El panorama para la economía mexicana luce sombrío. La junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) redujo a la mitad la previsión de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2025, desde un 0,6% estimado en agosto, hasta 0,3%. El rango ha caído a dos décimas porcentuales de su peor previsión, elaborada a mediados de año, y cuando se fijó en 0,1%.
Victoria Rodríguez Ceja, la gobernadora del banco central, asi lo subrayó ayer miércoles durante la presentación el enfriamiento económico del país. “La economía nacional ha seguido atravesando un periodo de marcada debilidad”, mencionó la funcionaria en la conferencia, donde estuvo acompañada por los subgobernadores del organismo.
En terminos llanos: lo que acaba de soltar Banxico es como admitir que la fiesta económica se acabó. La estimación de crecimiento de la economía para 2025 cayó de un 0,6 % a un miserable 0,3 %.
Ese ajuste no es un “pequeño tropiezo”: significa que todo indica estancamiento — la economía apenas se mueve. El organismo central admitió que la industria anda de capa caída: la producción manufacturera se hundió casi 1,5 % en el tercer trimestre.
Y por si fuera poco, los precios siguen subiendo: la inflación anda cerca del 3.6 % anual, y la inflación “subyacente” (esa que mide lo básico, sin las cosas ocasionales) se mantiene por encima del 4 %.
En criollo: menos fábrica funcionando, menos inversión, precios que no paran; todo eso espanta cualquier brote de crecimiento real. El dinero no fluye, la economía se enfría, y la expectativa para el resto de 2025 — lo que se esperaba que fuera un leve repunte — se diluye como un chicle que se “seca”.
Lo más duro: cuando un banco central baja sus predicciones así, ya no se trata de “problemas pasajeros”. Es reconocer que el país se encamina a un 2026 gris, con empleos, consumo e inversión tambaleándose.
Con informacion: DIARIO ESPAÑOL/ELPAIS/DARINKA RODRIGUEZ/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: