En Mazatlán,la Perla del Pacífico,Tierra de bandas, mariscos celestiales, atardeceres de postal y, según la última actualización del clima, lluvias torrenciales de plomo.
Resulta que en la colonia «Nuevo Milenio» —un efectivo del ejercito, identificado como «Javier N», de oficio cocinero de la DEFENSA, fue perseguido por dos motosicarios que pretendían y lo lograron ,darle un mensaje del Cartel de Sinaloa escrito con pólvora pero directo al pecho del Estado mexicano.
El militar fue atacado ayer a las 20:00 horas en la calle Juantillos con la misma facilidad con que el Cartel en sus dos facciones sigue matando exitosamente todos los dias,mas de 2 mil 373 victimas,de acuerdo con NOROESTE. No en una emboscada en la sierra profunda, no en un operativo de película. No. Fue cazado en la zona urbana, mientras la ciudad intentaba seguir con su rutina de turismo y ceviche.
¿El Desafío? Nivel: «Aquí Mando Yo»
Lo que pasó en Mazatlán ocurre en Culiacan y el resto del pais, no es un «hecho aislado» (la frase favorita del funcionario en turno). Es el Cartel de Sinaloa poniéndole los puntos sobre las íes a la autoridad.
Cuando se mata un soldado a plena luz del día, no estás cometiendo un crimen; estás haciendo una declaración política. Estás diciendo: «Mira tus tanquetas, mira tus uniformes camuflados y tus discursos de la mañanera. Todo eso me da risa». El nivel de audacia es tal que ya no necesitan esconderse; la autoridad moral y de fuego del cartel flota en el aire, pesada y sofocante, como la humedad del puerto.
La Estrategia de Seguridad: Un Chiste que Nadie Entiende
Mientras el soldado con grado de cabo moría en el hospital, la famosa «estrategia de seguridad» seguramente estaba ocupada redactando otro boletín de prensa para felicitarse sola y dar a conocer sobre cómo «vamos bien».
Este suceso deja desnuda, una vez más, la realidad:
Si el Estado no puede proteger a sus propios hombres armados, ¿qué nos queda a los que solo tenemos una credencial de elector y ganas de no morirnos hoy?
Realidad sinaloense: cifras para no dormir
Si el Cartel de Sinaloa está mandando el parte de guerra, habría que imprimirlo en papel tamaño sábana:
- 2,373 homicidios dolosos en poco más de un año, como si la vida humana fuera un comodín de póker.
- 2,811 personas desaparecidas, porque aquí la libertad es cuestión de suerte, y el que sale en la nota roja se volvió estadística.
- 8,401 vehículos robados; quién necesita Uber si puedes cambiar de carro diario por cortesía del crimen.
- 1,940 detenidos, que hablan de cantidad y muy poco de calidad.
- 158 abatidos, el número casi discreto que solo sirve para recordar la violencia letal institucional que cancela castigos, porque vivir es el que mata.
Mientras tanto, la estrategia de seguridad sigue siendo ese meme del perro que toma café en una oficina en llamas: “This is fine” o todo esta bien. Lo único que arde es la dignidad oficial, y parece que el cartel ni se despeina. ¿Desafío? No, es burla abierta.
¿Fracaso? Más bien, el crimen está jugando en modo experto y el Estado sigue en tutorial haciendo lo que puede y en abonos,cuando la realidad y ciudadanos demanda que haga lo necesario.
Conclusión: El Silencio es Ruido
El militar ha muerto. En el hospital quedó el último suspiro de la narrativa de que «ya se domó la violencia». Mazatlán sigue bonito, claro, pero el aire huele a miedo. El Cartel de Sinaloa acaba de recordarles a todos —gobierno, militares y turistas— quién tiene realmente el control del «Nuevo Milenio».

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