jueves, 5 de abril de 2018

TRUMP "MUY LEJOS del RESPETO y COLABORACION", PEÑA "PRESIDENTE TIMORATO"...uno mas en la lista de agravios de los dos.

Muy lejos del “diálogo, el respeto y la cooperación” que proclama el gobierno de México como su apuesta para la relación bilateral con el actual gobierno de los Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha respondido a toda esa “cortesía” mexicana, del presidente Peña Nieto y de su canciller Luis Videgaray, con el envío de tropas de la Guardia Nacional a la frontera común, en una decisión que confirma las amenazas lanzadas en la víspera por el racista mandatario estadunidense que, una vez más, demuestra su desprecio por nuestro país y el nulo respeto a sus autoridades. 
Porque aunque el canciller mexicano quiera minimizar el hecho y repita lo que le dijo telefónicamente la secretaria de Seguridad Nacional estadunidense, Kirjsten Nielsen, sobre que los militares de su país desplegados en la frontera “no portarán armas”, la gravedad del hecho no puede dejar de verse como lo que es: una amenaza a la soberanía del país y a la seguridad e integridad de los mexicanos y centroamericanos que diariamente, legal o ilegalmente, cruzan la línea fronteriza más transitada del mundo y en donde el intenso y complejo fenómeno migratorio no puede resolverse con el envío de tropas militares, menos cuando se supone que hay mecanismos vigentes de colaboración y cooperación bilateral en materia migratoria.
Menos aún cuando se supone que los dos países están dialogando sobre acuerdos de interconexión tan trascendentes como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte que hoy nuevamente se tambalea por las rabietas y los arranques de un presidente inestable e irascible como es Donald Trump, que confunde una manifestación de protesta de centroamericanos que buscaban expresar en caravana su desacuerdo con las duras políticas migratorias estadunidenses y mexicanas, con una supuesta “vulnerabilidad” de sus fronteras. 
Es cierto que mandar a la Guardia Nacional es decisión soberana y de seguridad del gobierno de los Estados Unidos y también lo es que no es la primera vez que eso ocurre y que ya se había dado con los presidentes George W. Bush y Barack Obama en 2006 y 2010; pero nunca como ahora, esa decisión llegó como consecuencia de un discurso tan amenazante y antimexicano como el que practica Donald Trump, ni tampoco con descalificaciones tan injustas como decir que México y sus autoridades no hacen nada para detener el flujo de drogas ni de migrantes hacia su país,cuando aquí estamos pagando con violencia, sangre y vidas de mexicanos —102 mil 885 en lo que va de este sexenio— una absurda guerra contra los estupefacientes que al otro lado de la frontera se consumen masivamente como caramelos por una sociedad cada vez más adicta, mientras desde allá nos regresan armas letales e ilegales que entran al por mayor para armar a las violentas organizaciones criminales y al sicariato que le roba la paz y la tranquilidad a millones de mexicanos.
Es una pena y una vergüenza que ante la decisión de militarizar la frontera y descalificar los esfuerzos y los cientos de miles de vidas que nos cuesta a México la fallida guerra contra las drogas, aunque sea por respeto a la memoria de todos esos muertos y al dolor que afecta a tantos mexicanos, tengamos un presidente y un gobierno timoratos que no alcen la voz para exigir respeto a la dignidad soberana de nuestro país, y que en lugar de eso agachen la cabeza y justifiquen las agresiones de un presidente y un gobierno claramente hostiles a nuestro país.
fuente.-


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