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miércoles, 26 de noviembre de 2025

«MORENO FESTEJA DIA INTERNACIONAL de ELIMINACION de la VIOLENCIA de la MUJER CALIFICANDO de AMBICIOSA y FASCISTA a ESPOSA de ALCALDE EJECUTADO"»…es una lacra institucional: alguien que parasita el fuero para atacar, no para representar.


Desde la cámara alta, con la conducta mas baja,el senador de Morena,Gerardo Fernandez Noroña, acusó a Grecia Quiroz, viuda del Alcalde asesinado Carlos Manzo, de ser una «ambiciosa» y representar «posiciones fascistas y de ultraderecha».

Desde la tribuna , Gerardo Fernández Noroña criticó a Quiroz -quien asumió como Presidenta Municipal independiente de Uruapan tras la ejecución de su esposo- por buscar desde ahora la candidatura al Gobierno de Michoacán, actualmente en manos de Morena.

«A ella, la ambición se le despertó y va por la Gubernatura de Michoacán»….SENADOR NOROÑA.

Las descalificaciones de Gerardo Fernández Noroña se dan justo en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.La víspera, había lanzado esa afirmación en su transmisión diaria de redes sociales por lo que fue aludido ayer en la sesión de la Cámara alta. 

Los insultos a Grecia Quiroz no solo son moralmente repugnantes, sino potencialmente violatorias de obligaciones legales que el propio senador juró respetar. 

La “lacra” desde la tribuna

Un senador que usa el micrófono del Estado para llamar “fascista”, “ultraderecha” y “ambiciosa” a una viuda cuyo esposo fue asesinado, no ejerce la crítica política: abusa del poder público para aplastar a una víctima. Convertir el duelo en sospecha, insinuar oportunismo en una mujer que reclama justicia, lo sitúa como una lacra institucional: alguien que parasita el fuero para atacar, no para representar. 

En el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, usar la tribuna para golpear a una mujer en situación de violencia política y personal es un mensaje brutal: la Cámara Alta como escenario de revictimización, no de protección. Cuando un senador convierte a la víctima en blanco, manda la señal de que la sangre del esposo asesinado pesa menos que su afán de denostar a quien incomoda a su grupo político. 

Posibles violaciones legales

Desde la óptica del mejor abogado de la parte agraviada, las conductas del senador podrían encuadrar en:

  • Violencia política contra las mujeres en razón de género: descalificar la participación política de Grecia Quiroz atribuyendo su actuar a “ambición” y colocándola como “fascista” en un contexto de duelo, busca minar su legitimidad por ser mujer, viuda y figura pública que reclama justicia. La violencia política incluye expresiones que menoscaben o anulen el ejercicio de derechos políticos de las mujeres mediante estigmatización, deshonra o descrédito.
  • Posible calumnia o difamación en clave política: sugerir que actúa por intereses inconfesables, que obedece a una supuesta “ultraderecha fascista”, sin aportar pruebas, erosiona su honor y su reputación ante todo el país desde la tribuna del Senado. El uso de adjetivos ideológicos como arma para desacreditar a una denunciante de un asesinato puede ser visto como imputación deshonrosa carente de sustento.
  • Abuso de la investidura y uso indebido de recursos públicos: la tribuna, las transmisiones oficiales y la visibilidad institucional están para el debate de políticas públicas, no para campañas de demolición personal. Cuando el senador convierte el Senado y sus conferencias en plataforma para hostigar a una mujer que exige investigar un homicidio, se aparta del interés público y roza el uso faccioso de la institución.

Contradicción con obligaciones institucionales

El Senado, por normas internas y compromisos internacionales, está obligado a prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, incluida la violencia política.Que en una sesión solemne por la eliminación de la violencia contra la mujer un senador use la palabra para denigrar a una mujer en duelo desborda la falta de tacto: vulnera el deber de debida diligencia institucional.

Las propias funcionarias y senadoras que lo increparon reflejan que su conducta no es un “debate más”, sino un atropello que el propio órgano debe procesar mediante quejas, posibles sanciones y, en su caso, procedimientos ante autoridades electorales y de derechos humanos. La respuesta del senador —negando cualquier “gramo” de misoginia mientras persiste en el mismo tono— exhibe dolo, no ignorancia.

La retórica venenosa como patrón

No se trata de un exabrupto aislado, sino de un patrón: el senador ha usado sus videotransmisiones y apariciones públicas para insistir en que la “ambición se le despertó” a Grecia Quiroz y que “va por la gubernatura”, reduciendo una legítima exigencia de justicia a un cálculo mezquino. Cuando un funcionario convierte a la víctima en conspiradora, prepara el terreno para que cualquier mujer que alce la voz por un crimen sea acusada de “lucrar” con su dolor.

En términos jurídicos y éticos, eso es precisamente lo que un defensor de derechos humanos denunciaría: un ejercicio de poder simbólico encaminado a inhibir la participación pública de una mujer que exige que se esclarezca el asesinato de su esposo.En pocas palabras, no es solo un mal político: es un ejemplo de cómo una investidura se pervierte hasta volverse un riesgo para las víctimas, un problema de salud democrática y una auténtica lacra social ganada a pulso. 

Porque SATRAPA

En sentido estrictamente lingüístico, “sátrapa” se usa de forma coloquial para nombrar a una persona poderosa que ejerce su poder de manera despótica, arbitraria y abusiva, lo cual claramente encaja en su comportamiento. 

Qué significa “sátrapa”

  • La RAE define “sátrapa” como, además del antiguo gobernador persa, una persona que gobierna de forma despótica y arbitraria y que hace ostentación de su poder. 
  • Otros diccionarios explican que, en uso figurado, se aplica al individuo que abusa de su posición, actúa sin escrúpulos y decide según su capricho, sin buscar consensos. 

Cómo se aplica al caso

  • Cuando un senador usa la tribuna para descalificar a una viuda, llamarla “ambiciosa”, “fascista” y de “ultraderecha”, en un contexto de violencia política de género, sí hay un ejercicio autoritario y abusivo de su investidura que muchos describirían como propio de un “sátrapa”.

Con informacion: ELNORTE/

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