Desde el 21 de septiembre, cuando empiece la temporada otoño-invierno hasta la primavera se prevé que repunte, rebrote, aumente o se propague más eficientemente el SARS-CoV2 causante del Covid-19, insistió el lunes el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell.
“Por ahí hay muchas personas que les inquieta cuando hablamos de rebrote y dicen: ‘¡cómo rebrote! Si nunca se ha acabado la epidemia. La epidemia sigue activa. Cuando hablamos de rebrote es que la tendencia que tenemos desde hace seis semanas, desde la semana 29 del año, que ha sido en disminución de la cantidad de contagios diarios, se revierta y entonces ahora empecemos a tener más y más y más contagios”, resaltó en la conferencia de prensa vespertina sobre las cifras de la pandemia en México.
¿Por qué puede suceder esto?, se preguntó y se respondió: “En parte por este periodo estacional de aumento en las infecciones respiratorias que ocurre en la temporada fría, pero además, por el desconfinamiento”.
Para quiénes se preguntan por qué desconfinan si puede haber rebrote, contestó que es porque la sociedad tiene una tolerancia a estar encerrada sin realizar actividades, principalmente económicas, para su sustento diario, lo cual está relacionado, señaló, con que la mitad de la población mexicana vive en la pobreza y existe una gran desigualdad histórica a nivel socioeconómico en el país.
Entonces, “no puede estar la sociedad confinada de manera perpetua”, sentenció. A esto sumó que, hasta el minuto de hoy no existe un tratamiento directo contra el virus SARS-CoV2 ni una vacuna para prevenir los contagios, entonces no hay otro mecanismo de prevención más que la contención y la mitigación comunitaria para evitar la reproducción masiva de Covid -19. “Por esa razón hay que tener confinamiento para proteger la salud y la vida”, indicó.
Desde su perspectiva, no hay una solución única y permanente porque conforme pasan los días de pandemia cambia la realidad epidémica y la socioeconómica y se tienen que tomar decisiones diarias sobre desconfinar, abrir las actividades, mejorar la recuperación económica con el riesgo de afectar directamente a la salud de las personas o viceversa.
“Esa es la dinámica del manejo de la epidemia. El panorama de cada país depende de una enorme cantidad de realidades, variables o factores y entre más densa es la población es más factible que haya contagios. El segundo elemento es la movilidad de las personas. Si el mismo número de personas, incluso con la densidad, concentración por unidad-espacio, habitantes por kilómetro cuadrado, si el mismo número y la misma densidad salen al espacio público con mayor movilidad hay más probabilidad de que haya más transmisión”, explicó.
Añadió que México es una de las veinte economías mayores del mundo y la mitad de su población vive en insuficiencia económica, no tiene el ahorro, los ingresos necesarios para satisfacer sus necesidades fundamentales y se tiene una enorme concentración de la riqueza, por lo cual, México es uno de los diez países socioeconómicamente más desiguales del mundo.
“En general, entre más prolongado sea el confinamiento, más grande y más grave va a ser el daño económico y más difícil la recuperación. Y recordarán que también hemos dicho en innumerables ocasiones la importancia de balancear dos bienes públicos uno la salud y la vida, evitando contagios”, alegó.
Recordó que la epidemia empezó la noche del 27 de febrero, cuando se presentó el primer caso y se confirmó en la madrugada del 28. Desde el inicio, señaló, se tenía la expectativa de una epidemia larga. E incluso se hizo un video, se dijo que en 18 ocasiones se habló de la epidemia larga y se sigue hablando de lo mismo.
“¿Por qué hablamos de la epidemia larga? Porque, en México, uno de los objetivos fundamentales fue, además de contener las cadenas de transmisión, mediante un mecanismo con el que se detectan los casos sospechosos, se les toman muestras para las pruebas por laboratorio, sin esperar el resultado por la prueba por laboratorio, se indica el aislamiento temporal de las personas, el estudio de sus contactos y el aislamiento de todos sus contactos”, relató.
Esto, añadió, fue una intervención que se llama contención centrada en personas, la cual inició ante del 28 de febrero, precisamente antes de esa intervención que ya buscaba la identificación temprana de casos, fue que detectaron el primer caso del 27 de febrero.
“Esta intervención continuó y ha continuado hasta este momento, que estamos a lunes 7 de septiembre. Conforme esta intervención que se llama Contención Centrada en Personas o Casos empezó a ejecutarse en una cantidad cada vez mayor de casos, empezó a perderse la capacidad de dar seguimiento a todas y cada una de las relaciones caso-contacto de las cadenas de transmisión.
“Eso, dicho sea de paso, ocurre en todo el mundo y lo digo una vez más porque hemos identificado que todavía hay personas que han perdido la memoria sobre este elemento y piensan que en México no se ha hecho esta intervención, incluso hacen vehementes acusaciones, incluso medios de comunicación lo hacen repetidamente como si en México no se hiciera contención centrada en casos o personas. Sépase que sí se hace y sépase que en México y en todo el mundo, en cada uno de los países, incluyendo los países de alta capacidad económica, de renta alta, como los países de Europa Occidental o Estados Unidos y Canadá estas intervenciones de contención tienen límites, porque cuando se rebasa cierta cantidad de contagios la disponibilidad de personal para atender cada una de las cadenas de contagio se ve rebasada”, apuntó.
Su expresión en México se llamó Jornada Nacional de Sana Distancia, se dispuso su establecimiento desde el viernes 13 de marzo, cuando teníamos 12 casos registrados. Entró en funciones, en algunos estados que anticiparon el cierre del ciclo escolar o la cancelación provisional de las actividades escolares, el 17 de marzo, recordando que el lunes 16 de marzo fue un día festivo y en el resto del Sistema Educativo Nacional desde el 23 de marzo, añadió.
“Y se formalizó, jurídicamente, con la publicación en el Diario Oficial el martes 30 de marzo en la acción extraordinaria en materia de seguridad social general de la Secretaría de Salud. Es decir, ya estábamos actuando y se dispuso formalmente. Para lograr suspender, no solamente, las actividades del Sistema Educativo Nacional que fueron dispuestas por el Consejo Educativo Nacional el sábado 14 de marzo, sino que se sumara la suspensión temporal de todas las actividades de trabajo no esenciales y el cierre temporal de distintas actividades que ocurren en el espacio público”, destacó.
Esta Jornada Nacional de Sana Distancia se dispuso originalmente con una vigencia hasta el 19 de abril, porque en el periodo inicial de la intervención, en ningún momento se dijo que la epidemia acabaría el 19 de abril, agregó.
“Lo que estoy haciendo es desmitificando mucho de lo que algunos segmentos de la sociedad pareciera que no están dispuestos a recordar. Nunca dijimos que la epidemia terminaría el 19 de abril, siempre dijimos, me cito a mí mismo: ‘preparémonos para una epidemia larga’. Entonces, en el momento oportuno extendimos la Jornada Nacional de Sana Distancia hasta el 30 de mayo. Cuando terminó continuaron las actividades de contención centrada en casos y continuaron las actividades de mitigación comunitaria que es este efecto masivo de suspender la circulación de las personas en el espacio público, estimamos que 80 millones de personas dejaron de estar en el espacio público, ¿qué quiere decir? Tener menor contacto con otras personas, en términos físicos. Y eso continua hasta el momento de ahorita”, expresó.
Por eso, reiteró que hasta el minuto de hoy siguen vigentes las actividades de mitigación comunitaria a través de la restricción de las actividades del espacio público, siguen suspendidas las clases en todo el Sistema Educativo Nacional en los sectores público, social y privado, y se han ido liberando o desconfinando actividades laborales y actividades de tipo comercial en el espacio público.
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