Contaban que en las comidas de gabinete era el único que tenía la confianza de estirar el brazo y con su tenedor agarrar un bocado del plato del presidente Peña Nieto. Nadie en el sexenio era más cercano, más amigo, más íntimo que Luis Miranda Nava. Su operador leal, el hombre que cada día se sumergía en las cloacas del poder para llegar a amarres inconfesables, primero secretario de Gobierno en el Estado de México, luego subsecretario federal de Gobernación, más tarde secretario de Desarrollo Social y ahora diputado priista.
Según fuentes federales a las que he tenido acceso, la Secretaría de Hacienda lo tiene en la mira. Las investigaciones de la Unidad de Inteligencia Financiera lo han vinculado con gasolineras que se beneficiaron de tratos con los huachicoleros.
No sólo es Luis Miranda. Hay también gobernadores en la mira, pero no por un asunto de huachicol, sino por lavado de dinero y quizá financiamiento ilegal de campañas políticas. Otra investigación oficial de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda ha detectado la operación de un poderoso sindicato regional en Tamaulipas y Coahuila, con aproximadamente cincuenta empresas fantasma, que para lavar dinero realizaría lo que en el argot bancario se conoce como “pitufeo”, es decir, diluir grandes transferencias económicas en pequeños depósitos sistemáticos para que no llamen la atención de la autoridad. Usarían para esto, de acuerdo con dichos informes, las cuentas de sus trabajadores agremiados.
Están bajo análisis del Gobierno Federal datos que recibieron en el sentido de que este sindicato habría apoyado las campañas del PRI en Coahuila, que llevó a Miguel Riquelme a la gubernatura, y del PAN en Tamaulipas, que abanderó Francisco García Cabeza de Vaca.
Un tercer expediente impacta a una de las organizaciones sociales más conocidas y quizá también más repudiadas del País: Antorcha Campesina. Según las mismas fuentes, serían dueñas de aproximadamente 50 estaciones de servicio, presuntamente vinculadas a los huachicoleros.
Tres expedientes que tienen el potencial de volverse un escándalo político. Ya veremos cuál de los discursos pesa más: el de la justicia sin impunidad o el del “borrón y cuenta nueva”.
fuente.-\@CarlosLoret
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