De qué tamaño será la desconfianza, que los agentes del Ministerio Público federal llegaron al Palacio de Gobierno de Jalapa, Veracruz, custodiados por elementos de élite de la Agencia de Investigación Criminal.
La PGR fue a indagar el círculo de confianza, fue a interrogar a los cómplices más íntimos del gobernador priísta Javier Duarte, y temía que pudieran escaparse o peor aún, les echaran a la fuerza pública local para impedirles completar la diligencia.
Los oficiales de la Procuraduría General de la República tomaron declaración al número dos de Duarte, a su secretario de Gobierno Flavino Ríos, y al director del Catastro local, Domingo Yorio Saqui. La situación jurídica de éste último pasó de testigo a indiciado, pues la autoridad federal concluyó que ha encubierto al gobernador, ha escondido sus propiedades y ha obstaculizado la investigación.
La conclusión, me dicen fuentes oficiales, es que lograron recabar testimonios y documentos que acreditarán ante un juez diversos delitos presuntamente cometidos por Javier Duarte.
Ayer por la mañana en Despierta… de Televisa le revelé todo esto, con los datos precisos y las fotografías del operativo anti-Duarte que montó la PGR. La reacción de Javier Duarte, como muchas otras veces ante las denuncias de corrupción que hemos divulgado en su contra, fue inventar un cuento.
A las pocas horas, tuiteó que en realidad el operativo de la PGR había sido para perseguir al gobernador entrante, a su archirrival el panista Miguel Ángel Yunes Linares. Y que al director del Catastro lo tenían en la mira por filtrar documentos relacionados con la presunta riqueza ilícita de Yunes. Puso a trabajar a sus robots en redes sociales, financiados con dinero público, para vaticinar que se me “caería el teatrito” del señalamiento en su contra.
Resultó una mentira. Otra mentira de Javier Duarte.
Por la tarde, el subprocurador Especializado en Investigación de Delitos Federales de la PGR, José Guadalupe Medina Romero, ofreció un mensaje a los medios de comunicación y zanjó la disputa: los interrogatorios, las carpetas de investigación abiertas, las diligencias, las pruebas técnicas e informáticas, las visitas blindadas al Palacio de Gobierno en Jalapa, a la oficina del Catastro e incluso a la Fiscalía de Veracruz, todo, absolutamente todo, tuvo que ver con la indagatoria contra Javier Duarte de Ochoa por enriquecimiento ilícito, peculado e incumplimiento del deber legal.
Y se le cayó el teatrito a él.
SACIAMORBOS. Le quedan 70 días en el poder al gobernador de Veracruz. Todo apunta a que al más alto nivel del gobierno federal ya se tomó la decisión política de proceder en contra de él. Una decisión que se atrasó mucho, y que le costó al régimen y a su partido. Ahora veremos si la investigación logra proceder no sólo contra su vasta red de prestanombres, sino que llega hasta el propio jefe de la banda.
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