En el Cuerpo de Oficiales, la carrera militar toma de 30 a 40 años desde el inicio hasta llegar a la posición más elevada: general en el Ejército y almirante en la Marina. En este proceso no hay democracia educativa, señalan expertos, pues se trata de una formación de élites.
Reorientar a las fuerzas militares a sus labores profesionales para enfrentar la crisis causada por la epidemia del Covid-19 y el regreso a la normalidad requiere nuevos despliegues militares en los que una élite de Cuerpo de Oficiales de las secretarías de Defensa y Marina, y la Guardia Nacional juega un papel determinante, afirman expertos.
En la interacción de las Fuerzas Armadas en todo el espectro de más de 15 operaciones y defensa de la seguridad nacional, destaca la labor del Cuerpo de Oficiales egresados del Heroico Colegio Militar, la Escuela Militar de Aviación y la Heroica Escuela Naval Militar.
El Cuerpo de Oficiales –constituido por elementos con jerarquías de subteniente a general y de guardiamarina a almirante– ejerce el liderazgo e integra la columna vertebral de la estructura de las unidades, dependencias e instalaciones militares, aéreas y navales.
En el caso del Ejército y Fuerza Aérea, la oficialidad constituye el 18.2 por ciento de los efectivos; y en el de la Armada, el 27.9 por ciento, y se genera mayormente en planteles o escuelas de formación, tras un proceso que va de los 4 a los 6 años, en un subteniente o guardiamarina, con sólida formación física, militar y académica.
La formación del Cuerpo de Oficiales de las Fuerzas Armadas comprende un sistema complejo integrado por personas, instalaciones y doctrina, cuya misión es educar a oficiales que serán generales y almirantes de los próximos 30 años.
El número de jóvenes que ingresan a estas escuelas contra los que logran egresar como oficiales, demuestra que la eficiencia terminal es del 57 por ciento en los planteles de Sedena, mientras que en los de Semar es del 48 por ciento. Es decir, de cada 10 jóvenes que ingresan como cadetes, sólo cinco logran egresar como oficiales. “Éste es el mejor parámetro para calificar el rigor y las dificultades que presenta el proceso de formación de un oficial”, indica el general brigadier Alberto Martínez Verduzco en su análisis El sistema de formación de oficiales de las Fuerzas Armadas.
Publicado por el Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav), el documento refiere que el efectivo de oficiales que alcanza el generalato o el almirantazgo es estimado en un 20 por ciento del total de oficiales graduados de los planteles militares; comprende un proceso que en algunos casos rebasa los 40 años para ser completado.
Martínez Verduzco, graduado del National War College de la Universidad de Defensa de los Estados Unidos, destaca que la seguridad nacional en México comprende un amplio espectro de ámbitos en los que las Fuerzas Armadas materializan acciones que van desde las orientadas a la defensa de la soberanía nacional, hasta las directamente relacionadas con el ámbito de la seguridad pública.
Apenas el pasado 10 de noviembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador determinó el ascenso al grado inmediato a 235 generales, coroneles y tenientes coroneles del Ejército y Fuerza Aérea, conferidos el 20 de noviembre, como cada año, con motivo del 111 aniversario del inicio de la Revolución Mexicana de 1910, y quienes pasan a formar parte del Cuerpo de Oficiales.
Escuelas militares, formación de élites
La formación del Cuerpo de Oficiales desplegados en diversas operaciones de mando es un trabajo riguroso aplicado en los colegios más importantes de las Fuerzas Armadas: el Heroico Colegio Militar, la Heroica Escuela Naval Militar y el Colegio del Aire, señala el doctor en ciencias políticas por la UNAM, Emilio Vizarretea Rosales.
“En estos planteles, el Cuerpo de Oficiales amplían sus conocimientos en áreas de inteligencia, defensa y seguridad nacional para incorporarse a la experiencia de campo y trabajo profesional, dentro y fuera del país, como enlaces militares o navales, realizar estudios de especialización, demanda mucha resistencia”, apunta el catedrático.
Explica que el tiempo de estudio y formación, desde que inician hasta que alcanzan la posición más elevada en el Cuerpo de Oficiales, ya sea como general o como almirante, les lleva de 30 a 35 o hasta 40 años de carrera militar. “Si usted utiliza 40 años de su vida para llegar a general o almirante, el resto de la tropa perpetúa la desigualdad: no hay democracia educativa. No tiene nada que ver con la democracia, es un tema de formación de élites”, subraya.
El nivel de estudios se va diversificando en los planteles conforme van a avanzando; por ejemplo, después de dejar la Heroica Escuela Naval cuentan con planteles de muy alto nivel, como el Cesnav, en el caso de la Marina y del Ejército y la Fuerza Aérea el Colegio de Defensa Nacional (Codenal).
De acuerdo con la carrera del oficial, desde que egresan como tenientes o guardia marina, tiene un promedio de tres años, al menos, para esperar la siguiente promoción. “Es un tema fuerte porque implica resistencia y presencia que muy pocas áreas tienen”, añade el experto en seguridad nacional.
Los tres niveles de generales o los de almirantes conllevan una década cada uno, más los años anteriores que estuvieron como tenientes y como capitanes. En términos de los valores que tienen los militares, es muy satisfactorio para ellos. Sin embargo, el doctor Vizarretea considera que sí debieran de existir algunos elementos de ciertos ascensos, no esperar a que pasen tres años, quizás menos dependiendo el servicio o la actividad desempeñada, ya sea en campo dentro o fuera del país.
—¿Qué opina de la eficiencia terminal educativa del 57 por ciento de los de Sedena y 48 por ciento de los de Semar?
—Comparado con esos porcentajes, de los que logran llegar a la universidad en el ámbito civil, cuatro de cada cien terminan una carrera universitaria, según los datos de la UNAM. Nosotros como civiles andamos muy mal: no llegamos ni al 5 por ciento. Son condiciones distintas, desde el punto de vista civil no logramos capturar adecuadamente el tema de la doctrina militar. Los militares no sólo están aprendiendo una profesión. El grado de comparación con el ámbito civil serían los médicos: cuatro años de carrera para médico general y seis años más para especializarse. Ellos avanzan y siguen y hasta niveles más elevados de especialización, actualización y formación de muy alto nivel.
—¿Hay una similitud entre la estructura de la élite militar y la naval respecto al número de elementos en las distintas categorías?
—De alguna manera hay cierta proporcionalidad porque el número es cinco veces más en el caso del Ejército Mexicano es cinco veces más grande que la Marina-Armada de México en número de elementos.
—¿Como maestro que ha sido de algunos mandos de este cuerpo de élite observa algunas deficiencias en el sistema educativo?
—En nuestra perspectiva de la relación civil-militar, el civil tiene una perspectiva de la valoración que se da, podríamos decir que la democracia es menor en términos de asignación del ascenso, que tiene que ver con los grupos que están en el poder militar.
El cambio de un arma modifica el interés y, desde luego que beneficia a un grupo. Si el general secretario viene de caballería comenzamos a ver que se le da cierta discrecionalidad a favor de los compañeros de caballería. Por ejemplo, en la Marina, los que llevan el estudio del cuerpo general y se dedican a tareas de inteligencia o de desarrollo de alto nivel, claro que tienen una ventaja frente a los que se han dedicado a una tarea de operaciones directas, con los que están en campo a partir de un trabajo menor, explica el experto.
Agrega que mientras que los que han trabajado en áreas de inteligencia en la Marina tienen mayor vinculación con organizaciones internacionales, en particular con las agencias de seguridad estadunidenses. Los miembros del Ejército tienen mayor experiencia en campo, los elementos que revisan la inteligencia son importantes, pero no tienen en alguna medida una formación tan directa como una maestría, por ejemplo.
Pero en el caso de los elementos de la Marina, tienen formación en el extranjero que les permite cumplir operaciones militares con la participación de varios países, en el caso nuestro, hay varios modelos de preparación y de maniobras navales o maniobras de ejércitos en la selva o modelos de guerras híbridas, expone el doctor Vizarretea.
Por ello considera que es todo un desarrollo de despliegue no solo operativo, aquí va a encontrar un elemento muy importante para valorar las capacidades físicas y mentales. ¿Cuánta resistencia tienen de mantenerse en operativos? Normalmente es de seis meses, que es lo que marca el estándar internacional.
Del Colegio Militar al Alto Mando
Egresado del Heroico Colegio Militar y de la Escuela Superior de Guerra, el general Héctor Sánchez Gutiérrez desmenuza el periplo que conlleva llegar en la carrera militar al Cuerpo de Oficiales de las Fuerzas Armadas. “Cuando uno egresa de las escuelas militares de formación, el Colegio Militar, del Colegio del Aire y la Escuela Naval durante toda la carrera, las tres básicas de mando de las tres fuerzas armadas, salimos capacitados para mandar y para capacitar”, apunta en entrevista.
“En el caso del Ejército, salimos y fuimos comandantes de una sección, 30 elementos, la que manda un oficial. En el caso de la Armada, tienen especialidades dentro de las embarcaciones. En el caso de los pilotos, todos salen sabiendo tripular y pilotear todo tipo de aeronaves de ala fija y de ala rotativa.
“En el Ejército actualmente salen con la especialidad en seguridad pública y protección civil con licenciatura y luego se integran a la práctica en un primer tiempo, luego se va a escuelas de aplicación, en las cuales después de estar un tiempo fuera de las aulas, ya salen a las unidades y regresan para consolidar el conocimiento que se adquirió en el Colegio Militar y compararlo con la práctica.”
En las diferentes especialidades: infantería, caballería, artillería, ingeniero de combates, de blindados, intendentes o administración, es la misma línea de mando desde el seno del Cuerpo de Oficiales, resalta el general de división en situación de retiro y ex jefe de inteligencia militar, Héctor Sánchez Gutiérrez.
Agrega que hay otras escuelas de especialidad: médicos, trasmisiones, ingenieros. Actualmente el plan de estudios del Colegio Militar ya se ve seguridad pública y, por supuesto, operación policial y protección civil. En el Ejército se va ascendiendo, mediante examen de oposición de acuerdo al número de vacantes disponibles. Así con cada grado, hay cursos o créditos académicos que hay que cumplir en la escuela de aplicación.
Como subtenientes, salen y regresan a concursar para tenientes, y ya como tenientes concursan para entrar a la Escuela Superior de Guerra, donde inician la especialidad, la carrera de las armas de fuego: Artillería, infantería, caballería.
De subteniente y teniente es una sección, capitán es una compañía, como Diplomado de Estado Mayor tienen en la mira a la especialidad. Hay estados mayores en las grandes unidades, a partir de brigadas, mandos territoriales, que son las guarniciones, zonas y regiones militares y tienen un Estado Mayor.
Tienen que cumplir con el Estado Mayor los que ya tienen una especialidad y, además, cumplir con el mando y tomar los cursos que les corresponden. Si van a la Sección Segunda de inteligencia militar, cursos de inteligencia, -tiene un ciclo y especialidades en acopio, clasificación y análisis de información, contrainformación, y contrainteligencia.
La Sección Cuarta, cursos de logística, implica servicios como materiales de guerra, oficina, salud, comunicaciones, transportes en el Centro de Educación de las Fuerzas Armadas (CEFA).
En la Sección Quinta, planes estratégicos conjuntos o combinados. Los conjuntos se refieren exclusivamente entre fuerzas armadas nacionales, y los combinados entre organismos internacionales y la relación bilateral con Estados Unidos.
En el CEFA se ven las especialidades del Estado Mayor: manejo de personal, implica una serie de especialidades y el aspecto psicológico. La Sección Primera; inteligencia,
La selección de los generales se decide en el Alto Mando, -integrado por el secretario, subsecretario, oficial mayor y el general del Ejército-, la decisión es del secretario, quien arma su equipo con el que se ha identificado durante la carrera y la designación de los grados, con el que ha tenido vivencias y ha solucionado problemas.
Y el secretario de Defensa Nacional lo decide el comandante supremo de las fuerzas armadas, el presidente de la República, dentro de un grupo de generales, mediante un proceso en el que influyen muchas cosas, pero para estar entre los elegibles deben cumplir con todos los créditos.
Misiones de las Fuerzas Armadas
Desde 2020, la nueva misión médica de apoyo a la lucha contra la Covid-19, amplió las misiones a las Fuerzas Armadas en un área que anteriormente no tenía actividad, que es el respaldo a las instituciones públicas de salud, con lo cual se modificó toda la estructura logística y operativa a cargo del Cuerpo de Oficiales.
Con ese propósito, en julio de 2020 ya estaban destinados más de 36 mil efectivos militares de forma directa, coordinados por la oficialidad, a través de los planes militares de atención a desastres naturales (conocidos como Plan DN-III (Ejército), Plan Marina y Plan Guardia Nacional). Hacia abril de 2021, los efectivos dedicados a la pandemia ascendieron a casi 56 mil elementos. Esta reconversión militar es la más rápida de la historia de México hacia nuevas misiones, refiere el doctor Raúl Benítez Manaut, en su análisis México 2018-2021: Pandemia, crisis, seguridad y geopolítica publicado en la revista de la Unidad de Investigación sobre Seguridad y Cooperación Internacional.
El doctor en estudios latinoamericanos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) enumera las nuevas operaciones militares surgidas al amparo de la batalla contra el coronavirus en México:
-Apertura de hospitales militares y navales a la población civil, acondicionamiento de hospitales del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi); reconversión de unidades operativas militares como parte de los planes de apoyo a la población civil en caso de desastres (DN3, Plan Marina y Plan Guardia Nacional).
-Seguridad a instalaciones hospitalarias públicas en todo el país, almacenes e instalaciones estratégicas del Instituto Mexicano del Seguridad Social (lMSS); seguridad y aplicación de medidas sanitarias en 71 aeropuertos civiles; adquisiciones de equipo y material médico; reacondicionamiento de hospitales militares y navales a hospitales Covid-19.
-Capacitación de profesionales de la salud civiles para la atención de la contingencia; transporte aéreo, terrestre y marítimo de insumos médicos, y apoyo al Insabi en todo el país; fabricación de vestimenta médica; atención de la emergencia en las fábricas militares (FAVE Sedena y FAVE Semar).
-Establecimiento de un centro nacional y 32 centros estatales para la coordinación de la contingencia; contratación de profesionales de la salud; instrumentación de Centros de Aislamiento Voluntario para civiles; designación como estaciones médicas a los corredores logísticos navales en ambos litorales
-Y, a partir de diciembre de 2020, resguardo, transporte aéreo y terrestre de las vacunas, y vigilancia de los centros de vacunación.
Para enfrentar la pandemia, desde marzo de 2020, el gobierno modificó la estructura de los despliegues militares del Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional para respaldar el esfuerzo anti-Covid, a la espera de un plan de reconversión cuando la pandemia se haya controlado.
Como se observa en los cuadros 1 y 2, entre 2020 y 2021, se ha dado una reconversión de casi 25 por ciento de la fuerza operativa destinada a la operaciones de apoyo a combatir la pandemia Covid-19.
A las actividades anteriores hay que sumar, por ejemplo, la distribución y entrega de los libros de texto de la Secretaría de Educación Pública a inicios del ciclo escolar en agosto de cada año; el reparto de fertilizantes a los trabajadores del campo; la recolección de sargazo en las playas, refiere Benítez Manaut.
La construcción de 2 mil 700 sucursales del Banco del Bienestar; la construcción de cuarteles de la Guardia Nacional; terminar la construcción de hospitales abandonados; supervisión de la entrega de los recursos para evitar robos de los programas Sembrando vida y Jóvenes construyendo el futuro.
Además, las tres fuerzas armadas desarrollan una estrategia de control de autopistas y vías de comunicación por todo el país denominada “Operaciones de intercepción terrestre”, a través de Puestos Militares de Seguridad Estratégica, y “Operaciones de intercepción aérea y marina”.
Documento: Oficio grados Militares
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: