El máximo jefe policiaco en el estado fronterizo de Nuevo León se ha jactado en el pasado sobre decomisos e investigaciones de corrupción dentro de las prisiones estatales, sin embargo, una investigación exclusiva de Breitbart Texas reveló que la mayoría de esos casos han sido poco más que espectáculos mediáticos, ya que pocos de esos casos y las evidencias que incluyen armas de fuego y drogas dentro de los penales no han sido entregados a fiscalías federales o estatales para investigaciones y enjuiciamientos.
Poco después de asumir el cargo de Secretario de Seguridad Pública de Nuevo León a finales de 2018, Aldo Fasci Zuazua afirmó que tenía pruebas, incluyendo videos y confesiones sobre la corrupción generalizada dentro de la prisión estatal en Cadereyta. Una serie de cateos posteriores en ese penal dejaron al descubierto un narco laboratorio y varias cantidades de droga. Después de esas redadas, Fasci afirmó públicamente que había ordenado la investigación, el despido y el enjuiciamiento de 80 guardias y empleados de la prisión en relación con la corrupción en la instalación, el medio Milenio de México informó en ese momento agregando que el máximo líder policiaco había entregado el caso a las fiscalías correspondientes.
Esa versión de los hechos resultó ser falsa, según revelaron a Breitbart Texas, fuentes policiacas estadounidenses de alto nivel que actualmente laboran en México. A pesar de las afirmaciones públicas hechas por Fasci a principios de 2019, la información sobre los funcionarios corruptos que trabajan dentro de la prisión en Cadereyta nunca llegó alguna oficina de la Fiscalía General de la Republica, ni de la Fiscalía General de Nuevo León; y como tal nadie fue enjuiciado ni procesado por el narco laboratorio ni por el control generalizado que los carteles de la droga tenían dentro de la prisión a través del soborno continuo de funcionarios públicos, revelaron las fuentes.
Fasci es el mismo funcionario público que, junto con su comisario general de Fuerza Civil, Jorge Fernando Garza, han encubierto narco-asesinatos y secuestros perpetrados por sus propios oficiales, informó Breitbart Texas. Los dos altos funcionarios han sido vinculados al encubrimiento de tres asesinatos, incluido el tiroteo de dos hombres en octubre y el lanzamiento de otro hombre desde un edificio en abril. En ambos casos, los sospechosos de asesinato han sido identificados como policías que trabajan para ciertos carteles de drogas.
Los problemas con Fasci y las cárceles estatales continuaron durante el verano, cuando las autoridades de Nuevo León comenzaron el proceso de cerrar la infame prisión estatal de Topo Chico. Como informó Breitbart Texas, la corrupción generalizada en esa prisión permitió que varios carteles de la droga asumieran el control, lo que provocó un motín masivo en 2016, donde murieron 49 reclusos.
Antes de cerrar la instalación, Aldo Fasci hizo que los oficiales de policía de su prisión realizaran una serie de cateos donde se descubrió un rifle AR-15, varias pistolas, municiones y numerosas armas punzocortantes. En otra parte de la instalación, las autoridades encontraron un centro de narco-inteligencia donde la organización criminal de una facción de Los Zetas guardaba información sobre los reclusos para extorsionar a ellos y a sus familias. Los cateos también dejaron al descubierto la prostitución forzada generalizada de reclusas, la venta y el uso de drogas y alcohol, y un club nocturno VIP, todo dentro de Topo Chico.
A pesar de la atención de los medios que los decomisos en Topo Chico generaron, fuentes policiales estadounidenses que trabajan en México revelaron a Breitbart Texas que ni Fasci ni su personal entregaron ningún expediente, evidencia o queja formal a la FGR, ni a la fiscalía estatal para alguna investigaciones y enjuiciamientos por las armas o la corrupción en Topo Chico. Si bien Fasci anunció el traslado de prisioneros después del cierre de la prisión, los casos de corrupción nunca llevaron a ningún enjuiciamiento.
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