La canción El del palenque de la agrupación Los Alegres del Barranco, aquella que interpretaron en el Auditorio Telmex en Jalisco a finales de marzo con unas animaciones creadas con inteligencia artificial para hacer un homenaje a Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), se ha posicionado en el número uno en la lista de LyricFind Global de Billboard, empresa líder en licencias de letras que clasifica las canciones con mayor crecimiento en búsquedas y usos, con datos de más de 5.000 editoriales, según se lee en su página web.
De acuerdo con Billboard, después del concierto en Jalisco, la viralización del tributo al Mencho y la cobertura mediática, el interés de la gente por la letra de la canción aumentó un 232% en todo el mundo. En Estados Unidos, la melodía registró un crecimiento del 46% en reproducciones oficiales y en la semana del lunes 31 de marzo al jueves 3 de abril, incrementó más de dos millones, según datos de Luminate. En total, el catálogo de la banda obtuvo más de 13 millones de reproducciones en Estados Unidos, el 30%.
Esto ocurre en momentos en que el gobierno de Claudia Sheinbaum busca de manera hipocrita resolver una realidad con ‘romanticismos”, campañas de musica con letras de amor y paz,pero ademas intentando sancionar esta musica como apología del delito,desconociendo que esta preferencia hacia este género, refleja la compleja interacción entre cultura popular, violencia y la normalización de figuras del crimen organizado donde la mayor responsabilidad ha sido del gobierno.
El auge de los narcocorridos y su impacto cultural
Los narcocorridos son una evolución de los tradicionales corridos mexicanos, que históricamente narraban historias de héroes populares y eventos históricos. Sin embargo, en las últimas décadas, este género ha adoptado temáticas relacionadas con el narcotráfico, glorificando a líderes de cárteles y sus actividades. Canciones como “El del Palenque” no solo describen a figuras como “El Mencho”, sino que también integran elementos visuales sofisticados, como animaciones generadas por inteligencia artificial, para reforzar su mensaje.
Este tipo de música tiene una audiencia amplia e internacional, como lo demuestra el aumento del 232% en búsquedas globales de la letra tras el concierto en Guadalajara. En Estados Unidos, las reproducciones oficiales crecieron un 46%, alcanzando más de 13 millones en una semana. Esto subraya cómo estos temas resuenan más allá de las fronteras mexicanas, especialmente entre comunidades mexicanas y mexicoamericanas.
Controversia y respuesta gubernamental
La presentación de Los Alegres del Barranco en el Auditorio Telmex desató críticas por proyectar imágenes de “El Mencho” mientras interpretaban “El del Palenque”. Esto ocurrió en un contexto sensible: días antes se había descubierto un rancho asociado al CJNG donde se cometían actos atroces. La indignación pública llevó a que tanto el gobierno mexicano como el estadounidense tomaran medidas: la Fiscalía de Jalisco inició una investigación por posible apología del delito, mientras que Estados Unidos revocó las visas de los integrantes de la banda.
El gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, enfatizó la necesidad de combatir la normalización de la violencia en espacios públicos, mientras que la presidenta Claudia Sheinbaum condenó cualquier acto que glorifique a grupos criminales. Estas acciones reactivas, como siempre, reflejan un esfuerzo hipocrita por limitar el alcance cultural y social del narcotráfico,en vez de limitar al narcotrafico.
Debate sobre censura y libertad artística
Aunque los gobiernos buscan frenar estos mensajes, los narcocorridos plantean un dilema sobre libertad de expresión. Defensores del género argumentan que estas canciones son un reflejo de realidades sociales y no necesariamente una promoción directa del crimen organizado. Sin embargo, críticos señalan que legitiman figuras violentas y contribuyen a la normalización del narco en la cultura popular.
La controversia también pone en evidencia cómo los narcocorridos se han convertido en un vehículo para explorar identidades culturales complejas en México y entre comunidades migrantes. Sin embargo, su popularidad también resalta una desconexión preocupante entre las audiencias que celebran estas narrativas y las víctimas directas del crimen organizado.
La canción, compuesta por José Carlos Moreno Álvarez, bajista del conjunto, es un narcocorrido dedicado al líder del CJNG. La melodía que suena en tres cuartos tiene estrofas que dicen: “Soy el dueño del palenque / cuatro letras van al frente / Soy el señor de los gallos / el del cártel jalisciense / Brazos armados que tengo / los élite y los guerreros / a los amos del terror / a las órdenes de Mencho”.
Es común que agrupaciones de música regional mexicana le dediquen canciones a líderes de cárteles. Peso Pluma y Natanael Cano cantan abiertamente sobre Joaquín Guzmán Loera, líder del Cártel de Sinaloa y sentenciado a cadena perpetua en 2019. “Dependo de los Guzmán / afirmativa la copia”, canta Peso Pluma en Gavilán II, por ejemplo. Pero el video de los Alegres homenajeando al Mencho llegó en un momento sensible.
El 1 de abril, el Departamento de Estado, en Estados Unidos, canceló las visas de trabajo y turista de Los Alegres del Barranco. El conjunto tenía previstos hasta 10 conciertos en el país del norte, en los Estados de California, Alabama, Oklahoma y Texas. La banda ofreció disculpas el 2 de abril. “Lamentamos que en una parte del espectáculo haya sido malinterpretado. Jamás fue nuestra intención ofender a nadie”, zanjaron en un video.
Este fenómeno de los narco corrido se puede ilustrar en frases que ilustran su impacto cultural, social y político:
- “El narcocorrido es la crónica de un pueblo sin voz que, en su transformación, dejó de narrar tragedias para exaltar hazañas, convirtiendo víctimas en héroes y violencia en entretenimiento.”
- “Más que música, los narcocorridos son un espejo de la descomposición social, donde los antivalores del mundo narco se convierten en símbolos de identidad y resistencia.”
- “Los narcocorridos no solo cantan historias; codifican ideologías y refuerzan imaginarios que reflejan la complicidad entre la cultura popular y las estructuras del crimen organizado.”
- “En una sociedad marcada por la marginación y el desencanto, el narcocorrido se erige como un discurso oculto que expresa la rebeldía y el deseo de salir adelante, aunque sea por vías ilegales.”
- “El problema no radica en las canciones, sino en la memoria colectiva que construyen, transformando tragedias en leyendas y violencia en versos que dictan la historia.”
- “Los narcocorridos son un termómetro de la cultura popular, mostrando cómo fenómenos como el narcotráfico y la violencia se han integrado al imaginario nacional contemporáneo.”
Estas frases encapsulan las tensiones entre expresión cultural, apología del delito y los valores identitarios que los narcocorridos representan.
Conclusion:
La preferencia por este tipo de música revela una fascinación cultural con el poder y la rebeldía asociada al narcotráfico. Al mismo tiempo, expone tensiones entre libertad artística y responsabilidad social. El caso de Los Alegres del Barranco no solo es un ejemplo más del impacto cultural del narcotráfico, sino también un recordatorio de los desafíos para abordar esta problemática sin caer en censura excesiva o indiferencia social.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/JOAQUIN PATIÑO
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