El viernes 19, alrededor de las 20:00 horas Alfredo Meugniot Careta llegó a la fiesta que se celebraba en la palapa “La Potra”, en la colonia Obrera de este municipio. Media hora después un grupo armado irrumpió en el establecimiento y lo ejecutó junto con 12 adultos y un bebé de un año.
Alfredo era hijo de un empresario local y de Aracely Careta, funcionaria del sector salud en el ayuntamiento de Minatitlán. Alfredo dejó un hijo de 13 días de nacido, que no puede ser alimentado por la madre debido a la crisis nerviosa que le provocó la masacre.
Además de Alfredo murieron, entre otros, César Hernández, entrenador de un equipo de beisbol de la liga local, y su hijo Santiago Hernández, de un año; Fulvia Salinas Jiménez, vecina de la colonia Obrera, quien era la festejada ese día; Claudia Patricia Cabrera, estudiante de la Universidad del Valle de México campus Puebla; Leobardo Salinas, entrenador de Crossfit, y Hebert Reyes, empleado de la refinería Lázaro Cárdenas.
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que los seis agresores abrieron fuego cuando llegaron a una mesa ubicada frente al baño, donde se encontraban Julio César González Reyna, La Becky –dueño del bar La Esquina del Cha-Kl– y otros parroquianos.
Cuando los sicarios intentaron llevarse a González Reyna, él y sus acompañantes se resistieron. Y así empezó la balacera. Algunos corrieron hacia la barra; otros se refugiaron en la cocina, según los testimonios de los sobrevivientes.
Varios vecinos comentan que Alejandra González Reyna, de 34 años y hermana de La Becky, fue secuestrada en septiembre de 2014. Su cuerpo fue localizado días después en un camino de terracería en la carretera Oteapan-Zaragoza.
Uno de ellos comenta: “Creímos que eran cuetes… La lluvia de balas duró dos o tres minutos”. Otro dice: “En 10 minutos, esto estaba lleno de patrullas; vivo a una cuadra y no me dejaron acercarme al lugar. Los vecinos sólo veíamos la sacadera de cuerpos”.
–Pero este es un barrio tranquilo –les comenta el reportero.
–¡Qué va! Hace unos meses en la esquina mataron al encargado de ese restaurante porque supuestamente no pagó la cuota a los criminales.
El 9 de agosto de 2018, El Diario de Minatitlán informó que el encargado de un negocio llamado “El Original, la casa de la arrachera” fue acribillado. Desde entonces el local permanece cerrado.
El martes 23, en la plazoleta Lázaro Cárdenas, Aracely reprochó a las autoridades: “Dijeron que era un ajuste de cuentas, y no es cierto. Mi hijo fue a una fiesta; ustedes también van a fiestas. ¡Basta ya! Ni uno más”.
El viernes 26, el presidente Andrés Manuel López Obrador llegó a la ciudad y, desde el parque Reforma, declaró: “Vengo a Minatitlán a decirles que no están solos, tienen el respaldo al cien (sic) del gobierno de la República”.
Y anunció que más de mil elementos de la Guardia Nacional comenzaron ya el patrullaje en la zona sur de Veracruz, que comprende los municipios de Minatitlán, Cosoleacaque y Coatzacoalcos.
El panteón de los ejecutados
Cerca de la refinería Lázaro Cárdenas se encuentra el panteón ejidal Tlacoteno, que recibe de cuatro a cinco difuntos por mes. Los lugareños lo llaman el camposanto de los ejecutados.
El domingo 21 llevaron a ese lugar, que es atendido sólo por cuatro empleados, seis de los 13 ejecutados en la palapa “La Potra”. Los entierros se iniciaron al mediodía y concluyeron horas después. La ceremonia más concurrida fue la del menor Santiago Hernández, quien fue depositado en una gaveta junto con su padre, el entrenador del equipo de beisbol local, y otros familiares.
De acuerdo con la FGE la masacre en “La Potra” se originó por un “ajuste de cuentas” en torno a los bares de La Becky, en los cuales presuntamente se vendía droga. Según esa versión, primero llegaron Los Zetas y luego el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Policías estatales comentan que en diciembre de 2017 fueron ejecutadas seis personas en un autolavado en la colonia Esperanza Ancon en el puerto de Coatzacoalcos. Refieren que el operativo fue similar al del viernes 19. Desde entonces, los sicarios del CJNG comenzaron una limpia en el sur de la entidad.
Los vecinos dicen que en la colonia Santa Clara de Minatitlán las ejecuciones por el “cobro de piso” son comunes. En marzo del año pasado fue baleado un hombre fuera del centro comercial “Más Carne”; en junio siguiente, cerca de la casa de La Becky, cayó el encargado del centro botanero “Los Compas”, un negocio que se había inaugurado pocos meses antes.
En “La Crudería” se realizaban fiestas de la comunidad LGBT, comentan los vecinos de la calle Querétaro, y daba servicio sólo de vez en cuando.
Gente de colonias como Cánticas, municipio de Cosoleacaque, así como La Obrera, Santa Clara y el ejido Taconteno viven en virtual toque de queda.
Entrevistado el miércoles 24 sobre la inseguridad en Minatitlán, municipio con 160 mil habitantes, el alcalde Nicolás Reyes Álvarez, de Morena, se muestra nervioso cuando se le menciona que los comercios locales deben pagar su derecho de piso al CJNG y a Los Zetas.
“Nosotros no tenemos ese dato –dice–. Los bares y comercios extorsionados por el crimen organizado operan en la clandestinidad. Nosotros tenemos información sólo de los que están empadronados y pagan impuestos; de los otros no sabría decirle.”
El día anterior, un centenar de manifestantes, entre ellos integrantes de la Cámara Nacional de Comercio y del Consejo Regional de Seguridad y Participación Ciudadana, expresaron su hartazgo por los robos, extorsiones, cobro de piso, homicidios y secuestros.
“Vamos bien… bueno, hemos tenido problemas; vamos bien (en materia de seguridad), no como quisiéramos… Pero hoy tenemos la ventaja (sic) de que ya Minatitlán está patrullado por la Sedena mañana, tarde y noche”, comenta el alcalde al reportero.
Y proporciona cifras: 80 militares, 65 policías municipales, 100 elementos de la Secretaría de Seguridad Pública, 10 de la Gendarmería Nacional y un número indeterminado de federales.
Los nuevos sicarios
En la última década, la región sur –que comprende Minatitlán, Coatzacoalcos, Cosoleacaque, Jaltipan, Acayucan y Las Choapas, entre otras cabeceras municipales– era controlada por Los Zetas, pero la detención en Cancún, Quintana Roo, de José Giraldo García, El Cubano, en marzo de 2018, frenó a la organización, cuenta un comandante de la Secretaría de Seguridad Pública que solicita el anonimato.
Meses antes, a finales de 2017, fue capturado Hernán Martínez Zavaleta, El Comandante H –quien tenía el control de esa organización en Veracruz–. También fueron abatidos Elías Aguirre Sánchez, El Metro, jefe de “estacas” (espías) en Coatzacoalcos, al sur de Veracruz, y Bernardo Cruz Mota, El Niño Sicario.
Ahora, la Agencia de Investigación Criminal y la Procuraduría General de la República buscan a un jefe de sicarios de Los Zetas de origen sudamericano (presuntamente chileno), según un documento elaborado por el Agrupamiento Coatzacoalcos de la Subsecretaría de Operaciones de la Secretaría de Seguridad Pública estatal (SSP) que menciona “17 objetivos específicos” de ese cártel.
Cuando Los Zetas perdieron fuerza en la región sur, el CJNG comenzó a posicionarse. El titular de la SSP, Hugo Gutiérrez Maldonado, asegura que ya tienen “plenamente identificados” a dos sicarios de ese cártel implicados en la matanza del viernes 19.
Y en las redes sociales los cibernautas mencionan por sus apoyos a dos presuntos jefes de plaza del CJNG: El Largarto y El Comandante 80.
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