Su solidaridad con el movimiento estudiantil de 1968, sus visitas a Lecumberri para acompañar y apoyar a los presos políticos, así como sus conferencias en Ciudad Universitaria para hablar del mayo francés —protestas en París—, son algunos de los aspectos que la Dirección Federal de Seguridad (DFS) siguió de cerca del escritor Carlos Fuentes.
EN SUS RATOS LIBRES DE NARCOS
En el expediente, que el Archivo General de la Nación (AGN) recientemente desclasificó y al cual tuvo acceso EL UNIVERSAL, se reproducen las cartas de apoyo de reconocidos escritores internacionales, como Gabriel García Márquez o Julio Cortázar, quienes junto con Carlos Fuentes exigían al gobierno mexicano la libertad de José Revueltas, y en las que se detallan las direcciones de los domicilios que el artista tuvo en México y en Francia.
La carpeta está ubicada en la caja 69 y está integrada por 184 hojas de reportes que abarcan el periodo de 1960 a 1984, en los que la DFS —antecesora del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen)— incluso llegó a interceptar las misivas que desde Cuba le enviaban al autor de La región más transparente.
Además de hacer pública su solidaridad a los presos políticos, en una carta fechada el 25 de diciembre de 1968, dos meses después de la matanza de Tlatelolco, Carlos Fuentes, junto con los reconocidos escritores Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Julio Cortázar, Mario Vargas Llosa, Juan Goytisolo, Norman Mailer, entre otros, exhortaban al Estado mexicano a que corrigieran las “notorias violaciones” al procedimiento legal en el caso de José Revueltas.
Esa petición también apoyaba a quienes permanecían encarcelados en el Palacio Negro de Lecumberri por el movimiento estudiantil.
“En los suscritos deseamos declarar nuestra solidaridad con los presos políticos mexicanos, entre los cuales se encuentra el eminente novelista José Revueltas, y hacemos un llamado a las autoridades competentes de México, a fin de que, en nombre de las tradiciones libertarias y revolucionaria de un país que protagonizó el primer movimiento de emancipación popular del tercer mundo en nuestro siglo, corrijan las notorias violencias al procedimiento legal vigente en el caso de estos hombres –en su mayoría jóvenes entre los 18 y 23 años— encarcelados por su fidelidad al espíritu de libertad revolucionaria que invocamos y les otorguen la libertad inmediata e incondicional”, indica el texto.
Mitin en Ciudad Universitaria
En otro reporte de inteligencia, fechado el 3 de marzo de 1969, elementos de la DFS reportaron que el escritor había acudido a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con el propósito de dictar una conferencia en el auditorio de ese plantel.
Sin embargo, debido a que las autoridades se habían negado, entró a una de las aulas durante cerca de 10 minutos para referirse al problema estudiantil que tuvo lugar en mayo en París.
“También habló sobre el movimiento estudiantil mexicano, expresando que no ha terminado y que debe de proseguir. Posteriormente se trasladó a la explanada central de Ciudad Universitaria, donde volvió a dirigir la palabra a 200 estudiantes que lo seguían.
“Lanzó ataques al gobierno, especialmente a Alfonso Corona del Rosal y a los generales Marcelino García Barragán y Raúl Mendiola”.
El reporte asevera que alabó la postura del embajador Octavio Paz, de quien dijo que con dignidad había renunciado a su cargo diplomático en la India como protesta, “porque el gobierno mexicano había asestado un duro golpe a la juventud”.
Encuentros en el Palacio Negro
En un largo documento de la DFS se detallan las visitas que tuvieron presos políticos en diversos penales de la Ciudad de México el 18 de febrero de 1969, y se destaca la presencia de Carlos Fuentes a la cárcel de Lecumberri —hoy sede del AGN— para visitar a Rodolfo Echeverría Martínez, militante del Partido Comunista Mexicano (PCM) y preso político por el movimiento estudiantil.
“A continuación se mencionan los nombres de las personas que visitaron estas cárceles a los miembros del Partido Obrero Revolucionario Trotskista, Movimiento Revolucionario del Pueblo y demás grupos subversivos que se encuentran sujetos a procesos penales o que han sido ya procesados por sus actividades de agitación”, detalla al inicio del listado el documento escrito a máquina.
En esa relación de los encuentros que tuvo Rodolfo Echeverría Martínez —quien hoy, a más de 50 años de su encarcelamiento es una de las pocas personas que han denunciado al Estado mexicano por este hecho— se informa la dirección que el escritor entregó a las autoridades penitenciarias: Zaragoza 30-1C, Tlalnepantla, Estado de México.
Apoyo a la Revolución Cubana
En otro reporte, fechado el 7 de mayo de 1970, que se enfoca en la designación de Pablo González Casanova como rector de la UNAM, la DFS aseguró que en mayo de 1960 Carlos Fuentes visitó Cuba para observar el inicio de las transformaciones que realizaba la Revolución Cubana al mando del general Fidel Castro, y la cual, según la agencia de inteligencia del Estado mexicano, el escritor de La muerte de Artemio Cruzconsideraba como una “organización prodigiosa”.
A su regreso de Cuba, comentó con Julieta de González Pedrero que las intervenciones de Pablo González Casanova fueron magnificas, pero que tuvo que regresarse antes, por los ataques políticos que había aquí en México.
“Que se vino perfectamente convencido de los beneficios creados por la Revolución Cubana, que es una organización prodigiosa”.
Misivas desde La Isla
Los elementos de la Dirección Federal de Seguridad no sólo vigilaban de cerca los eventos que ocurrían en México, sino que también estaban al pendiente de lo que se enviaba desde otros países a territorio nacional.
Por ejemplo, los agentes interceptaron paquetes enviados desde Cuba a su embajada en México y en las que, según la institución de inteligencia, llegaban a territorio nacional para que la representación diplomática le pusiera timbres postales locales y distribuyera propaganda a favor del régimen castrista en diversas partes del mundo.
“La Casa de las Américas ha estado enviando, como en ocasiones anteriores, gran cantidad de correspondencia debidamente rotulada, sin remitente y a través de valija diplomática, con el fin de que la embajada cubana en México le ponga timbres postales mexicanos para disimular su verdadera procedencia y evitar problemas en los países a la que es dirigida.
“Aprovecha el envió de la correspondencia para remitir propaganda del tipo político”, informó.
En el documento sin fecha se indica que la correspondencia había sido dirigida a diversas personalidades en todo el mundo, entre ellas Carlos Fuentes y de quien ponían la dirección que éste tuvo en Francia: número 37 de la avenida BabyLone, París VII, Francia.
Fuente.-
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