Lo hechos ocurrieron en los dos extremos del país, con una diferencia de semanas. Y los dos casos son una muestra contundente de que el Estado mexicano claudicó en una de sus labores esenciales; la defensa de la vida, los bienes y la seguridad de los ciudadanos.
En el primer caso, la noche del pasado miércoles, en el corazón de la zona turística de Cancún, Quintana Roo, fue quemada una agencia de autos de lujo. ¿La razón? Que los empresarios se negaron a pagar el nuevo impuesto llamado “cobro de piso”.
En el otro extremo, en el municipio de San Pedro, en Nuevo León –el municipio de mejor calidad de vida y conurbado a Monterrey–, otro lote de autos de lujo fue quemado. Idéntica razón, el “cobro de piso”.
Y es que según no pocas ramas industriales, el crimen organizado generalizó un nuevo impuesto; “cobro de piso”, sin que autoridad alguna sea capaz de poner freno; sea municipal, estatal o federal. El fenómeno lo padecen desde “la tiendita de la esquina”, hasta los comercios más importantes y se da en casi todos los rincones del país, ante la ausencia del gobierno.
Otro dato contundente. En 124 días del gobierno de Obrador, según el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, en todo el país se han reportado, en promedio, 127 homicidios dolosos por día.
¿Y qué significa tal cifra?
Casi nada, que en los cuatro meses del gobierno de AMLO se han cometido, en total, 15 mil 748 crímenes violentos; una cantidad superior a los crímenes cometidos por año en el gobierno de Vicente Fox y una cifra que supera por casi 50 por ciento la media registrada en los primeros meses de los gobiernos de Calderón y Peña.
Es decir, las bandas criminales actúan por todo el país a su antojo, ya que en promedio se cometen cinco homicidios violentos por hora; una cifra que supera las bajas que registraron algunas guerras convencionales.
Más datos demoledores. Una comparación entre las drogas duras incautadas en los primeros meses de los gobiernos de Felipe Calderón, Enrique Peña y López Obrador, confirma que el actual presidente mexicano legalizó, de facto, la venta y distribución de droga en todo el país.
¿Por qué?
Porque el gobierno federal prácticamente no incautó nada de drogas durante diciembre de 2018 y en los meses de enero, febrero y marzo de 2019.
Según esas cifras oficiales, los gobiernos de Calderón y Peña incautaron toneladas de cocaína, mariguana, heroína, goma de opio, metanfetaminas, semilla de amapola y semilla de mariguana. Y la incautación en la gestión de AMLO es de casi cero kilos de todas las drogas.
¿Qué significan esas cifras de escándalo?
1.- Significa que López Obrador entregó el país a los narcotraficantes, a quienes deja hacer, mientras que nadie responde la pregunta clave. ¿A cambio de qué el nuevo gobierno entregó el país a los criminales?
2.- Significa que, de facto, el presidente legalizó la venta y distribución de drogas duras en todo el país.
3.- Significa que, en los hechos, se impuso la amnistía al crimen organizado, en su vertiente del perdón a los capos de la droga
4.- Significa que el presidente incurre en el delito de “traición a la patria”, ya que declinó una responsabilidad fundamental, en tanto jefe del Estado.
Pero el escándalo no termina ahí. Según el diario digital @contrapesoC las alcaldías gobernadas por Morena, en la capital del país, son las que arrojan los mayores índices de violencia.
De manera abrumadora superan al resto de alcaldías en feminicidios, robo con violencia, homicidios dolosos y secuestros. ¿Por qué en gobiernos de Morena, sean municipal, estatal o federal, reinan la impunidad y la violencia?
¿Será que AMLO entregó el país al crimen y al narcotráfico?
Al tiempo.
fuente.-
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