Y es que versiones apócrifas de los comprobantes fiscales son vendidas desde 40 pesos en la Plaza de Santo Domingo, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, incluso con la garantía de estar validadas por el SAT.
Se trata de la factura con código de barras bidimensional (CBB), que usan los contribuyentes con ingresos anuales menores o iguales a 4 millones de pesos, un comprobante impreso que tiene que ser validado en la página web del SAT, lo que representaría la principal "garantía de seguridad".
Para poder solicitar el CBB vía internet, el contribuyente debe contar con Firma Electrónica Avanzada (Fiel), así como el folio de aprobación que avala la autenticidad de los comprobantes.
Pero para las imprentas de Santo Domingo no hay imposibles.
En un recorrido realizado por REFORMA, pudo constatarse lo sencillo que es adquirir comprobantes fiscales apócrifos con CBB.
Farmacias, talleres, consultorios y talleres mecánicos forman parte del catálogo de empresas cuyas facturas digitales es posible adquirir desde 40 pesos.
REFORMA adquirió tres facturas con CBB supuestamente emitidas por las empresas Sistema Integral de Mantenimiento Automotriz, Equipo Eléctrico Géminis y Materiales Eléctricos Industriales.
Los documentos pueden bajar de precio dependiendo de la cantidad requerida o del giro del cual se pretenda justificar un gasto.
Basta con caminar sobre la calle de República de Brasil, desde Donceles hasta República de Cuba, para comenzar a recibir ofertas de facturas a distintos precios y calidad.
A plena luz del día y ante los ojos de la autoridad, los vendedores entregan sus tarjetas de presentación y ponen a disposición del "marchante" los documentos fiscales ilegales.
Cada uno cuenta con los requisitos establecidos por el SAT, como el RFC y domicilio fiscal del contribuyente, número de folio y lo más importante, el número de aprobación SICOFI que la autoridad emite para validar las facturas.
Una de las principales razones por las que los nuevos comprobantes fiscales digitales son supuestamente seguros, argumenta la autoridad, es que requieren ser validados en el portal del SAT por medio de la introducción del RFC, folio y la autorización SICOFI.
Ese no es ningún inconveniente en Santo Domingo, pues tras adquirir una factura, los falsificadores acompañan al cliente a un café internet donde pueden constatar de inmediato que la factura es válida.
Todas las facturas adquiridas fueron validadas inmediatamente después de su compra en el sitio oficial del fisco.
"Los datos del comprobante que verificó se encuentran registrados en los controles del SAT", se lee tras la verificación.
fuente.-
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