Anuncia la Presidenta Sheinbaum una nueva estrategia para abordar el problema de los desaparecidos en México. Me parece muy bien. Ése es uno de los problemas más graves de nuestro País en los últimos años.
A reserva de confirmar los resultados que vayan a ofrecer, vale la pena preguntar si no habrá también una nueva estrategia para investigar los que ya desaparecieron, porque lo que han hecho hasta ahora equivale a una cruel broma. Un chiste a costa de los familiares de las víctimas.
También, y tal vez más importante, sería establecer una estrategia para que no desaparezcan más personas… pero eso no se ve venir en el horizonte.
Porque el problema es gigante. Vemos con espanto la cantidad de víctimas del conflicto en Ucrania y la matanza de palestinos, pero el horror aumenta al comprobar que acá hay más muertos y desaparecidos que en aquellas zonas en conflicto… y lo que más parece preocupar aquí es determinar a qué gobernante le echan la culpa de las omisiones, o peor, la complicidad con los criminales.
No digo que eso no importe, pero es secundario. Lo principal es, primero, detener la barbarie y, en lo posible, localizar e identificar a las víctimas. Establecer protocolos de búsqueda e identificación de las víctimas, más allá de culparlas de su situación, para después dar carpetazo al asunto.
Pero sobre todo, ya lo apunté, detener la salvaje situación en que nos encontramos desde hace décadas. Y para ello no basta una cartita de buenos deseos como la que anuncia la mandataria, sino empezar por lo más complejo y difícil de erradicar: la corrupción. La complicidad de las autoridades es evidente, al menos por omisión.
También por incompetencia y falta de preparación de jefes, mandos medios y hasta de la tropa loca. Por mucho tiempo era fácil culpar a algunas manzanas podridas en el barril, los elementos corruptos. Ahora ya no es posible negar que es el barril mismo el que pudre a los que van entrando. Y quien no baila por dinero, se suma a las víctimas. Total, qué más da si le agregamos al montón.
Poco es lo que pueden hacer como autoridad si no cuentan con que la amplia mayoría de los elementos están de su lado y no están informando de sus movimientos estratégicos al crimen organizado, que hace honor a su nombre y cuenta con espías, armamento y equipo tecnológico muchas veces superior al de quienes lo combaten.
Más espantoso, aunque no cause sorpresa, es darnos cuenta del nivel de involucramiento de los mismos gobernantes electos en los manejos del hampa. Los ejemplos sobran en todos los niveles de gobierno: municipal, estatal y federal, pero también en todos sus órdenes.
Tienen o han tenido legisladores, fiscales y jueces en su bolsillo. Igual militares y agentes federales. ¿En qué momento harán un corte de caja las autoridades, o al menos establecerán filtros para que no les sea tan fácil entrar y salir del poder, como si fuera un supermercado?
La solución no es fácil, pero sí sencilla: se llama inteligencia. No me refiero a esa cualidad humana, sino al manejo de información estratégica, sin la cual no hay conflicto que se pueda solucionar favorablemente.
Vicente Fox tuvo la brillante idea de desarmar el Cisen, porque era más fácil hacerlo que depurarlo y ponerlo a trabajar al servicio del país y no del poderoso en turno, pero quiero pensar que desde entonces ha sido restaurado y llevado a un nivel de eficiencia que envidiaría el FBI o la NSA, así que ya sería hora de ponerlo al frente de las acciones.
¿O qué tal la inteligencia financiera? El Departamento del Tesoro gringo tiene tal poder que puede congelar fondos que le parezcan sospechosos, más allá del estatus legal de sus dueños. Engarrótenseme ahí.
Aquí, una de las cosas que hacen es quedarse con un predio donde se han cometido delitos. Si los delincuentes se hicieron de la propiedad a punta de pistola -si fuera el caso del terreno de Teuchitlán-, pues peor para los dueños legítimos: pierden dos veces y hasta a la cárcel pueden ir a dar.
Por eso me parece que los planes anunciados por la Presidenta suenan como una declaración de buenos deseos… pero muy incompletos. Porque es importante encontrar el niño ahogado… pero lo es más tapar el pozo, de una buena vez.
Con informacion: paconavarrete@gmail.com/REFORMA/
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