Se estreno este 20 de septiembre en México,pero las críticas de los medios estadounidenses ya han comenzado a aparecer en la web. El personaje interpretado por Sylvester Stallone y surgido en 1982 con Rambo , vuelve para su quinta entrega con un aventura llena de acción y violencia, sin embargo, los críticos han comenzado a vapulear la cinta por albergar discursos xenófobos en contra de los mexicanos. De hecho, están intentando a toda costa que las personas no acudan a los cines a verla.
Al igual que con Rocky, Sylvester Stallone ha estado muy presente en la evolución de sus personaje a lo largo de los años. El actor se ha desenvuelto como director, productor o escritor en sus películas, siempre preocupado de mantener la llama viva respecto a los héroes de los años ochenta. Ahora, con 73 años de vida, el intérprete regresa con el último episodio del implacable Rambo.
Rambo: Last Blood tiene como director a Adrian Grunberg, además, cuenta con los talentos de estrellas como Paz Vega, Joaquín Cosio, Adriana Barraza y Óscar Jaenada, quienes le dan un toque de lujo a la producción. La historia se enfoca en el héroe, quien ahora se encuentra habitando un rancho en Arizona, no obstante, su vida se verá perturbada tras recibir la noticia de que su sobrina ha desaparecido tras cruzar la frontera mexicana, situación que lo pondrá con armas en las manos una vez más.
Las recientes críticas de Rambo: Last Blood se han dedicado a destrozar la película por dar una mala imagen a los mexicanos. No atacan el argumento, no atacan a los personajes, a los sets o al montaje, sino a la vena política que recorre la estructura de la cinta. Peter Debruge, de Variety, ha utilizado numerosos adjetivos fuerte para describir la cinta:
En Rambo: Last Blood, otra muestra cruel y horrible de la carnicería xenófoba comprimida en apenas ochenta minutos y empaquetada para la exportación, vemos a la figura de acción cansada, ahora septuagenaria, mientras proyecta su notoria sensación de venganza y desdén con los vecinos hacia los carteles mexicanos, quienes han secuestrado a su sobrina.
Los guionistas, Matthew Cirulnick y Stallone, adoptan la visión racista de los mexicanos como asesinos, traficantes de drogas y violadores, desprovistos de todo contexto cultural o excepciones más allá de la 'periodista independiente' [Paz Vega].
Peter Bradshaw, reconocido crítico de The Guardian, también señaló con dureza los aspectos negativos de la película.
Este desastre de película solo puede hacerte estremecer con su ultraviolencia mal actuada y ejecutada por un señor mayor, por sus fantasías Trumpianas de mexicanos violadores e hilantes fronteras inseguras de los Estados Unidos, y su entusiasmo por ataques de venganza perpetuados por un tipo que 'todavía tiene la chispa' de 73 años, todo en nombre de una dulce adolescente.
Eric Kohn de IndieWire también resalta la ideología de Trump, aparentemente presente en la cinta:
Rambo ha sido durante mucho tiempo un símbolo de la furia imperialista, y Last Blood no es la excepción. Transplantar la acción a Arizona proporciona el escenario natural para un drama fronterizo que juega con la era del miedo de Trump, justo hacia su ominoso deseo de un muro en la frontera, mientras Rambo se dirige hacia el sur para buscar justicia.
Witney Seibold de IGN ha quedado horrorizada por la forma en que Rambo: The Last Blood retrata a México:
Los cineastas han hecho que México parezca un páramo infinito de crimen y muerte, y la mayor parte de los personajes latinos en pantalla son criminales o meros estereotipos. Entiendo que las películas de Rambo rara vez hayan sido bastiones de la unión cultural, pero en 2019 estos estereotipos son ofensivos, anticuados y francamente irresponsables.
A pesar de las malas críticas, Rambo: The Last Blood podría utilizar la publicidad negativa a su favor y lograr una recepción notable en la taquilla global. Muy pronto descubriremos de qué está hecha la versión final del héroe.
Fuente.-Sofi Terracota/
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