Lo que no dijo el gobernador militante de Morena es que eso podría incluir encarcelar a un hombre que luce inocente.
La historia de cómo el gobierno veracruzano habría fabricado a un “presunto culpable” que sustituiría a un verdadero capo de las drogas comenzó hace 22 meses, cuando un comando de al menos ocho personas emboscó y asesinó al legislador local priísta mientras conducía su camioneta hasta su rancho en Santa Rosa, en Jamapa, Veracruz.
Aquel sábado, cerca del mediodía, hombres armados emboscaron al exlíder de la Confederación Nacional Campesina, Juan Carlos Molina, a quien le dispararon en más de 30 ocasiones. De esa ráfaga, al menos ocho impactos de bala atravesaron las ventanillas de su camioneta e hirieron su cuerpo asesinándolo al instante mientras estaba al volante.
La noticia del homicidio causó un impacto instantáneo en el gobierno local y orilló al mandatario estatal, el morenista Cuitláhuac García, a prometer que el crimen contra su opositor no quería impune. De inmediato, dijo, activaría los protocolos para perseguir a los culpables y el expediente judicial no caería en el hoyo negro de la impunidad.
Con una celeridad inusual, el gobierno estatal comunicó a reporteros locales que, a 299 días de los hechos, el responsable había sido detenido: un tal Itiel Palacios, supuesto capo que respondía al alias de “El Compa Playa” o “El Playas”.
El homicida del diputado, aseguraron, era un criminal “todo en uno”: no sólo asesinaba políticos, sino que también robaba combustible, controlaba vastas extensiones de donde brotaba dinero producto de la extorsión, enviaba drogas hasta el extranjero y hasta se le consideraba el generador de violencia en la región.
Su captura fue presumida como la aprehensión de uno de los enemigos públicos más poderosos de Veracruz, Guerrero y Oaxaca.
Sin embargo, las pruebas que aportaría la familia de Itiel Palacios para defender su inocencia sacudirían al gobierno estatal y harían tambalear la versión de que el empresario de 38 años es el verdadero responsable del asesinato de Juan Carlos Medina.
“Él no es el ‘Compa Playa’”, asegura su hermana a EMEEQUIS con un legajo de pruebas en la mano. “El verdadero asesino está libre y tengo como comprobarlo”.
Itiel Palacios en su faceta habitual y como fue presentado ante los medios. Foto: Especial.
LA PRUEBA: UN TESTIGO TORTURADO
La versión oficial de la captura del “Compa Playa” es que cayó en un pulcro operativo el 3 de septiembre de 2020 en León, Guanajuato. La inteligencia criminal de distintas agencias locales supuestamente lo ubicó en la capital de aquel estado y, pese a su “peligrosidad”, lo arrestaron sin oponer resistencia y sin hacer un sólo disparo.
De inmediato, autoridades locales se congratularon de que habían aprehendido no sólo al asesino del diputado local, sino que habían dado con el responsable de, al menos, una decena de desapariciones en Playa Vicente, Veracruz, y múltiples homicidios que iniciaron desde que el imputado era integrante del Cártel de Sinaloa.
Con su captura parecía cerrarse la carrera de un despiadado criminal del cual casi nadie había escuchado hablar y se habrían resuelto decenas de expedientes de crímenes sin resolver.
En realidad, cuenta su hermana Rubicelia, la única prueba con la que contaban los agentes para aprehender a Itiel Palacios era la declaración de un testigo que fue torturado para señalarlo como un homicida serial.
A ese testigo –Jaime H.– se le aplicó el Protocolo de Estambul para confirmar que fue presionado para incriminar a Itiel Palacios y al resultar positivo en el expediente FED/CDMX/SAO/00006252/2020, el juez de Control y Enjuiciamiento del Decimoséptimo Distrito Judicial en Veracruz le otorgó un amparo que lo protegía de un injusto encarcelamiento.
El gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, enfureció con la decisión y se metió de lleno al caso el 27 de agosto pasado, cuando acusó que el juez habría recibido un soborno por parte del crimen organizado para garantizar la libertad del supuesto capo.
Sin embargo, la familia de Itiel Palacios tenía guardada una batería de evidencias para defender a su familiar de las acusaciones del gobierno estatal.
Fuerzas de seguridad en el lugar de los hechos. Fotos: Cuartoscuro.com.
LOS TESTIGOS DE UNA FIESTA
Entre las pruebas que buscan confirmar la inocencia de Itiel Palacios están, además de la tortura acreditada por un juez contra el testigo principal, que supuestamente lo vio en el homicidio del diputado local, hay fotos, videos y hasta estados de cuenta que absolverían al falso “Compa Playa”.
Por ejemplo, Rosely E. T., perito en Informática adscrita a la Delegación Regional de los Servicios Periciales de la Zona Centro de Veracruz, confirmó que hay videos y fotografías donde aparece Itiel Palacios en una fiesta infantil que se llevó a cabo el mismo día del homicidio del diputado local Juan Carlos Molina, pero en León, Guanajuato, es decir, a 750 kilómetros de distancia del crimen o a 14 horas manejando a una velocidad baja.
Las imágenes certificadas en el dictamen 4497, elaborado por un servidor público ajeno a la familia de Itiel Palacios, y certificado ante el notario público 96, Leonardo Alfredo Beltrán Baldares, ubican al presunto asesino muy lejos de la escena del crimen.
Más de 50 testigos pueden asegurar que Itiel Palacios se encontraba con ellos festejando a su sobrino, mientras los reales asesinos del diputado priísta orquestaban la emboscada y el ataque letal contra Juan Carlos Molina.
Más evidencias ubican a Itiel Palacios como un improbable asesino: la geolocalización de su teléfono, otorgado por una empresa privada de telecomunicaciones, lo ubican muy lejos de Jamapa, Veracruz.
El diputado Molina en su rancho. Foto: Cuartoscuro.com.
E, incluso, el estado de cuenta de su tarjeta bancaria con BanBajío lo localiza en otra entidad federativa de donde ocurrió el magnicidio: según el detalle de sus transacciones, Itiel Palacios estaba en León, Guanajuato –no en Jamapa, Veracruz– pagando por el salón de fiestas PartyCity en la capital guanajuatense para su sobrino por un monto de 5 mil 323 pesos.
Aquella transacción se realizó con una firma electrónica, es decir, sólo se pudo realizar con Itiel Palacios en el establecimiento, lo cual hace imposible que estuviera presente en el homicidio del diputado.
“Tenemos todo para probar su inocencia”, dice Rubicelia Palacios, su hermana, quien no se explica cómo es que las autoridades aseguran que su hermano, padre de seis hijos, es un poderoso capo de las drogas.
“¿Por qué se ensañan con un inocente? ¿Por qué el gobernador lo quiere a fuerza en la cárcel? ¿A quién están protegiendo?”.
Estado de cuenta e imágenes de Itiel en una fiesta infantil, parte de las pruebas de la familia. Fotos: Especial.
¿DÓNDE ESTÁ EL ASESINO?
A pesar de que las evidencias que supondrían la exoneración de Itiel Palacios ya están en poder de la fiscalía veracruzana, el empresario sigue en prisión.
Actualmente está recluido en el Penal de Cosamaloapan, una de las cárceles más peligrosas de Veracruz, a donde mandan a integrantes del crimen organizado como Los Zetas, el Cártel del Noreste y el Cártel Jalisco Nueva Generación.
Su hermana Rubicelia dice que teme por su vida: Itiel Palacios ha recibido amenazas de muerte por tratar de sacudirse el alias del “Compa Playa” y defender su nombre ante lo que la familia asegura es una persecución para cerrar rápidamente un expediente incómodo y darle carpetazo al homicidio de Juan Carlos Molina.
“Lo que quieren es decir que ya agarraron al asesino, cuando no lo han hecho. O el gobernador miente o le están mintiendo, porque tenemos todas las pruebas para asegurar que mi hermano ni siquiera estaba cerca del crimen.
“¿Con qué elementos cuenta el gobernador para decir que un juez dejó en libertad a Itiel por un soborno? Es falso. Le dieron el amparo porque es inocente y luego, para tapar su mal trabajo, la Fiscalía le inventó otro homicidio para mantenerlo en prisión”.
En caso de ser hallado culpable, Itiel Palacios podría pasar hasta 50 años en la cárcel y le perseguiría para siempre un alias que, dice su familia, jamás habían escuchado hasta ahora y que nadie asocia con él: “El Compa Playa”.
Mientras él está recluido, intentando sobrevivir al penal de Cosamaloapan, dos cosas angustian y aprietan a la familia de Itiel Palacios: ¿cómo lo estarán tratando en una prisión manejada por mafiosos?
Y, ¿dónde está el verdadero “Compa Playa”, el real generador de violencia en Veracruz?
Fuente.-@oscarbalmen /
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