federalismo; es nuestro régimen político que nos distingue”, dice en entrevista el experto en el estudio del federalismo, la democracia y la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción.
Agrega que “si bien es cierto que los estados son libres y soberanos, hay que entender que esa libertad y la soberanía en realidad emanan de un concepto abstracto que es el pueblo: es el pueblo quien establece gobiernos estatales y gobierno federal. Entonces, el pacto federal no se puede romper así nada más”.
Al respecto, el doctor en ciencia política por la UNAM, Víctor Manuel Muñoz Patraca, considera que la alianza de los gobernadores es una estrategia para ejercer presión política, más que buscar el rompimiento real del pacto federal “están haciendo un recurso histórico que se ha tomado en México para estar en desacuerdo con políticas del gobierno federal”.
El académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM recuerda que en el mundo hay tendencias separatistas y, de alguna manera, la Alianza Federalista ha planteado esa discusión, aunque matiza que “México ha cuidado mucho su soberanía y su unidad nacional”.
Por su parte, el doctor Hernández Valdez refiere que “lo que establecen los gobernadores es una agenda de negociación muy elevada, donde en realidad lo que están buscando es un nuevo pacto fiscal, y eso sí se requiere”. Agrega que en México “tenemos un federalismo muy centralista. Hay que cambiar las condiciones estructurales de nuestro federalismo y todo eso pasa por un nuevo pacto fiscal. Obviamente en la discusión política y en la parte de la negociación y de lo que establecen uno y otro pues se tiene que hablar con términos que no están contemplados ciertamente en nuestro pacto federal, ni en la Constitución”.
Vigencia del federalismo
Para romper el pacto federal, si fuera el objetivo último de la Alianza Federalista, se requiere reformar la Constitución. El doctor en derecho Manuel González Oropeza explica que “el 124 sería el primer artículo a reformar: quitar el que las facultades federales son exclusivas de la federación y establecer que la federación tiene facultades para legislar en el interés público general, sin detrimento del interés público local. Eso permitiría un pase de los estados para poder intervenir”.
El constitucionalista también sugiere revisar el artículo 50 de la Constitución de 1824, que es muy importante porque “el Congreso asume facultades administrativas, pero en sus adiciones se ve claramente que esas facultades no las asume con exclusividad; al contrario, las asume con una visión de que las leyes federales están para coadyuvar a las leyes locales, esto es en lugar de tener leyes federales exclusivas para la federación lo que se tiene es una política de supletoriedad de las leyes federales a las leyes local”.
No obstante, esas reformas necesitarían consensos amplios, pues las reformas constitucionales –establecidas en el artículo 135– requieren “que el Congreso de la Unión, a través de cada una de sus dos Cámaras, apruebe por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes, las reformas o adiciones. Que las reformas o adiciones sean aprobadas por la mayoría absoluta (la mitad más una) de las legislaturas de los estados”.
Y en el fondo de esa discusión se encuentra la vigencia del federalismo. Al respecto, el doctor en ciencias políticas Hernández Valdez considera que sí hay aspectos que pueden mejorarse, como por ejemplo el centralismo en lo que corresponde a la parte fiscal. Y explica que se trata de un régimen que concibe a un país federal para fortalecer a sus estados miembros, a sus integrantes, provincias o como se les llame. Ése es el origen de cualquier pacto federal: tener una fortaleza en materia económica, en seguridad y en defensa de posibles amenazas externas, que no tendrían los estados en lo individual.
El asunto, añade, es que para que eso suceda los estados miembros deben tener un entendimiento preconcebido de que no todos los estados o provincias van a partir de un mismo piso económico. “Entonces, ahí hay un tema de solidaridad económica: aquellos estados con mayor empuje contribuyen a la fortaleza de todo el conjunto, y el dinero que se recauda también es para ayudar a las regiones menos prósperas.
“¿De qué se benefician los estados más fuertes? Pues de que tienen un alcance en todas sus actividades políticas y económicas que ya no nada más se circunscriban a su provincia o región, sino a todo el país. Es como un dar y recibir. En esa concepción ciertamente tiene que haber elementos que quedan a cargo de la federación en términos de política pública y de autonomía, y otros elementos de política pública que quedan a cargo de las regiones. Y ahí es donde creo que nuestro federalismo tiene que revisarse.”
Y es que el doctor Hernández Valdez indica que “estamos en un federalismo centralizado desde hace muchas décadas y ese federalismo centralizado, para que tenga viabilidad como sistema federal, realmente pasa por un nuevo pacto fiscal, por una nueva manera de entender cómo se recauda el dinero, cómo se reparte sin olvidar este esquema de solidaridad con las regiones o los estados menos favorecidos”.
El investigador observa que las federaciones sólidas tienen esquemas tributarios donde los estados recaudan algunos impuestos y los manejan de acuerdo con sus propias condiciones, pero eso no sucede en México: aquí prácticamente la mayor parte de la recaudación, la importante, se da a nivel federal.
Otros aspectos que podrían revisarse tienen que con políticas públicas, indica. “En las federaciones más consolidadas hay elementos, por ejemplo, de decisión en términos de educación superior, en donde los propios estados o provincias tienen mucho qué decir respecto a la política educativa en sus respectivos estados; y hay otros que incluso se van al tema de la educación preescolar y primaria, donde también tienen mucho qué decir y se establecen políticas que son exclusivas para los propios estados, donde la federación enmarca un estado general de cosas en materia educativa pero los estados deciden contenidos o alcances sobre ciertos temas en los distintos niveles educativos. En el tema de salud lo mismo”.
El experto expone que ciertamente hay cuestiones que se tienen que hacer desde la federación: “una política integral de salud o de revisión epidemiológica, pero la provisión de ciertos servicios de salud puede hacerse a nivel estatal o local, y eso prácticamente no sucede. Y así nos podemos ir con varias otras políticas públicas en las que ni siquiera se ha discutido cuál es la pertinencia de contribución de los estados. Entonces sí se necesita una gran discusión en términos de un nuevo federalismo, iniciando por lo fiscal”.
El doctor Hernández Valdez observa que estos 10 gobernadores aliancistas “aprovechan esta circunstancia de austeridad: están ciertamente molestos por los recortes presupuestales, yo creo que eso es un elemento objetivo y están también aprovechando esta coyuntura para decir: ‘necesitamos traer a la agenda pública un tema largamente olvidado y largamente necesitado de discusión y a lo mejor éste es el momento idóneo para hacerlo: ¿cuáles son las condiciones de relación económica entre el gobierno federal y los estados de la República para plantear un nuevo entendimiento?’”
Esa misma coyuntura es analizada por el doctor Manuel González Oropeza, quien observa que con esta alianza y las amenazas que profieren, los gobernadores están demostrando el nivel de desesperación que existe entre los estados, pero también la falta de diálogo que ofrece la federación. Eso, indica, debe preocupar a unos y a otros, porque ése no es el camino que necesita México.
fuente.-Nayeli Escalona/
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