Las dos narcomantas que amanecieron ayer despotricando contra el director de la Policía Municipal de Tecate, José Luis Sarmiento Monje, no solo exhiben las tripas del negocio sucio en el que se convierten las corporaciones policiales, sino que se replican como copia al carbon por todo el pais : la narcofranquicia de la impunidad y el “usted disculpe la grosería, pero así se negocia aquí”.
Las narcomantas
Apenas aclaró el alba del pasado sabada y ya colgaban mantas con lenguaje de taller mecánico y amenazas estilo “te bajamos por volteado” en puntos de Tijuana: una sobre el puente frente a Ford en la vía rápida oriente, otra cerca de la Clínica 1 del IMSS. ¿El texto? Un tutorial de extorsión para jefes de policía, firmado por La Maña, el club VIP de la corrupción nacional.
Mientras los municipales corrieron a quitar la lona, el C5 revisó cámaras sin éxito —ni sus ojos de gran hermano logran atrapar a los verdaderos operadores del sistema:
“Director de Tecate José Luis Sarmiento, cumple los acuerdos hijo de tu puta madre… bien que recibes el dinero cada mes, a la siguiente te mueres por volteado. Atte: La Maña”, advierte la manta, como si fuera solo otro trámite administrativo en la agenda del hampa y el Estado.
El manual nacional: ¿conducta replicada?
Estas narcomantas parecen calcar la rutina institucional de toda la república donde el narco toma lista de asistencia y los mandos responden, a cambio de que no los manden al hoyo por “volteados” o “incumplidos”. El mismo script se ha visto en Aguascalientes, Apatzingán, Hermosillo y hasta el Eje Central de la CDMX, donde narcomantas han servido tanto para regañar como para advertir que ningún policía es inmune al lodo porque, en muchos casos, del lodo también se alimentan.
El contexto: limpieza versus amenaza
La llegada de Sarmiento Monje a Tecate estuvo marcada por una purga policial digna de película B: 189 policías removidos y enviados a Mexicali, con 100 reprobados en exámenes por consumo de psicotrópicos, nexos criminales y un pequeño desbalance en la declaración patrimonial, como quien olvida un Lamborghini en su lista de bienes. Y, por supuesto, justo cuando se intenta limpiar la casa, aparecen mensajes intimidatorios que recordarían al país que el que barra muy duro también puede acabar debajo de la alfombra.
Advertencia general
Las narcomantas no son solo tiras de tela con pintura y groserías: son la señal de que el narco se asume como el verdadero jefe laboral, que los acuerdos son la nómina informal de la policía y que ni los generales, ni los marinos, ni los altos mandos pueden pedir inmunidad diplomática frente al lodo, porque el lodo es la mesa donde se han sentado todos.
Con information: ZETA TIJUANA/SEMANARIO
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