Alejandrina Guzmán es la dueña de la marca de ropa “El Chapo”, ésta como muchas otras empresas poseen sus propias cuentas en las redes sociales a través de las cuales se dan promoción y comparten una vista del producto que ofrecen. Sin embargo la joven empresaria parece haber vivido un aparente “bloqueo” o “persecución” de parte de las plataformas digitales, en este caso Facebook e Instagram al ver el cierre de sus sitios. Hasta la fecha le han cerrado las cuentas dos veces, la última fue el pasado domingo.
A raíz de lo anterior, Alejandrina emitió un comunicado de prensa, con el que explica que en ningún momento, según sus palabras: “infringió o malinterpretó los términos y condiciones de las redes sociales“, razón por la cual se ha visto sorprendida ante la aparente “injusticia” que vive de parte de estos medios.
Ante el cuestionamiento de una presunta persecución la joven expresa que ella no es la responsable directa de las condiciones bajo las cuales nació, haciendo alusión al hecho de no ser culpable de ser la hija de Joaquín, El Chapo, Guzmán. Y aclara que tampoco ha seguido los pasos de su padre, recalca que ella ha sido víctima de abandono y que no ha aceptado ni dinero o ayuda proveniente de este conocido narcotraficante. Guzmán también hace hincapié en que ella además de ser diseñadora es doctora y mamá, en resumen, una mujer trabajadora que busca vivir una vida sana y libre.
En su comunicado también cuenta que pese al juicio que ahora vive su padre, de éste aprendió a ser una mujer de palabra, además de calculadora con ética y honor. “No tengo porque ser juzgada, yo no estoy en el mismo caso, ni en el mismo saco”, dice.
“Toda mi vida he tenido que esconder mi identidad, esconderme de gobiernos que quisieron encontrar algo que no existe, esconderme de personas que quisieron de algunas manera ligarme o encasillarme en una vida que nunca llevé”.
Después de esta declaración, en su comunicado la joven hace muchos cuestionamientos en donde señala que bajo ningún pretexto busca juzgar a su padre, solo quiere sentar como un hecho el que El Chapo, tanto como sus abuelos, nacieron en extrema pobreza, lo expuesto, según argumenta, no pretende justificar ni victimizar a su progenitor, del cual dice, ya se sabía que enfrentaría a las acciones a las cuales está siendo sometido en la actualidad.
“Los gobiernos someten y torturan de manera patológica a mi padre como si no fuera un ser humano, como si no tuviera derechos algunos, pero después hablan de violencia y derechos. Seguramente muchas vidas fueron truncadas en el proceso de los negocios que la industria del narco lleva a cabo, la gran mayoría de esas vidas son de personas que decidieron estar allí, de la misma manera que lo decidió mi padre”, explica Guzmán.
En la última parte de las tres páginas expuestas en su comunicado, Alejandrina reafirma que: “No estoy dispuesta y no aceptaré que se me limite en mis derechos por ser la hija de“.
“La marca de ropa que encabezo es un negocio legal que con mucho esfuerzo llevo a cabo desde hace tiempo. Decidí salir al mercado porque quiero demostrar que soy una persona trabajadora y totalmente legal. Parte de la venta de nuestros productos serán donadas a una asociación de prevención en contra de las drogas que estamos desarrollando al mismo tiempo que desarrollamos la marca”.
Alejandrina Guzmán expone que algunos de sus productos serán trabajados desde las cárceles con el objetivo de ayudar en el proceso de rehabilitación de personas que nunca recibieron ayuda, personas que tampoco recibieron una enseñanza que los lleva por un camino diferente.
“Seguiremos trabajando para poder llevar a nuestros clientes un producto de óptima y distinguida calidad“, concluye el comunicado de prensa.
- fuente.-Diario Nueva York/
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