De acuerdo con el informe, la falta de voluntad para investigar cada uno de los homicidios, la poca articulación que existe entre las autoridades de seguridad y la falta de transparencia en los datos son algunas de las causas de los altos niveles de impunidad.
¿Qué sucede con los casos de todas las víctimas? No todos son investigados con la atención necesaria. El reporte de Impunidad Cero señala que, en la mayoría de los estados del país, el número de carpetas de investigación y la cifra de las víctimas ni siquiera coinciden.
Como explica el documento, a partir de 2009 se empezó a registrar más de un homicidio en cada carpeta; por un mismo evento, se registran varios asesinatos en un mismo caso.
Por ejemplo, en 2019, el año más violento en México, hubo 34 mil homicidios y 29 mil carpetas de investigación. Al respecto, platicamos con Irene Tello, directora ejecutiva de Impunidad Cero, quien nos dijo que “cada víctima merece tener su propia carpeta porque así también aumenta la calidad del proceso. Se ha hecho un esfuerzo porque sea así, pero tendría que ser la norma en todo el país”.
Lo anterior, entonces, es una causa del nivel de impunidad en el número de homicidios dolosos. En promedio, el 89.6% de los casos quedan impunes. Desde el 2015, la cifra no baja del 80%.
Hay diversos factores que influyen para que existan estos niveles de impunidad en México. Uno de ellos es el número de ministerios públicos y personal capacitado para llevar a cabo las investigaciones.
Sin embargo, la cantidad de instalaciones y personas es un indicador incompleto, según Irene Tello: “hay estados que tienen menos ministerios que otros, pero con niveles de impunidad también menores. También hay que tomar en cuenta la falta de coordinación entre las autoridades responsables de investigar los homicidios”.
“La cifra tan alta de impunidad tiene que ver, además, con la manera en que se relaciona el personal dedicado a investigar. Por ejemplo, muchos homicidios también se relacionan con el crimen organizado y no es lo mismo investigar un homicidio con esta causa que homicidios a partir de otro tipo de conflictos,” nos dijo Tello.
Es necesario un esfuerzo conjunto de coordinación entre personal pericial, policías investigadoras, los ministerios públicos y analistas de información criminal, añadió la directora de Impunidad Cero.
El problema viene desde los datos
Encima de que no hay una voluntad por investigar cada uno de los homicidios y por hacerlo de manera organizada, los datos también resultan ser poco confiables.
El reporte Fallas de origen de México Evalúa, una organización dedicada a la investigación política, sugiere que los datos de homicidios reportados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública y el INEGI son engañosos.
La organización detectó una relación entre los homicidios dolosos y los culposos (o accidentales). Los culposos no deberían tener una relación con los primeros, puesto que no hay una intención detrás. Sin embargo, los dos aumentan de la misma manera.
Lo anterior, según el estudio de México Evalúa, sugiere que los homicidios intencionales se están registrando como accidentales. La falta de transparencia es un problema grave y a esto se le suma que los métodos para registrar los homicidios son insuficientes, nos cuenta Irene Tello.
“En solicitudes de información, los números de ministerios a veces no coinciden entre las fuentes. Sin datos confiables, no podemos empezar a construir soluciones adecuadas. Además, también es preocupante que no haya más indicadores; hay mucha cifra negra en las carpetas. Es necesario tomar en cuenta más recursos para investigar homicidios,” estableció la directora de Impunidad Cero.
El problema de la violencia en el país es complejo y, por lo tanto, las soluciones también lo son. Los datos —disponibles— dejan claro que sin un debido proceso de investigación, el número de homicidios y el nivel de impunidad que los acompaña simplemente no reducirá.
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