La Guardia Nacional es hoy la mayor fuerza policial del país: con más de 100 mil elementos está encargada de tareas que van desde la prevención de robos hasta la intervención de comunicaciones o la contención de migrantes. Sin embargo, solo 5 de los 32 generales que la dirigen están certificados como aptos para ser policías.
Los otros 27 generales que coordinan operativamente a esta fuerza —al igual que casi el 85% de todos sus efectivos— carecen de las evaluaciones vigentes que prueben que pueden trabajar como policías. Además del potencial riesgo que eso representa se trata de una violación a lo que establece la Constitución, la ley del sistema nacional de Seguridad Pública, y la ley de la propia Guardia Nacional.
Datos oficiales obtenidos por Animal Político a través de solicitudes de transparencia arrojan que son cinco los coordinadores estatales de la Guardia Nacional que cuentan con el Certificado Único Policial (CUP) vigente. Se trata de los generales Héctor Ortiz Caletty, coordinador de Guanajuato; Lucio Vergara Gómez, coordinador de Guerrero; José Manuel Ramírez Martínez en Nuevo León; Ernesto García Sánchez en Puebla; y Francisco Juan Toscano Camacho en Quintana Roo.
Los 27 coordinadores de los estados restantes, todos ellos generales provenientes de la Sedena, no cuentan con un CUP expedido y vigente como reconoce el propio documento oficial.
El Certificado Único Policial es la constancia que se entrega a un policía en México cuando supera satisfactoriamente cuatro procesos de capacitación: la formación inicial, la evaluación de competencias, la evaluación de desempeño y la aprobación de los exámenes de control de confianza.
No superar cualquiera de esos procesos impide contar con el certificado. Y de acuerdo con las leyes que regulan la función policial en México y la propia ley de la Guardia Nacional, ninguna persona puede desempeñarse como policía si no cuentan con este certificado que avale que cuentan con este nivel de formación básico.
Cuando en 2019 se aprobó la reforma que posibilitó la creación de la Guardia Nacional como una fuerza de seguridad civil se dio un plazo de tolerancia de dos años para que todos sus elementos fueran evaluados y certificados. Esto a sabiendas de que se integraría inicialmente con elementos de las fuerzas armadas que nunca habían sido capacitados ni evaluados con los estándares que requiere la función policial.
Pero dicho plazo de tolerancia se finiquitó desde mayo pasado, por lo que los 27 generales que lideran a la Guardia Nacional en los estados están abiertamente incumpliendo con este requisito legal obligatorio.
De acuerdo con la Ley de la Guardia Nacional, en el esquema jerárquico por encima de los coordinadores estatales solo se encuentran los coordinadores territoriales que son los responsables de coordinar las acciones en tres o más estados.
Animal Político solicitó a la Guardia Nacional conocer si dichos coordinadores territoriales sí cuentan con el CUP, pero la respuesta de la institución es que no hay nadie que ocupe actualmente esos puestos debido a que la corporación sigue en proceso de formación. Es decir, al frente del cuerpo de seguridad está solo el comandante en jefe y los 32 coordinadores estatales ya mencionados que carecen, en su mayoría, de las certificaciones correspondientes.
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