Más de 8,000 balas de potente calibre fueron encontradas en el asiento trasero de un automóvil sedán que la tarde del miércoles 12 de febrero se dirigía a México, pero que fue interceptado por agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
A bordo del carro, un Honda Accord 2007, iban dos mujeres que fueron arrestadas cuando se disponían a cruzar la frontera de El Paso, Texas, a Ciudad Juárez, Chihuahua.
Los agentes detuvieron el vehículo para revisión antes de que abandonara el país y al echar un vistazo al asiento trasero descubrieron que algo raro se ocultaba debajo de una cobija: 16 cajas de munición calibre 7.62 x 39.
“Nuestro enfoque principal es verificar lo que está llegando, sin embargo CBP también realiza inspecciones de salida para detener el flujo ilícito de dinero, armas y municiones hacia el sur”, declaró Héctor Mancha, director de operaciones de CBP en el El Paso.
Las balas del narco
Cada una de las cajas contenía 520 balas para un total de 8,320 proyectiles que se presume abastecerían a los miembros del crimen organizado de una de las ciudades más violentas de México.
El calibre de las balas decomisadas es el utilizado para los fusiles de asalto AK-47, el llamado “cuerno de chivo” que suelen portar los sicarios del narcotráfico en México.
En el estado de Chihuahua se ha constatado la presencia de cinco grupos criminales que protagonizan una sangrienta guerra que en el 2019, tan sólo en Ciudad Juárez, registró 1,500 muertos, muchos de ellos inocentes.
Entre esas organizaciones criminales hay dos grupos aliados del cártel de Sinaloa conocidos como Gente Nueva y Los Mexicles, otras dos bandas identificadas como La Línea y Los Aztecas, que pertenecen al cártel de Juárez, y la quinta facción delictiva la conforman miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
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