“Hace seis años que vivo detenido, su señoría. Han sido seis años difíciles: Muy duros… muy duros —su voz parecía una letanía, pero fuerte—, Tiempo de aislamiento, Tiempo de silencio, Tiempo de soledad, Pero también tiempo de reflexión. Tiempo de arrepentimiento. Tiempo de crecimiento espiritual. Tiempo para reunirse con Dios y buscar su perdón.”
El jurado estaba hipnotizado, el público en sus asientos, bajaron la cabeza, como si estuviera en la iglesia, el orador Tomás, se adueñó del ambiente, su voz sonaba como un pastor llamando a sus descarriadas ovejas, los tenía en un puño.
Así, el juez Rolando Olvera de la Corte Federal del distrito sur de Texas, admitió Tomás Tomy Yarrigton estuvo en duras condiciones de un “confinamiento solitario” de más de seis años, tocó su corazón, por eso abandonará la penitenciaría Thomson en Illinois el sábado 9 de noviembre del 2024.
El juez sentenció a Tomy en marzo de 2023 a 108 meses (9 años) por delitos de lavado de dinero. En la ficha inicial que el exfuncionario tiene en el Buró de Prisiones decía que abandonaría la prisión en diciembre del 2025, pero ahora este documento se ha vuelto a modificar el 8 de junio, con la corrección, el angelito tamaulipeco, pasará sólo 91 meses en la cárcel que se cumplen en noviembre.
Prófugo de la justicia desde agosto del 2012 y ser rastreado por la Interpol en 150 países, Tomy fue detenido en Florencia, Italia, el nueve de abril de 2017, cuando viajaba con nombre y pasaporte falsos.
Aunque Tomy luchó contra su extradición, las autoridades italianas lo enviaron a Estados Unidos de Norteamérica en abril del 2018, donde permaneció en custodia y tratando de desvanecer los cargos en su contra.
El gobierno estadounidense pactó que los fondos lavados por Tomy, oscilaban entre los 3.5 y los 9.5 millones de dólares, cantidades que depositó en instituciones bancarias entre septiembre del 2005 y diciembre del 2012.
Mientras tanto en Matamoros, su ciudad y en Tamaulipas, sus habitantes sufren con los pagos de Infonavit, los cobros de piso, las cuotas por salir de la ciudad, por vender frutas, verduras, vulcanizadoras, por constuir habitaciones, por tener cantinas, depósitos, en la zona urbana, ejidal y pesqueras.
Gobernador Tomás Yarrington de Tamaulipas entre 1999 y el 2004, fue acusado en La Corte de Brownsville, Texas, junto al empresario Fernando Alejandro Cano Martínez, de conspirar en la empresa Materiales y Construcciones Villa de Aguayo para la importación y distribución de cocaína y mariguana, lavado de dinero, fraude bancario, y conspiración para mentir a una institución financiera.
Sin embargo, al aceptar su culpa la mayoría de los cargos le fueron desestimados salvo el lavado de dinero.
Pese a la presunta gravedad de las acusaciones, tanto su defensor Chris Flood como James Sturgis, fiscal que lleva el caso, presentaron en noviembre de 2023 al juez, una moción conjunta para una sentencia “subsanada”.
Con posterioridad una juez palomeó la resolución que quedó lista en diciembre pasado y cuyos argumentos aún permanecen bajo sello, es decir no serán divulgados al público, ni siquera a nuestro país porque supuestamente, acarrearía problemas diplomáticos.
Durante la jornada donde sentenciaron a Tomy, el abogado Flood insistió que, al ser confinado en el régimen de aislamiento debía contar doble:
“Su Señoría, si se toma la mitad de los 60 meses (en ese momento) que ha estado bajo custodia protectora, entonces 30 meses debían ser quitados de la recomendación de 108, que emitió el gobierno, pedimos que se añadan 30 meses adicionales a su crédito”.
Pero Flood carece de técnica, si Tomy lo dijera, convencería a todos, su oratoria es perfecta como diáfana, por eso desde joven siempre fue elogiado por todo el personal docente que estuvo de su lado:
“Poniendo números a ese argumento, Señoría, eso haría una sentencia de 78 meses” que se habrían cumplido en octubre del 2023”.
El juez sonrió, vió de reojo al jurado y expresó:
“Esa sugerencia no ha lugar, pero voy a acceder a recortar dos de los nueve años de cárcel que en un inicio recibió el señor Tomy, por mi colega”.
Aunque su salida temprana de la cárcel, pudiera significar un triunfo jurídico para Tomy, aún enfrentará a la justicia mexicana que el 22 de diciembre de 2023, rechazó cancelar una orden de aprehensión por un presunto lavado de 12.7 millones de pesos y 450 mil dólares, usados para la compra de inmuebles tanto en México como en Estados Unidos —Isla del Padre—.
Como lo señaló la DEA y Tomy aceptó años después ante un juez, recibió sobornos por parte del Cártel del Golfo y Los Zetas entre 1999 y 2005 cuando fue gobernador de Tamaulipas, por eso dijo la fiscal Karen Betancourt en su participación en el juicio:
“Esos fondos ilegales los blanqueó aquí en los Estados Unidos para mantener un estilo de vida muy lujoso. Con las ganancias mal habidas compró a su familia un condominio en South Padre Island, que pagó al contado al precio de 450 mil dólares”. —Napoleón Rodríguez, fue el prestanombres para comprar, empresario matamorense, dueño de la Ferretera Rodríguez Industrial, SA de. CV., altamente beneficiada—.
Para rematar la fiscal explicó:
“Luego, el señor Tomy compró otro condominio en Port Isabel”, —Puerto Isabel, pero además había lujosas casas en Mission, allí por donde vive el exgoberndor Francisco Javier García Cabeza de Vaca, otras segundas casas en Austin, aviones, vehículos lujosos y una serie de propiedades de inversión en Brownsville, en la Isla del Padre y en la zona de la Canterra de San Antonio—.
La parte acusadora contra Tomy estuvo formada por:
Sindy Chapa, que tuvo tres hijos con Tomy, testificó que colaboró con el acusado para defraudar a varios bancos estadounidenses en la obtención de préstamos”, puesto que presuntamente se benefició con tres millones de dólares.
Eduardo Rodríguez Berlanga, La Conga, fue prestanombres para la compra de varios ranchos de Tomy en Tamaulipas, en operaciones hechas por su coacusado Fernando Cano Martínez.
Antonio Peña Argüelles, acusado en el 2012 por fungir como enlace de Tomy con el narcotráfico, también testigo que dio un panorama general de la corrupción y los presuntos pagos hechos al gobernador por diversos grupos criminales, durante su mandato en Tamaulipas de 1999 al 2005.
Peña confirmaró que un avión Pilatus para ocho pasajeros, comprado en el 2005 por Premier International Holdings con un préstamo bancario de 2.5 millones de dólares, en realidad era para Tomy.
La ex esposa de Cano, Sonia de Pau, matamorense, por nacimiento, dijo al jurado que tenían una empresa que usaba un sistema de contabilidad oculto, por el que pasaron cientos de miles de dólares para compras de Tomy.
Para que vean lo intrincado del juicio, la jueza Hilda Tagle coincidió con la Fiscalía en que Tomy no puede nombrar como abogado a Flood, porque defendió al matamorense que construyó parcialmente el nuevo hospital Dr. Alfredo Pumarejo, Pablo Zárate Juárez y existía un conflicto de intereses.
Pablo Zárate, empresario y funcionario en el sexenio de Tomy, fue quien quedó como dueño de Premier y el avión Pilatus, porque afirma haber comprado de buena fe, “que fue sorprendido”.
En el 2015, Zárate fue acusado en Corpus Christi de fraude bancario y lavado de dinero por ocultar la identidad del verdadero dueño del avión, y la jueza lo calificó de “fugitivo” en su sentencia, del que Tomás ya en prisión oraba por Dios.
En el expediente contra Tomy se ventiló, que formó parte de la conspiración que ordenó asesinar en junio del 2010 a Rodolfo Torre Cantú, excandidato del PRI al gobierno de Tamaulipas, pero se desconoce si se formó una investigación.
La SIEDO también halló que en 1998 Tomy, presuntamente recibió más de 8.5 millones de dólares del Cártel del Golfo y del Cártel de Juárez en once pagos separados, con el objetivo de financiar su campaña para Gobernador de Tamaulipas.
Pese a que en enero del 2012 la entonces Procuradora General de la República (hoy Fiscalía), Marisela Morales Ibáñez, ordenó a los tres últimos gobernadores de Tamaulipas de entonces, Manuel Cavazos Lerma, Eugenio Hernández Flores (prófugo para Estados Unidos y excandidato a senador) y Tomás Yarrington, permanecer en el país debido a las sospechas de sus ligas con carteles de la droga, este último desapareció y se convirtió en prófugo desde entonces.
Al llegar a Texas deportado desde Italia en 2017, Tomy aceptó colaborar lo que en su caso significaba devolver al gobierno estadounidense dinero en efectivo y propiedades.
Por eso para convencer a todos en la sala de los tribunales de Estados Unidos, Tomy, con los ojos pañosos por las lágrimas dijo para convencerlos:
“El hombre que comparece ante usted, Señoría, no es el mismo que pisó la cárcel por primera vez hace seis años. He cambiado y he cambiado a mejor. Hoy estoy más cerca de convertirme en el hombre que Dios quiere, que llegue a ser”.
Uniendo las palmas de sus manos, llevándoselas a los labios, le dijo al Juez y al Jurado que lo observaban, dejando ver su cabello tupido de canas, en un acto de constricción:
“Les pido disculpas a ustedes, al gobierno estadounidense, al pueblo mexicano y a mi familia. Pido disculpas por mi mala conducta”.
Tomy, llegó a unirse con los peores liderazgos de los cárteles de Los Zetas y El Golfo, contribuyó al desastre en que se encuentra Tamaulipas actualmente, a cinco meses de salir de prisión, con la mayoría de sus propiedades, en tanto los matamorenses y tamaulipecos, siguen batallando para pagar la luz, el agua, el celular, el mandado, el gas, antes de las 20:00 horas resguardarse en sus casas, para evitar las balaceras.
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