En el primer año del Presidente Andrés Manuel López Obrador, las Fuerzas Armadas salieron a las calles no sólo a realizar labores de Policía, sino a una creciente cantidad de tareas que van desde transportar combustibles hasta construir y operar aeropuertos.
La asignación al Ejército y la Marina de responsabilidades que eran civiles prendió advertencias sobre la militarización del País durante este sexenio, que inició el 1 de diciembre del 2018.
Los militares han asumido, entre otras acciones, la distribución de medicamentos, la vigilancia de ductos y combustibles de Pemex, el traslado de dinero de programas sociales, el reparto de libros de texto, el combate al sargazo e, incluso, actuar durante la conmemoración de la Revolución Mexicana.
En especial, el Ejército construye las obras prioritarias del Gobierno de López Obrador, como las miles de sucursales del Banco del Bienestar, y el nuevo Aeropuerto Internacional de Santa Lucía.
El General Ricardo Vallejo Suárez, ex director de la Escuela de Ingenieros Militares, tiene bajo su mando a 500 elementos y a más de 4 mil civiles para edificar la terminal aérea que remplazará al proyecto de Texcoco cancelado por López Obrador.
Aunque el nuevo aeropuerto debe quedar terminado el 21 de marzo del 2022, el objetivo del Gobierno es que los militares se queden al frente de la operación y administración.
También comandan la integración de la Guardia Nacional, la contención de migrantes, la seguridad en puertos y la vigilancia de instalaciones estratégicas.
"Estoy sorprendido", dijo Julio Salazar, abogado de México Unido Contra la Delincuencia (MUCD), "de que incluso van a repartir los libros de texto, a pesar de que existe la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuito.
"La militarización de la vida pública pone en riesgo a la población en general", añadió. "Es un fortalecimiento de una institución, aun cuando históricamente podemos ver en otros países los problemas que conlleva fortalecer a los Ejércitos".
David Blanc, de la organización Causa en Común, consideró que la asignación de múltiples labores representa un abuso a las Fuerzas Armadas, debido a su prestigio, y exhibe las deficiencias del Gobierno.
"Ya no son dos funciones, son tres, cuatro, cinco", dijo Blanc. "Parece que nunca vamos a acabar de darles funciones".
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