Sentado en su silla de ruedas, en un pasillo desolado de Consulta Externa del Hospital General de Zona 33 del IMSS en Monterrey, Vicente Ortiz Martínez, de 63 años, con insuficiencia renal, suplicaba por ayuda el martes pasado por un dolor abdominal.
"Ayúdenme, por favor, ya no aguanto", repetía el hombre casi desvanecido en una silla de ruedas, con una sonda conectada a una bolsa que tenía sangre.
Eran las 13:00 horas y llevaba casi cuatro horas en la sala de espera, como lo atestiguó esta periodista.
Paola Ortiz, su hija de 40 años, contó que llegaron a las 9:00 horas, lo ingresaron y le pusieron la sonda, pero media hora después, lo sacaron de nuevo al pasillo tras informarle que el seguro del hombre se venció el 29 de octubre, cinco días antes.
"Que me atiendan, por favor", continuaba don Vicente suplicando. "Dígales, por favor, ya no aguanto".
Al no tener recursos económicos para ingresarlo a un hospital privado, Paola insistió con una trabajadora social, con médicos de Consulta Externa y en Urgencias.
"Humanamente lo tienen que atender", rogaba casi a las 14:00 horas.
"La trabajadora social me dice: 'Sí se lo podemos atender si pone una cuenta de 30 mil pesos'.
"Si tuviera yo los 30 mil pesos no voy a estar aquí", dijo.
Mientras esto sucedía, una hermana de Paola intentaba solucionar el trámite del seguro en la Clínica 24 del IMSS, en García. Son vecinos de la Colonia Paseo de Capellanía, de ese municipio.
A las 18:00 horas, aseguró Paola, le dijeron que se trasladará a su padre al Hospital de Zona 17 del IMSS porque supuestamente ahí le correspondía ser atendido por ser de García.
Tomaron un taxi y en el trayecto su hermana le avisó que ya había podido resolver el trámite del seguro de su papá.
Sin embargo, narró, llegaron casi a las 19:00 horas al Hospital 17, pero fue hasta las 22:30 horas, cuando ella los alertó que estaba frío y no se movía, que le pusieron un suero y ketorolaco.
"Mi papá ingresó a la (Clínica) 17 a las 7 de la noche.
"Desde que entró a la 17 estuvo sentado en la silla de ruedas, no le ponían nada", señaló. "A mi papá lo empezaron a atender a las 10:30 de la noche.
"Cuando mi papá empezó a quedar helado, yo les dije: 'Mi papá está muy frío'. Empezaron a darle a mi papá ayuda, ¿ya para qué?".
Don Vicente suplicó por ayuda casi 14 horas. Murió a las 23:00 horas de un paro cardíaco.
Su hijo Vicente considera que lo que ocurrió fue un crimen.
"Es algo inhumano, no es justo que le pase a nadie más", lamentó Vicente.
"Se supone que las órdenes del Presidente (Andrés Manuel López Obrador) son que cualquiera podía ir a cualquier lado y recibir la atención, aún si no fuera afiliado al Seguro Social.
"Que no le ocurra a más personas porque eso es un crimen", afirmó.
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