El presidente López Obrador anunció que, de ser necesario, su gobierno pasará de la austeridad republicana a la pobreza franciscana. Su gobierno. Porque sus colaboradores parecen instalados en la cómoda bonhomía del exceso, o si se prefiere la riqueza.
Salvo alguna excepción, como Jesús Ramírez Cuevas.
Era obvio que Alfonso Romo, iba a hacer una declaración patrimonial y de ingresos, muy distinta a la del primer mandatario. Sin embargo, no puede dejar de impactar que cada mes reciba ingresos, además de su sueldo, por más de un millón trescientos mil pesos. ¿Se empobreció? ¿Es mucho dinero para cualquier mexicano?
Por su parte Manuel Bartlett que siempre ha estado en el sector público, declaró que tiene dos edificios, un departamento y tres locales. Y en su cuenta de banco 51 millones de pesos.
O sea, ha vivido en la opulencia del político pudiendo, además, “ahorrar” estos pesitos. Sus ingresos, declarados, son superiores a los 300 mil pesos porque se “acompleta” con otros ciento cincuenta mil pesos, más menos, que gana quién sabe por qué o dónde.
Su menaje de casa es de 500 mil pesos, dijo. Y no aceptó tener automóviles, así que debe utilizar UBER para transportarse. Los edificios que tiene, quiero suponer, deben ser de departamentos que renta. Aunque, asombrosamente, dice que tienen un valor cercano a los dos millones de pesos, cuando eso no cuesta ni un departamento de 60 metros cuadrados.
Inmenso contraste con la casa, que todos conocemos por las entrevistas, en Tlalpan, donde vive la familia López Obrador.
La que más escándalo provocó fue Olga Sánchez Cordero.
Que no dijo que tiene una casa en Las Lomas, llena de obras de arte y fina madera, un piano, y candiles que deben valer cientos de miles de pesos, pero tampoco declaró un departamento de lujo, en una zona de más lujo, que vale once millones de pesos. La señora dijo recibir ingresos por cerca de cuatrocientos mil pesos, entre su sueldo de Gobernación y la pensión como Ministra.
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También declaró, enojada, que el departamento en Houston lo compraron ella y su esposo “peso a peso con cien años me trabajo”. Se refería a que cada uno ha trabajado por cincuenta años. No especifico cuánto de ese “dinero” viene de la Notaría donde su marido, su hijo y ella son Notarios.
Quiero suponer que ella ya no ejerce, pero la patente sigue teniendo valor.
Las Notarías son una caja registradora. Ganan mucho dinero todo el tiempo, se ha hablado siempre de que son otorgadas por mandatarios a sus cuates. La señora Sánchez Cordero fue ministra 20 años, ignoramos si en ese tiempo ganó dinero por su patente de Notaria.
Además de los ingresos extra, de tener dinero, muchos ahorros, muchas propiedades, que sitúan a los colaboradores de López Obrador entre el 2 por ciento de los mexicanos, cuando millones viven en pobreza extrema, hay que agregar el mal gusto de vacacionar en Houston.
¿No era este estilo de vida la que fustigaba López Obrador?
¿Qué querrá decir “pobreza franciscana” en las casas de quienes nos gobiernan?
Fuente.-Isabel Arvide/@isabelarvide/ (imagenes/internet)
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