Las preguntas sobre metanfetaminas han retrasado la decisión del jurado en el juicio contra Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera en la Corte Federal de Brooklyn.
La mayor parte las dudas de las ocho mujeres y cuatro hombres que integran el grupo que decidirá el futuro jurídico del mexicano han sido sobre la producción de esa droga, así como el uso de la efedrina y el significado de “ice”.
El lunes, cuando comenzaron las deliberaciones, el jurado preguntó si la efredrina era considerada metanfetamina, a lo que el juez Brian Cogan los remitió a la información técnica en los archivos físicos a los que tienen acceso.
Las dudas sobre el tema han ido en aumento, ya que este martes –luego de no realizar preguntas durante toda la mañana– después del mediodía hicieron cuestionamientos sobre esa droga, particularmente escuchar otra vez el audio de un diálogo que tuvo “El Chapo” con una mujer en Estados Unidos, quien distribuiría “ice” (una forma de referirse a las metanfetaminas).
“Ahí le voy a–ahí van a hablar con usted para que hable con el Ranchero. Dígale que-que consiga clientes pa’ el ice allá en los Estados Unidos”, dice Guzmán Loera a una mujer no identificada vía telefónica.
La mujer responde que se pondrá a trabajar en la petición, pero lo hará poco a poco, a fin de ir evaluando el mercado. “Pues pa’ ir calando pues. Pa’ ir midiéndole el agua a los camotes”, indicó.
La otra petición es parte del testimonio de Jesús “El Rey” Zambada, quien narró la ocasión en que se reunió en la Ciudad de México con un sujeto conocido como “Chespiro”, para hablar sobre la producción de efedrina de Asia, uno de los químicos base para la producción de la metanfetamina.
Ese encuentro, dijo Zambada, ocurrió a finales de 2004 o principios de 2005 en un parque en la capital de México, donde el sujeto pidió apoyo legal para una transacción internacional de al menos 20 toneladas, a través de empresas ilegales cuya operación sería distinta al objetivo para las que fueron creadas.
También se solicitaron los testimonios de los hermanos colombianos Jorge y Alex Cifuentes, quienes en la corte hablaron sobre la producción de metanfetaminas. El juez Cogan alertó que las declaraciones son extensas, de hasta tres días cada una, por lo que llevaría días en leer los documentos resultantes, así que se entregaron los archivos a la comisión, pero deberán elegir qué partes revisar en particular, pero no tendrán acceso a las objeciones durante esas examinaciones.
Las demandas del jurado sorprendieron a fiscales federales, pero pareció ser un buen indicio para la defensa, particularmente Jeffrey Lichtman –quien sonreía durante el lapsus– ya que eso retrasaba la decisión sobre los 10 cargos que pesan contra Guzmán Loera.
El cargo dos corresponde a la conspiración de producción y distribución internacional de cocaína, heroína, metanfetaminas y marihuana.
Guzmán Loera escuchó nuevamente el audio y la lectura del testimonio que pidió el jurado; estaba tranquilo, vestido de traje azul marino, camisa gris y corbata negra.
Emma Coronel esperó durante prácticamente todo el día en la banca destinada a familiares de la defensa y saludó en dos ocasiones a su esposo, quien también movió su mano derecha y esbozó una sonrisa.
La exreina de belleza reconoció estar nerviosa, pero mantuvo un semblante tranquilo y bromeó con varias personas que se acercaron a saludarla, incluida una pareja de mexicanos, Julio y Carmen Gaitán, quienes han acudido en varias ocasiones a presenciar el juicio y saludan efusivamente a la esposa de “El Chapo”, la cual responde con amabilidad.
Decisión complicada
Aunque conocieron al mismo tiempo decenas de evidencias y escucharon testimonios de 56 cooperantes, expertos, agentes de la DEA y FBI, eso no significa que la decisión del jurado será unánime, condición clave para que su determinación sea válida.
Una de las principales indicaciones del juez Cogan a los 12 neoyorquinos que decidirán el futuro del presunto líder del Cártel de Sinaloa fue que sus decisiones se hicieran de manera unánime, “más allá de la duda razonable”, es decir, que ni los fiscales federales ni la defensa cuestionen el resultado de sus votos por cada cargo en contra del mexicano.
El jurado no tiene una tarea fácil, así lo reconociern las partes acusadora y defensora –que en sus cierres de alegatos agradecieron su labor– ya que no se trata de marcar el espacio de “culpable” o “inocente” del formato que les fue entregado a cada uno de los miembros, sino tomar la decisión con responsabilidad.
El primer cargo, “liderar continuamente un grupo criminal”, es uno de los más complicados, ya que contempla 27 agravantes, por las cuales el mexicano enfrenta cadena perpetua. Hay una posibilidad de que la decisión final se extienda hasta el viernes.
fuente.-Diario Nueva York/