En un descampado, al pie de un cerro, un terreno de 1.600 hectáreas está por convertirse en pieza clave de Tesla, la empresa global en fabricación de autos eléctricos. No hay ingenieros, ni maquinaría todavía. En el horizonte, a lo lejos, solo se observa el vaivén de los tráileres que van de la carretera Monterrey-Saltillo cargados de autopartes y mercancías. La autovía, apenas salpicada de un puñado de vendedores de ajo, soporta diariamente el tránsito de vehículos que se dirigen a la zona metropolitana de Nuevo León. En estas tierras, bajo el resguardo de un sol imponente y de grandes montículos de tierra, Elon Musk ha decidido erigir uno de los enclaves productivos desde el que se fabricarán más de un millón de autos por año.
El anuncio de Musk sobre esta factoría, en la que desembolsará más de 6.000 millones de dólares, realizada hace un par de días, aún no arrebata la tranquilidad a esta zona industrial donde sobresalen las líneas eléctricas de alta tensión entre pastizales.
El paisaje irregular, salpicado de montículos de tierra, se verá transformado en las próximas semanas por el trabajo de la maquinaria pesada que preparará el terreno para erigir una mole de concreto de tres pisos para alojar a los más de 7.000 trabajadores que fabricarán sus vehículos de última generación. Colindante a este terreno, que ya cuenta con un dueño multimillonario, se localizan un puñado de empresas como Noah Itech, Gonher, Siemens, Nemak y Katcon. Fernando Turner, director ejecutivo, de Katcon y próximo vecino de Tesla, vislumbra el arribo de esta planta industrial como una oportunidad para toda la cadena de proveedores automotrices. Katcon es una multinacional mexicana abocada a la fabricación de convertidores catalíticos y escapes para motores de combustión, sin embargo, ya están analizando la migración de tecnología para no quedar fuera de la ventana de negocio que abrirá Tesla en Nuevo León. “Desde hace tiempo hemos cotizado componentes para Tesla, pero todavía no tenemos pedidos, pero confiamos en que llegarán, la llegada de Tesla es una oportunidad más para aumentar ventas y acceder a la cadena de vehículos eléctricos”, dice Turner mientras observa a lo lejos el terreno que en meses ocupará la firma de Musk.
El terreno en el que será construida la fábrica como se ve actualmente.El auge automotor generado por esta planta, señala, es una oportunidad para crear un ecosistema de derrama económica que llegue hasta las pequeñas y medianas empresas mexicanas. “La proveeduría de Nuevo León es de calidad mundial, aquí hay muchas empresas que pueden proveer a Tesla con la calidad que necesita al nivel de cualquier parte del mundo, lo digo porque tengo muchas plantas en otras partes del mundo, lo que necesitamos en convencer a Tesla de que compre aquí”, asevera. Con más de 30 años en el sector, Turner desvela cómo el corredor industrial de Nuevo León, forjado al calor de los hornos siderúrgicos, las plantas cerveceras y las cementeras, extendieron su beneficio económico más allá de los límites estatales para llegar a Coahuila, un Estado que ahora también aloja a grandes jugadores como General Motors y FIAT Chrysler.
Turner advierte de que la llegada de la firma al municipio también supondrá desafíos, principalmente de movilidad en toda la zona metropolitana del Estado. El empresario añade, que el arribo de Tesla no se ceñirá exclusivamente a Santa Catarina, por el contrario, se extenderá a los municipios vecinos como San Pedro y Monterrey, incluyendo los municipios de Saltillo y Ramos Arizpe, en el Estado aledaño de Coahuila. “El corredor de la zona metropolitana de Nuevo León, que actualmente tiene unos cinco millones y medio de habitantes, se duplicará en unos diez años. Eso implicará más inmigración, más habitantes y se requerirá más de todo. Eso quiere decir que los que hacen casas van a vender más casas y así, el sector industrial va a responder, pero se necesitará más agua, más vialidades, más transporte, más seguridad”, refiere.
Un letrero colocado en un semáforo de Santa Catalina da la bienvenida a la empresa, en una fotografía de este jueves.
“Gracias a Dios, Santa Catarina, ante los ojos del mundo. Tesla es un gran reto más, que impulsa a la ciudad a mostrarle a la comunidad internacional, de que estamos hechos. Este es, solo un gran comienzo”, redactó esta semana el alcalde del municipio, Jesús Nava Rivera, ante el inminente anuncio de la instalación de la próxima megafábrica de Tesla. A través de su cuenta en Facebook, el alcalde mostró su emoción por la buena noticia para el municipio y la llegada de una inversión millonaria.
Santa Catarina es un municipio ubicado a unos 25 kilómetros de Monterrey, dentro de la zona metropolitana de Nuevo León y cuenta con poco más 300.000 habitantes. La demarcación, que fue oficializada como ciudad en 1977, está enmarcada por las autopistas, los tráileres cargados de mercancías y los vagones de ferrocarril que dan cuenta de su vocación industrial.
Aunque desde el año pasado otros municipios como Tizayuca, en Hidalgo, pelearon por ser la sede de esta proyecto, factores como la cercanía de la localidad a Texas —donde Musk tiene un importante enclave de producción— aunado a su cercanía con otros corredores industriales locales como el que está en Saltillo, a menos de una hora de distancia en automóvil y su cercanía con el área metropolitana de Nuevo León y por ende a todos los servicios y lugares de ocio, han convertido al municipio en el sitio elegido por Musk para desarrollar su nuevo hub de electromovilidad.
Vista aérea del sitio en el que será construida la megafábrica.
Vista aérea del sitio en el que será construida la megafábrica.Fuente.-Karina Suarez/Diario Español
Foto: Camioneta donde viajaba el ex líder de autodefensas
