Hasta hace unos años, el Ejército Mexicano tenía como principales misiones orgánicas la defensa de la soberanía y el territorio nacionales, la preservación de la seguridad interior, el combate al narcotráfico, la aplicación de la Ley Federal de Explosivos y Armas de Fuego y la ayuda a la población civil en casos de desastre mediante la aplicación del Plan DN-IIIE.
Más allá de estas misiones, con un número reducido de elementos en las dos armas que lo integran (Ejército y Fuerza Aérea) y con un presupuesto que ha sido históricamente de los más bajos en el mundo, el Ejército Mexicano lleva ahora sobre sus hombros tareas más complejas vinculadas de lleno con el combate a la delincuencia en casi todos los niveles.
Integrado actualmente por unos 230 mil 089 efectivos (de los cuales poco más de 28 mil son mujeres) y ejerciendo un presupuesto de 94 mil 028 millones 694 mil 246 pesos, el Ejército Mexicano ha sido enviado a apoyar operaciones antisecuestro, a combatir incendios forestales, a combatir la tala ilegal de árboles, a combatir el robo de combustibles, a perseguir a ladrones de ganado, a sumarse en operaciones antiterroristas, a resguardar y trasladar paquetería electoral, a repartir libros de texto gratuitos, a realizar campañas de canje de armas por dinero, construir sedes para juicios orales, construir –y eventualmente operar– el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), realizar labor social en zonas de alta marginación y/o presencia delictiva, así como incrementar su presencia en las fronteras norte y sur del país, además de nutrir a la Guardia Nacional con miles de elementos de las brigadas de Policía Militar.
Pese a haber recibido el presupuesto más elevado de su historia, el Ejército deberá ceñirse a las órdenes de su comandante supremo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, y seguir al pie de la letra la política de austeridad republicana con la que todas las instituciones del gobierno federal están obligadas a operar con la menor cantidad de recursos posibles, dándole prioridad a las política de apoyo social.
El gasto del gobierno se ha centrado en programas sociales, por eso el presupuesto militar se ha centrado en sacar adelante programas y proyectos de compra y desarrollo pendientes o de adquisiciones hechas en años anteriores. Solo se autorizarán compras estrictamente necesarias en programas clave para la defensa.
Con estos lineamientos, el Ejército seguirá llevando adelante temas vitales como el de la construcción del AIFA, el de la construcción de las instalaciones de Industria Militar en el estado de Puebla, el cual va comenzando su tercera etapa. Lo mismo ocurre con el mantenimiento de aeronaves y blindados y transportes, pero sobre todo en lo relacionado con el sistema de salud militar, que atraviesa problemas de rezago y calidad dispar en los servicios.
Otro tema es el de los militares jubilados y pensionados, a quienes se les ha atendido de manera deficiente y con una tendencia clara a reducirles prestaciones. Incluso las cifras de la SEDENA sobre la situación de sus pensionados y retirados tienen un desfase; las más recientes, las más frescas son de agosto de 2018 y muestran un universo de 68 mil retirados y pensionistas.
En el plano de la proyección internacional, el Ejército acaba de inaugurar oficialmente el Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz (CECOPAM), en el que militares y civiles son capacitados para sumarse a misiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en diversas latitudes y con diversos perfiles de acción.
La propia SEDENA, al referirse al Día del Ejército, destaca su cercanía a la población, su lealtad a las instituciones, al presidente y al país y sus leyes. El Ejército Mexicano, indica, “es un ejército consciente de las necesidades sociales del pueblo de México, debido a que, la diversidad étnica, cultural y religiosa de nuestro país, se manifiesta en cada uno de sus integrantes; a su origen totalmente popular, el cual es motivo de orgullo y se imbuye a las nuevas generaciones; y al alto concepto de servicio que se les inculca a todos sus integrantes desde su ingreso y durante su carrera militar”.
Al mismo tiempo, el Ejército Mexicano tiene una amplia labor social en comunidades vulnerables en donde se lleva a la población servicios indispensables, tales como: restauración de escuelas, consultas médicas y odontológicas, distribución de medicamentos, reparación de electrodomésticos, entre otros, agrega la secretaría.
En el plano de la colaboración con sus pares de los Estados Unidos, el Ejército Mexicano elevó su nivel de cooperación con los Estados Unidos para alcanzar unan nueva dinámica y naturaleza en sus relaciones bilaterales militares con la mayor potencia mundial, mediante nuevos canales de colaboración, intercambio de información, respuesta a incidentes y entrenamiento avanzado.
Del intercambio de información y el apoyo en casos específicos de violencia e inseguridad fronteriza y combate al narcotráfico desde una dinámica militar, pasó a la cooperación interagencial con entidades civiles del gobierno norteamericano que forman parte de la comunidad de inteligencia y seguridad interior.
El pasado 7 de enero, el general Homero Mendoza Bazán, Jefe del Estado Mayor (EMDN) de la Secretaría de la Defensas Nacional (SEDENA), se reunió con los embajadores y cónsules que forman parte del cuerpo diplomático mexicano y les presentó los temas fundamentales en la agenda de cooperación bilateral que lleva la secretaría con los Estados Unidos.
El general les anunció que precisamente ese día se ponía en marcha un nuevo grupo de alto nivel para cooperación en materia de seguridad que no solo se enfocaría en acciones, programas y metas de tipo militar, sino que también sostendría dinámicas de trabajo con varias agencias civiles del gobierno norteamericano.
La creación de este nuevo Grupo de Alto Nivel en Seguridad (GANSEG) implica un replanteamiento en las relaciones bilaterales militares de México con los Estados Unidos, que se estrechó en 2012 y se fue puliendo hasta 2018, conforme se sumaron instancias de colaboración –sobre todo por parte de los Estados Unidos– para enriquecer la agenda de cooperación.
El nuevo GANSEG es encabezado por la SEDENA y por nueve coordinaciones y oficinas de enlace y planeación de los Estados Unidos, todas conectadas con la estrategia de seguridad nacional, de defensa, seguridad interior y seguridad fronteriza del país del norte.
El general Mendoza Bazán señalaba que esta parte de la agenda diplomática y de seguridad “siempre lo habremos de cuidar, de mantenerlas en un ambiente de cordialidad y de cooperación y sobre todo de respeto mutuo”, dijo.
Luego, se refirió al tema mientras mostraba al cuerpo diplomático una serie de gráficas con los datos fundamentales de la información, señalando que “en el contexto internacional en la relación con los Estados Unidos, hoy se estableció un Grupo de Seguridad que atiene a ocho subgrupos permanentes, en los cuales SEDENA tiene participación en todos, excepto en el número tres que es el de lavado de dinero y delitos financieros.
La existencia de ese grupo de alto nivel se había perfilado ya a finales de noviembre de 2019, cuando el secretario de la Defensa, el general Luis Cresencio Sandoval desayunó con más de 500 generales retirados y en el activo para, como cada año, informarles sobre los temas más relevantes por venir en la agenda de la SEDENA.
De acuerdo con los datos presentados en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), la SEDENA está estrechando relaciones no solo con sus contrapartes militares de los Estados Unidos, sino también con instancias civiles enfocadas en temas de seguridad nacional, fronteriza y doméstica.
¿Con quienes está ya trabajando la SEDENA en los Estados Unidos y aquí? En el listado aparecen las siguientes instancias de seguridad, inteligencia, tecnología y protección norteamericanas:
DEA (Drug Enforcement Administration)
ATF (Alcohol, Tobacco, Firearms and Explosives)
DHS (Department of Home Land security)
CBP (Customs Border Patrol)
ODC (Office of Defense Coordination)
FBI (Federal Bureau of Investigation)
DoC (Department of Commerce)
EXBS (Export Control and Related Border Security)
INL (International Narcotics and Enforcement Affairs)
En cuanto al personal mexicano y norteamericano que opera en esta nueva dinámica, el texto indicaba que en la Agregaduría de los Estados Unidos en México (CDMX) trabajan 7 militares y 4 civiles. En la Agregaduría de México en los Estados Unidos (Washington, DC.) laboran un general, 6 jefes y 1 de Tropa. Lo anterior, dentro de los acuerdos de Intercambio diplomático interagencial.
Toda esta nueva forma de cooperación armónica con los Estados Unidos se enmarca también en la reformulación de la estrategia de apoyo hacia México que estuvo vigente mientras funcionó la Iniciativa Mérida.
De esta manera, el Ejército Mexicano, si bien vive de nuevo rezagos en sus planes de desarrollo, ha logrado también avanzar en temas en los que presentaba una histórica cerrazón y un nacionalismo a ultranza enfocado en sus relaciones con el gobierno de los Estados Unidos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: