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sábado, 1 de noviembre de 2025

«DIPUTADA MORENISTA que PELEÓ con OTRA el LUGAR a LADO del BATMAN CUATRERO CUÑA del MISMO PALO que NO PUEDE con CIUDAD CAOTICA en SINALOA se DISFRAZÓ de BATICHICA»…en la republica del disfraz.


Anoche en Azcapotzalco, Ciudad Gótica versión chilanga, una nueva heroína salió de su cueva política en San Lázaro: la Batichica de Morena. Atrás quedaron los días de traje sastre color vino y discursos solemnes sobre la Cuarta Transformación. Gabriela Jiménez, enfundada en un ajustado uniforme negro con el resplandor dorado del murciélago en el pecho, emergió entre tamales, papel picado y música de Thriller, dispuesta a conquistar a propios y extraños… o al menos a repartirles dulces y globos antes del siguiente round legislativo.

“Viene a saludarlos la Batichica”, anunció con tono de superheroína en un mitin sin villanos, salvo quizá el tráfico de la Avenida Santiago Ahuizotla. La multitud de catrinas, payasos y fantasmas aplaudió sin saber si estaban presenciando una campaña o el piloto de una telenovela producida por Morena Studios: Batichica: Justicia y Transformación.

Ricardo Monreal, eterno narrador de la enésima payasada política que dejó ver que ni ellos se gobiernan, la había bautizado con cariño luego de que la legisladora casi se agarra a golpes con otra diputada que tambien quería salir en la foto a lado de Omar García Harfuch,alias Batman,el Bruce Wayne que ya fue a darse de bruces con Sinaloa.

El enfrentamiento entre ambas heroínas en San Lázaro fue digno del multiverso morenista: capa contra toga, vicecoordinadora versus presidenta, ambas defendiendo la justicia… y el asiento junto al hombre del momento que nos engaña mientras nos intenta convencer de que la estrategia del otro Garcia,la de su ex-mentor en el bote gringo, es bien chingona.

Monreal, cual Alfred institucional, intervino con sabiduría geriátrica y las hizo chocar la mano frente a las cámaras, sellando una tregua tan efectiva como un decreto de austeridad.

Desde entonces, las dos presumen el título con orgullo: “Todas somos batichicas”, dicen, mientras en fondo suena Ghostbusters y los colaboradores reparten chilindrinas políticas en bolsas negras cual gadgets del morenismo justiciero.

Porque en el México de hoy, donde la política se disfraza más que en Halloween y la seriedad se fue de vacaciones perpetuas, no hay mejor símbolo del poder que un antifaz y una capa que todo tapa.

Con informacion: ELNORTE/

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