El secretario de la Defensa Nacional (Sedena), general Luis Crescencio Sandoval González, dio por terminados los días en los que las denuncias anónimas marcaron la suerte de soldados, oficiales y jefes al acusarlos de toda clase de faltas y delitos que ameritaran penas de prisión militar.
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Las denuncias anónimas, que durante décadas iniciaron expedientes penales en contra de soldados y sus jefes –incluyendo generales– se terminaron, porque en el fondo se trata de una acción “poco honorable y cobarde” para señalar a alguien de ser responsable de algún hecho.
El 31 de enero de este año, el general secretario firmó la Directiva para Fortalecer la Moral y la Disciplina en el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos, documento de 22 páginas elaborado por el Grupo de Seguimiento y Coordinación de la oficina del titular de la Sedena, el cual fue distribuido a todas las unidades territoriales el 5 de febrero para conocimiento del personal.
La directiva fue acompañada del oficio de presentación No. 21201, elaborado con carácter de Ordinario, en el que se ponderaba la decisión del alto mando enfocada en “beneficiar al personal militar y sus derechohabientes con el objeto de fortalecer su moral, a fin de que cuente con mayor tiempo de descanso y recuperación física, mental y emocional, facilitándole mayor convivencia familiar”.
Una tabla con los días y el tiempo de franquicia ininterrumpido mostraba las fechas cívicas y militares en las que se aplicarán los descansos para estar cerca de la familia.
El punto de la DISCIPLINA es relevante en el documento autorizado por el general secretario. En el documento se señala la necesidad de la Preservación de la Disciplina Militar, mediante la subordinación y el respeto.
“Se ha observado que algunos militares al dirigirse al personal subordinado, carecen de tacto, cortesía, amabilidad, respeto y educación, en ocasiones incluso empleando un lenguaje descortés, con contenido soez, profiriendo amenazas y humillaciones, provocando con esta conducta inconformidad, desmoralización y resistencia para el cumplimiento de dichas órdenes, lo cual ocasiona que estas no se ejecuten correctamente o bien se cumplan solo por cumplir y no por convicción”, reconoce el texto del general secretario Sandoval.
Adelante, el documento recuerda lo establecido en el Reglamento de Deberes Militares y la Ley de Disciplina del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, en donde se indica que “los superiores se harán querer de sus subalternos (sic) y nunca establecerán la disciplina a base de temor”.
El militar tendrá profundo respeto a la justicia, consideración y deferencia a sus subalternos a quienes nunca hará observaciones, ni correcciones en presencia de subordinados ni de personas extrañas, se detalla en el segundo punto de los reglamentos citados.
Luego, se recuerda que si bien la disciplina deberá ser firme, también deberá ser razonada, sin rigor innecesario. Todo castigo toda palabra, todo acto no contemplado en las leyes o reglamentos “están estrictamente prohibidos y serán severamente castigados”.
Para erradicar esta clase de abusos reconocidos implícitamente en el texto, se ordena “crear una campaña de concienciación entre los superiores jerárquicos para que se ejerza el mando con tacto, integridad y congruencia”. Esto, se añade, “de ninguna manera implica ser pasivo o indolente o bien que por ello, deje de prevalecer la disciplina, subordinación y respeto que debe existir entre los grados de la jerarquía militar”.
Sobre las denuncias anónimas entre el personal castrense, utilizadas para enderezar acusaciones que suelen terminar en procesos penales y acabar con las carreras de militares de todos los grados, el general secretario señala en el último apartado del documento que estos mecanismos “son una forma poco honorable y cobarde (sic) de denunciar algún hecho, poniendo además en estado de indefensión a la persona que se señala…”
En este tipo de denuncias lo que termina sucediendo es que a la persona señalada se le perjudica su imagen si al final lo denunciado resulta ser falso. Se daña su prestigio y su imagen, sobre todo si la denuncia proviene de un militar”, lo anterior porque el militar “debe ser ejemplo de honestidad, rectitud y demás principios y valores que guían su conducta en la sociedad”.
Por ello, los anónimos “serán descartados para sancionar a algún militar, sin prejuicio de que en caso de existir indicios adicionales relacionados con el motivo del anónimo, se ampliará la información para verificar los hechos que en referidos se mencionen …”, agrega esta parte final del documento.
Fuente.-Jorge Medellín /
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