jueves, 30 de mayo de 2019

LAS LUCHAS de PODER "CUARTEAN" la CUARTA TRANSFORMACION...quieren el cargo pero no cumplir el encargo.

Como le adelantamos ayer en Twitter, muy temprano, Ricardo Peralta dejó la Administración General de Aduanas para incorporarse como subsecretario de Gobernación, el puesto que dejó vacante Zoé Robledo, ahora flamante director general del IMSS. 
La coyuntura de la primera gran renuncia en el gabinete de Andrés Manuel López Obrador (la de Germán Martínez) fue el pretexto perfecto para conjurar uno de los más grandes conflictos que la 4T tenía en su equipo económico: la injerencia de la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en terrenos que Carlos Urzúa y Alfonso Romo reclaman como propios.
Desde su nombramiento como Administrador General de Aduanas, en diciembre de 2018, Ricardo Peralta generó desconfianzas en los equipos de Hacienda, específicamente en el Servicio de Administración Tributaria (SAT), pues era claro que sus lealtades y reportes iban directo al palacio de Bucareli.
La intromisión en Aduanas de este abogado y académico de la UNAM generó de inmediato un corto circuito con Margarita Ríos-Farjat, quien por su parte arribaba a la titularidad del SAT con el apoyo del Jefe de la Oficina de Presidencia, Alfonso Romo, y la bendición de su amiga, y también colega poetisa, Beatriz Gutiérrez Müller.
De ahí que los episodios de discordancia y confrontación fueron más que abundantes entre los dos personajes, como la filtración de un oficio del SAT fechado el 4 de marzo, en el que Ríos-Farjat acusa de insubordinación al responsable de las Aduanas, o la destitución en esa área de funcionarios cercanos a Peralta.
Específicamente, como orden directa del SAT, salieron de AGA el Administrador Central de Investigación Aduanera, Jesús Torres Charles, y al Administrador Central de Operación Aduanera, Arnoldo Martínez Rentería, este último relevado por el almirante en retiro Juan Ramón Alcalá Pignol, el primero de los mandos de origen castrense que solicitó directamente la jefa del órgano recaudatorio. 
La suerte de Peralta quedó finalmente echada durante la presentación de las metas del Plan Nacional de Desarrollo, cuando la discordancia en cuanto a objetivos avivó el enfrentamiento entre los dos cerebros económicos de la 4T e hizo prácticamente insostenible la presencia en esos ámbitos de un tercer jugador.
Urzúa y Romo dieron por inminente la salida del Administrador General de Aduanas y, sin claridad todavía sobre el futuro que tendría Peralta Saucedo, comenzaron cada uno por su lado a impulsar diversos nombres para asumir ya en el corto plazo la mencionada cartera. 
La vacante abierta en Gobernación, con el nombramiento en el IMSS de Zoé Robledo, vino a facilitar los enroques, pues se cumpliría también el objetivo de entregar finalmente a Olga Sánchez Cordero a un subsecretario de todas sus confianzas.
De paso, se aprovechó la mañanera de ayer para dejar en claro “quién manda realmente en Gobernación”, mensaje más que necesario en un espacio donde ha sido personaje estelar el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas.

Veremos ahora, con la designación del nuevo titular de Aduanas, hacía qué lado se decanta el siguiente mensaje del presidente, en un contexto en el que suenan muy fuerte los nombres de Rodolfo Torres Herrera y Álvaro Suárez Garza; el segundo, por cierto, muy cercano a Alfonso Romo, aunque la vocera del jefe de la Oficina de la Presidencia lo negó ayer en una comunicación telefónica que terminó súbitamente. 

Fuente.-@MarioMal/

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