Esa tarde, el presidente, que estaba acostumbrado a pararse firme y leer discursos largos contra los narcotraficantes, hacía pausas para tomar agua, pasar saliva y continuar su discurso. Aún así, Calderón ya sabía cómo anunciar la muerte de sus segundos en el gobierno.
Tres años antes (2008), el antecesor de Blake Mora, el titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, había muerto en un accidente aéreo. También murió un mes de noviembre. Las causas, se dijo en ese entonces, habían sido la falta de respuesta de los pilotos, lo que llevó a la tragedia de Mouriño.
Esta vez, con el tijuanense, Calderón dijo: “Las condiciones de nubosidad que prevalecían precisamente a esa hora en el trayecto que el secretario recorrería a Cuernavaca, hace pensar que ciertamente la probabilidad de un accidente”, y encargó públicamente una investigación a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Restos de la aeronave y Felipe Calderón en los funerales de Blake Mora. Fotos: Cuartoscuro.com.
Hoy por primera vez EMEEQUIS hace pública la investigación completa que el gobierno había mantenido secreta. Se revela que, a pesar de que el entonces presidente mantuvo su versión de que el helicóptero Eurocopter AS332 Super Puma se estrelló por accidente en un paraje en el municipio de Chalco, mantuvo abierta una investigación en contra de tres presuntos integrantes de Los Zetas.
El entonces secretario de Gobernación José Francisco Blake Mora y otras siete personas murieron en un paraje entre el Cerro del Ayaqueme y el poblado Santa Catarina Ayotzingo. Lo último que se supo fue que despegó de Campo Marte en la Ciudad de México a las 08:44 horas. Se cree que el avión colapsó 11 minutos después.
A pesar de que la versión oficial fue que el mal clima provocó el accidente aéreo, personal involucrado en la operación del vuelo declaró ante la PGR que no se registraron anormalidades durante el despegue del vuelo, e incluso las condiciones climáticas no eran desfavorables para emprender el viaje.
La investigación contra los presuntos integrantes de Los Zetas inició unas horas después de que el Gobierno Federal recibiera una llamada con información que supuestamente podría revelar qué fue lo que pasó esa mañana de 11 de noviembre del 2011.
Informe gráfico del accidente por parte de la PGR.
Inicio de la averiguación previa.
Acta de procesamiento de los restos humanos.
LA LLAMADA
A diferencia de la investigación que se abrió cuando falleció el secretario de Gobernación Juan Camilo Muriño, la de Blake Mora fue rápida. Finalmente el camino ya estaba trazado: cinco mil hojas revelan que a pesar de las declaraciones del presidente, en la PGR los primeros movimientos apuntaron a una llamada anónima.
En una constancia ministerial fechada el 16 de noviembre del 2011, la Subprocuraduría de control y procesos penales y amparo recibió una llamada de un hombre que no quiso revelar su nombre. Esta se convertiría en una línea de la investigación y en informes que realizó esta dependencia, se enumeraba que iba caminando y había avances.
La denuncia revelaba que un presunto integrante de Los Zetas con grado de Teniente de la Secretaría de la Defensa Nacional, así como dos de sus hermanos, fueron los responsables de la muerte del secretario de Gobernación. A pesar de que hubo 34 denuncias que apuntaban a que el accidente podría haber sido provocado, según se lee en el expediente, fue esta la que retomó la entonces Procuraduría para realizar una investigación en forma.
Este hombre reveló que participaron directamente en el atentado al helicóptero en el que viajaban los funcionarios. “Son personas que se dedican a hacer atentados”, dijo el hombre entre otros datos.
En la llamada también se proporcionó la supuesta ubicación de estos presuntos integrantes de Los Zetas quienes mantenían operaciones en un negocio que resguardaba cajas de trailers. Los nombres aún los mantiene ocultos la ahora Fiscalía General de la República.
Unas horas después, el 17 de noviembre, la PGR solicitó que se designara un perito en materia de balística forense para que determinara si alguna de las armas de fuego que trasladaba personal militar en el avión había sido disparada.
La que se eligió fue una subametralladora calibre 5.7x 2.8 mm a fin de determinar la presencia de nitritos, unas sustancias químicas que se producen por la combustión de pólvora al momento de realizar un disparo.
Pero no fueron las únicas peticiones que realizó la FGR PGR y que apuntan a que, en un primer momento, a pesar de lo declarado por el presidente, la verdadera investigación iba dirigida a un atentado por parte de alguna organización delictiva.
A través de un oficio, el 1479, se solicita un dictamen para determinar si el siniestro ocurrió debido a una explosión cuando la aeronave aún se encontraba en el aire. Se ordenó la revisión de los restos del fuselaje: aluminios, aceros, plásticos, telas, asientos, cables eléctricos, entre otros.
En otro documento, fechado ya en enero del año 2012, la Procuraduría solicita al contralmirante Horacio Fourzán Esperón, del Centro Nacional de Planeación Análisis e Información para el Combate a la Delincuencia Organizada, que busque antecedentes penales, averiguaciones previas y órdenes de aprehensión contra los tres presuntos integrantes de Los Zetas.
Unos días después, el 31 de enero, se encontraron registros de dos de los nombres: uno que se encontraba relacionado en una averiguaciones previa por delitos relacionados con la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos. Otra más relacionada por el mismo delito.
Finalmente el 7 de junio del año 2012, a través de comunicación interna, la PGR rindió un informe en el que se entrega como parte de los resultados que, derivado de la denuncia que apuntaba a Los Zetas, se giró investigación.
Además que se obtuvieron informes de las condiciones climatológicas que imperaron en el lugar el 11 de noviembre del 2011 y se tomaron declaraciones a las personas involucradas en la operación del vuelo.
Investigaciones sobre presuntos miembros de los Zetas involucrados.
EL MAL CLIMA
En noviembre del 2012, exactamente un año después de que cayera el helicóptero del Secretario de Gobernación y donde fallecieron otras 7 personas, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes reveló que las causas del accidente fueron la baja visibilidad y las decisiones equivocadas de los pilotos militares al tomar esa ruta.
Sin embargo la investigación de la PGR revela que se realizaron entrevistas a todas las personas involucradas en el vuelo, empezando por tres operadores de la Torre de Control del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Algunas de ellas aseguraron contar con más de 20 años de experiencia. Se les preguntó lo siguiente:
“Que diga la compareciente si había condiciones para realizar vuelos el día 11 de noviembre del 2011”. Todos contestaron que sí, sí había condiciones para salir. No había duda.
Incluso en un informe entregado por la SCT a la entonces Procuraduría General revela que la tripulación no emitió ningún reporte de condiciones meteorológicas significativas en ninguna de las frecuencias del servicio de tránsito aéreo y que no existía ningún fenómeno meteorológico que pudiera haber contribuido al accidente.
Fotografías del accidente.
Huellas dactilares tomadas a Blake Mora después de muerto.
Armas encontradas en el avión.
La aeronave no contaba con sistemas anticolisión y de advertencia de proximidad de terreno.
También, algunos pobladores del área de Chalco relataron: “Ese día las condiciones del clima eran con poca bruma como en este momento, la nata de smog como se veía”. “Para ese momento del ruido ya se había despejado un poco la neblina”.
El piloto al mando era un militar experimentado en la operación de helicópteros PUMA y dentro de su expediente se observó que inclusive había recibido capacitación para volar a baja aptitud altitud con el apoyo de gafas de visión nocturna.
Sin embargo, en el expediente la SCT también reconoció que la aeronave no contaba con sistema de anticolisión a bordo, sistema de alerta de tránsito ni sistema de advertencia de proximidad del terreno.
Finalmente, la Secretaria de Comunicaciones y Transportes determinó que la causa probable fue la decisión inadecuada de la tripulación de continuar con la operación del vuelo, al encontrarse en condiciones de visibilidad pobre.
“Probable fatiga de la tripulación al mando de la aeronave en particular del piloto. Presión de la tripulación por privilegiar el cumplimiento de la misión por sobre la seguridad aérea”. Es decir, un terrible accidente proporcionado por descuidos humanos y neblina.
Mientras que la PGR no ejerció acción penal o proporcionó mayor información dentro de la carpeta de investigación sobre los supuestos integrantes de Los Zetas, a pesar de que fue una de las líneas de investigación.
Se quedaron conformes con el reporte de la SCT y cerraron la averiguación previa. La muerte de Blake terminó igual a la de Mouriño: sin ningún culpable.
fuente.-@LauraSanchezLey
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