Han pasado 10 años de la desaparición de Mexicana de Aviación, tres administraciones federales y numerosas reuniones con la autoridad y, sin embargo, los trabajadores de la extinta aerolínea aún no han logrado tener su liquidación.
La aerolínea que se fundó el 23 de agosto de 1921 como Compañía Mexicana de Transportación Aéreo, y que el 24 de agosto de 1924 se constituyó como Compañía Mexicana de Aviación, elevó sus alas por última vez.
“El grave deterioro financiero en el que se encuentra la empresa y la imposibilidad de lograr acuerdos que den viabilidad futura a sus operaciones que permitan una capitalización adecuada, han obligado a Grupo Mexicana a suspender las operaciones de Mexicana de Aviación, Mexicana Click y Mexicana Link a partir del mediodía de mañana”, decía el comunicado con el que la empresa anunció el cese de sus operaciones.
Para los 8 mil 500 ex empleados de la aerolínea esto fue una tragedia, pues de la noche a la mañana se quedaron sin su fuente de ingreso.
Activos para la liquidación
De acuerdo con reportes de la aerolínea, aún hay activos tangibles que pueden venderse: un edificio en Guadalajara, Jalisco, y un piso de un inmueble que está en la avenida Balderas, de Ciudad de México.
Sin embargo, el vocal de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), Eduardo Barrera, informó que hay otros activos de la aerolínea que por estar en terrenos federales no han podido hacer uso de ellos, como son el edificio de servicios y un salón premier para atención de pasajeros en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM).
En estos dos casos el fin es dejarlos operativamente en forma para que sean adquiridos por otra empresa y así obtener recursos para la liquidación de los ex empleados.
“No los queremos para quedarnos con ellos, una vez que estén operando y tengan valor se pueden traspasar a otras personas, y lo mismo es con el edificio de servicios y la terminal de carga”, afirmó Barrera.
De venderse todos estos activos de Mexicana, en el mejor de los casos se obtendrá 30 por ciento de la liquidación laboral.
Otro activo son los recintos fiscalizados que tenía en el AICM para su operación, los cuales el Servicio de Administración Tributaria regresó a la Federación.
El vocal de ASPA explicó que al ser Mexicana una de las primeras aerolíneas en operar en el AICM, se le autorizó tener estos recintos para desahogar la saturación en las aduanas en movimiento y el almacén de diversos artículos. Detalló que aún contaban con permisos para administrar estos activos hasta 2025, pero el SAT les quitó la concesión con el argumento de que Mexicana ya estaba en quiebra.
Para Miguel Ángel Yudico, secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de Transportes, Transformación, Aviación, Servicios y Similares, la historia de la aerolínea no solo ha sido una desgracia para los trabajadores sino para México, pues durante años perdió mucha conectividad aérea.
“Los 10 años de Mexicana en tierra son un libro que en cualquier página que se abra es de tristeza y promesas incumplidas por parte de los gobiernos”, afirmó Yudico, quien lamenta como esta situación “llevó a compañeros al suicidio, al endeudamiento o la desintegración familiar”.
Tras la venta de algunos activos de la aerolínea en 2016 —17 motores y nueve aviones—, se pudo realizar la dispersión de 364 millones de pesos para los empleados; sin embargo, este monto solo alcanzó a cubrir salarios caídos. Los recursos fueron mínimos, ya que en promedio cada uno de los trabajadores solamente obtuvo 20 mil pesos.
“Lo que nunca se le ha dado a los trabajadores han sido las liquidaciones. Hay desesperación de los compañeros, muchos han fallecido y otros han sufrido para colocarse”, comentó Yudico.
Para Barrera y Yudico aún hay espacio para continuar la lucha legal y en las calles, y así lograr la mejor liquidación posible, pero inclusive para muchos de los miles de trabajadores, aún se mantiene la esperanza de que algún inversionista rescate a Mexicana para retomar el vuelo.
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