¡Quién lo diría! El coordinador de la bancada de Morena, conocido por su habilidad para elevarse por encima de las críticas, se ha visto obligado a descender de su pedestal aéreo tras un regaño presidencial que resonó más fuerte que las aspas de su querido “Morenacopter”.
En un giro digno de las mejores telenovelas mexicanas, el senador Ricardo Monreal, otrora defensor acérrimo de sus viajes en helicóptero, ha tenido que aterrizar forzosamente en la pista de la humildad.
El Descenso del Ave Fénix Morenista
Nuestro intrépido senador, que hasta ayer juraba y perjuraba que sus viajes en helicóptero eran tan necesarios como el aire que respiramos, ha tenido que hacer un aterrizaje de emergencia en el terreno de las disculpas públicas.
Con la cola entre las patas y el orgullo por los suelos, el Senador Monreal,investigado por el ejercito junto con sus carnales por 14 toneladas de mariguana en 2009, ha tenido que admitir que quizás, solo quizás, volar como un magnate no es exactamente la imagen que un partido de “austeridad republicana” debería proyectar.
De las Alturas a la Moto: Un Viaje de Redención
La presidenta Claudia Sheinbaum, con la sutileza de un martillo neumático, le recordó a Monreal que en Morena no se permite volar alto… al menos no literalmente. “Nosotros debemos ser un ejemplo”, dijo la mandataria, probablemente mientras imaginaba a Monreal pedaleando en una bicicleta estática como castigo.
Y así, de la noche a la mañana, el otrora defensor de los viajes express se vio reducido a explicar que ahora se mueve en moto. ¡Qué cambio! De surcar los cielos a sortear el tráfico capitalino. Uno se pregunta si el casco de la moto le quedará tan bien como el de piloto.
El Helicóptero Fantasma y las Emergencias Imaginarias
Pero no todo está perdido para nuestro senador volador. Monreal, en un alarde de creatividad digno de un guionista de Hollywood, nos ha dejado entrever que sus vuelos eran para “atender emergencias”. Uno se pregunta qué tipo de emergencias requieren un helicóptero. ¿Quizás rescatar gatitos de árboles muy altos? ¿O tal vez entregar tamales calientes antes de que se enfríen?
Conclusión: Aterrizaje Forzoso en la Realidad
En fin, queridos lectores, parece que el sueño de ver a nuestros políticos flotando por encima de los problemas terrenales ha llegado a su fin. Monreal ha tenido que cambiar las nubes por el asfalto, y su helicóptero por una moto. Solo nos queda esperar que en su próxima “emergencia”, el tráfico de la Ciudad de México sea más benévolo que la opinión pública.
Mientras tanto, mantengamos los ojos en el cielo. Nunca se sabe cuándo veremos a otro político intentando elevarse por encima de sus principios… o del tráfico.
Con información: @Redes/MEDIOS
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