La pregunta para Estados Unidos no es si tendrá otro tiroteo, sino cuándo. Los tres ataques más sanguinarios en lo que va del año son los de Texas, Ohio y Virginia, que han dejado a 45 muertos… Pero México no se queda atrás.
Si bien en Estados Unidos se han registrado 325 tiroteos en masa (aquellos en los que hay más de 4 personas heridas o asesinadas, sin contar al atacante), de acuerdo con el grupo de investigación Archivo de la Violencia Armada, fallecieron, en promedio, 1.1 personas por ataque.
Mientras, México se han registrado 19 tiroteos masivos, pero en promedio en cada uno fueron asesinadas seis personas, de acuerdo con una revisión hemerográfica hecha por Cuestione, en la que se excluyen los enfrentamientos directos entre grupos criminales rivales.
Aunque no es posible comparar los tiroteos en ambos países, es importante estudiar las causas –para prevenirlos– y ver cómo se atienden las consecuencias, considera Viridiana López Herrera, experta en violencia armada.
Víctimas de la impunidad
Además de que en México los ataques son más letales, la impunidad es mucho más alta. Mientras que en Estados Unidos se captura inmediatamente a los atacantes o se les identifica, en nuestro país no son detenidos y pocas veces se les llega siquiera a identificar.
De los 19 ataques que han dejado 150 víctimas (114 fatales y 36 heridas) en México, solo se detuvieron a seis presuntos responsables. Y aún cuando los detienen esto no es garantía de que se haga justicia.
Por ejemplo, del ataque a un puesto de chicharrones en la vía pública, el pasado 17 de septiembre, en la colonia Doctores, autoridades de la Ciudad de México detuvieron a cuatro probables responsables, pero solo cumplieron las 48 horas en detención y fueron liberados.
Aun en el tiroteo masivo de Coatzacoalcos, Veracruz, el más letal del año en México, con 30 víctimas, no hay detenidos confirmados, el gobernador, Cuitláhuac García, aseguró que sí habían, aunque no dio más detalles de cuántos o quiénes eran.
“Posiblemente sí sepan (la policía) quiénes los perpetró, pero por estos pactos de impunidad no hacen nada… En México son sicarios anónimos. Además, no tienen una motivación tan ideológica (a diferencia de en Estados Unidos en que muchos de los tiroteos son clasificados como crímenes de odio)”, considera Lorena Herrera.
“El sistema de justicia debería apuntar a los responsables intelectuales porque los materiales son desechables para el líder. Y si matan a uno o dos no importa porque van a conseguir más”, agrega la especialista.
Los factores para ser víctima
Aunque nadie es culpable de ser víctima de un tiroteo, existen factores que elevan las probabilidades de convertirse en una estadística, apunta un estudio de la Universidad de Toronto.
Ser de raza negra aumenta las probabilidades de morir por arma de fuego en Estados Unidos, mientras que en México, Colombia y Brasil, el factor lo impulsa el bajo nivel educativo. "Las tasas de mortalidad de aquellos con educación post-secundaria o más elevada se reducen un 20% sobre aquellos con menor educación", explicó Prabhat Jha, autor del estudio a la agencia EFE.
Otro factor nuevo que se ha visto en los tiroteos masivos es que a los atacantes cada vez parece importarles menos herir o asesinar a víctimas inocentes (como menores de edad), como hemos visto en los casos de Minatitlán o Morelos.
Además de las víctimas y la impunidad, una de las consecuencias más preocupantes de los tiroteos es la normalización de estos hechos, ¿hasta donde es responsable la sociedad de exigir que estos crímenes no queden en el olvido?.
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