Despertó con un mensaje en su teléfono, que le habían enviado vía SMS. No hizo mucho caso. No lo comprendió:
“Notificación oficial a través de despacho Barrera y Asoc. para recuperar el adeudo AMEX TERM 2004. Llame al 5588518393. Whats 5534023713”.
TAMAULIPAS TIERRA FERTIL,TE EXTORSIONA EL CRIMEN Y LA POLICIA:
Pero al día siguiente, sábado 11 de noviembre de 2020, el mensaje volvió a aparecer.
“Notificación oficial a través del despacho Barrera y Asoc. para recuperar el adeudo AMEX TERM 2004. Llame al 5588518393…”.
Regresó el 13, el 14 y el 15 a distintas horas.
Algunos mensajes procedían del número 52 664 458 88 23.
Decidió ignorarlos.
El 16 de noviembre el texto cambió:
“Hacienda confirmó domicilio y cuenta de cheques evite consecuencias y retiro de nómina por adeudo con BBVA Despacho Barrera 5588518393”.
Se repitió, idéntico, el 27 de noviembre.
El 28 de noviembre, nuevo mensaje:
“Evite retiro de nómina y aguinaldo por juicio mercantil tiene 24 hr para dar una solución. Despacho Barrera 5588518393”.
El 30 de noviembre la amenazaban ya con “retiro de nómina y aguinaldo por juicio mercantil”.
El bombardeo siguió todo diciembre –“Cobro en Tribunal activado por adeudo con despacho Barrera este el último aviso tiene 24 hr…”– , alternando los supuestos adeudos, unas veces con BBVA, otras veces con AMEX.
En enero los mensajes ya hablaban de “Demanda en su contra por incumplimiento de su adeudo con GEPROCAR, evite consecuencias…”.
El acoso era tan intenso que Gisela “M” comenzó a dudar. Meses atrás le habían robado una mochila en un restaurante de la colonia Roma mientras cenaba con amigos: una mujer que simulaba hablar por teléfono la desprendió del respaldo de la silla, abordó un auto estacionado a unos pasos y desapareció.
En esa mochila, además de un libro firmado por Alessandro Baricco, Gisela guardaba su credencial de elector. Aunque había reportado al INE la desaparición… ¿sería posible que la hubieran empleado para gestionar créditos bancarios y la compra de un automóvil? ¿O qué diablos era GEPROCAR?
Gisela no pudo dormir. Despertó al día siguiente con otro mensaje:
“Folio demanda GPR52 detenga proceso y liquide GEPROCAR con descuento obtenga hoy carta finiquito”.
Y más tarde la alcanzó este:
“Ha sido localizado su RFC por adeudo AMEX 2004 y GEPROCAR evite proceso extra judicial”.
Para el 22 de febrero llegó un SMS enviado por “FINRecupera”:
“Declinó negociar no ponga en riesgo su patrimonio por adeudo AMEX 2004 GEPROCAR Evite proceso…”.
“Para entonces cada que vibraba el teléfono yo brincaba, sentía un golpe en el estómago, después del acoso vivía prácticamente esperando la llegada de una mala noticia”.
Gisela había comprobado que existía en efecto un despacho Barrera dedicado a comprar adeudos y cobrarlos. Se había buscado en el buró de crédito y había llamado a las instituciones bancarias mencionadas para ver si existía el registro de algún crédito a su nombre. Le respondieron que no, que no estaba registrada.
Pero los mensajes seguían llegando. No solo eso, desde hacía tiempo le llamaban también por teléfono desde números desconocidos y le dejaban grabaciones en referencia con “su adeudo con GEPROCAR”.
Decidió hacer una denuncia ante las autoridades capitalinas. Ahí estuvieron de acuerdo en que los hechos narrados eran constitutivos de un delito grave e iniciaron una carpeta. El número de Gisela se había cruzado en la mira de extorsionadores, probablemente recluidos en un penal de Tijuana.
Desde 2018 el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México comenzó a recibir reportes de un modo de extorsión telefónica basado en mensajes de texto: “Estimado acreditado Infonavit el sistema detectó atraso en sus pagos, regularícelo hoy mismo y repórtelo al 22826230…”.
Cayeron varios. Les solicitaron sus datos personales y de domicilio. Más tarde llegaron otro tipo de amenazas: las que exigían dinero a cambio de la seguridad de la víctima y de su familia.
En ese tiempo se informó que los antiguos “premios” otorgados a los usuarios de líneas telefónicas ya no estaban dando los resultados de antaño, y que el crimen exploraba nuevas formas.
Entre enero de 2020 y febrero de 2021 el Consejo Ciudadano recibió y gestionó 24, 899 denuncias relacionadas con casos de extorsión telefónica. Algunos eran semejantes al de Gisela. Algunos otros estaban relacionados con el supuesto secuestro de un familiar y la exigencia de hacer depósitos por diversas cantidades (algunos funcionaron).
Una señora de 61 años recibió una llamada: al contestar, escuchó a una mujer llorando que dijo ser su hija. Este método es conocido como “El llorón”. La mujer que lloraba le dijo que había sido secuestrada y que iban a matarla si no entregaba 50 mil pesos. La madre respondió que solo tenía cinco mil: la mandaron al Oxxo a hacer depósitos y, después de hacerlos, a romper el baucher.
Al volver a su casa le pidieron más dinero. Dijo que no tenía. Respondieron que su hija estaba liberada, que se asomara a la ventana. Lo hizo, pero no la encontró.
Cuando llamó al trabajo de esta, corroboró que había sido engañada.
Existen reportes de supuestos despachos que amenazan con diligencias de embargo, y con el envío de un flete, cargadores, actuarios, policías “y un cerrajero”. Informan a las víctimas que serán embargados bienes por un monto hasta tres veces mayor al del supuesto adeudo, y luego agregan que si el tarjetahabiente moroso acepta pagar –digamos 10 mil pesos–, se considerará saldada la deuda.
En el Consejo dicen que lo mejor es hacer caso omiso. Pero siempre hay alguien que cae. Siempre alguien cae.
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