“YA lo TRAE en la BOCA y NO es PITORREO”: “SAMUEL QUIERE REBAUTIZAR PRESA LIBERTAD por PITO REAL para HONRAR el PAJARO del EJIDO”…seguro no tiene quehacer.

Al más puro estilo de Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, de cambiar de nombre a obras, dependencias oficiales y hasta lugares, el Gobernador Samuel García adelantó ayer que la Presa Libertad pasará a llamarse Presa Pito Real, como el Ejido Pito Real, donde se construye.

En este nuevo giro que fusiona la grandilocuencia de Trump con el simbolismo revolucionario de AMLO, el Gobernador Samuel García ‘sin quehacer” decidio rebautizar la Presa Libertad como “Pito Real”, demostrando que la onomástica política es el nuevo deporte extremo de los mandatarios.

La geografía según los caprichos del poder

• México vs. Trump: Mientras el magnate neoyorquino ordena llamar “Golfo de América” a la porción estadounidense del Golfo de México (para “honrar la grandeza nacional”), según su decreto, García responde con su “Pito Real” institucional: su presa ahora honrará a un ejido que nos suena a algo mas que ave de corral,una especie de sonoro relincho que delata su presencia en las arboledas ribereñas, los bosques caducifolios y las áreas ajardinadas donde se instala, dice Wikipedia”.
• AMLO 2.0: El gobernador emecista parece heredar la obsesión renombradora del expresidente López Obrador, quien bautizó calles con frases como “Abrazos, no balazos” y “Revolución de las Conciencias”. Eso sí, Samuel lo hace con toque norteño y que “mejor que un pájaro en mano para que ande en la boca de todos”.

Ironías con sello oficial
García criticó el nombre anterior por ser “un eslogan político” del exgobernador Jaime Rodríguez, sin mencionar que su administración ya instaló placas con su propio logo en la obra. La justificación burocrática (“Agua y Drenaje lo pidió”) rivaliza en creatividad con la de Trump al renombrar Denali como Monte McKinley: ¿será que los mapas se actualizan más rápido que las tuberías?

El costo de la vanidad
El rebautizo ocurre mientras la presa acumula 19 meses de retrasoy cinco fechas incumplidas. Como bien apuntan los críticos de Trump, estos cambios nominales suelen costar millones, aunque en Nuevo León quizá se ahorren en letreros: al fin y al cabo, ¿qué mejor nombre para una obra hidráulica que evoca el sonido de un escape de aire?

Sheinbaum, ante este “festival del nombre”, debe sentirse en deuda: cuando Trump anunció su golfo made in USA, ella ripostó sugiriendo renombrar América como “América Mexicana”. Ahora México tiene su “pito real y Trump su águila calva”.

Moraleja: En la política actual, renombrar es más fácil que construir… y mucho más divertido para los memes. 🦚

Con información: ELNORTE/