La pregunta que da título a este artículo sobre Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera ha rondado en la Corte Federal de Brooklyn, pero nadie se anima a dar una respuesta cien por ciento positiva, particularmente fiscales federales y la propia defensa, la cual mantiene la esperanza de triunfo.
La única que expresamente considera que su esposo saldrá libre es Emma Coronel, a quien se cuestionó si escribiría cartas a su marido: “No tendré que escribirle, porque Joaquín va a volver a la casa”.
La duda sobre el futuro del presunto líder del Cártel de Sinaloa se incrementa, debido al retraso del jurado en decidir sobre los 10 cargos que pesan en su contra, pero hay una razón para ello: es un caso complicado y hay cientos de evidencias, además de 58 testimonios, 14 de ellos cooperantes, que ofrecen detalles a revisar.
En la remota posibilidad de que en este juicio el mexicano sea declarado inocente, todavía debe enfrentar cargos en otros Distritos federales en Estados Unidos, específicamente en California y Texas.
Cuando fue extraditado, hubo una condición de excepción, acordada vía diplomática entre México y Estados Unidos, para permitir que el narcotraficante fuera trasladado primero al Distrito Este Federal de Nueva York, para enfrentar la ley, descritos en 10 cargos por la ayudante del fiscal Andrea Goldbarg durante el cierre de sus alegatos.
De todos los cargos, sólo el primero enfrenta cadena perpetua; el jurado debe decidir unánimamente en al menos tres de las 27 agravantes de “liderar una empresa criminal”, que incluye delitos como tráfico de droga, manejo de armas y otros crímenes.
Los otros nueve cargos alcanzan penas mínimas de 10 años, es decir, en caso de que supere el primer cargo –el más complicado– por los otros nueve, si logra una sentencia mínima de 10 años, sumaría 90 años de prisión.
En cualquier escenario, Guzmán Loera enfrenta un futuro complicado en las cortes estadounidenses.
Fuente.-Diario Nueva York/
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